Noche de primavera en el palacio de la cancillería imperial
La tarde ha caído tras las murallas del palacio,
crece la sombra de los árboles florecidos.
Los pájaros gimen en su vuelo hacia el nido.
Las estrellas titilan y seguramente observan
ese titilar aquí abajo de luces en las ventanas.
La luna se desliza entre los nueve cielos.
No puedo dormir y creo que oigo el sonido
de las puertas enchapadas en bronce que se abren,
el murmullo de la audiencia, o imagino
que suenan campanas lejanas en el viento.
Un memorial sellado presentaré mañana
e insisto en preguntarme sobre el progreso de la noche.
Pensamiento sobre Li Po en el fin del mundo.
Aquí en el fin del mundo
comienza a soplar el viento frío.
¿Cuándo llegará el ganso salvaje?
¿Qué mensajes me traerás, maestro?
Los ríos y los lagos otoñales se desbordan.
El arte odia el exceso y la vida mundana.
Sólo tu alimento trituran sus mandíbulas hambrientas.
Ofrenda pues unos versos al fantasma del poeta.
Tu Fu (712-770).
Versiones de J. Aulicino
Fuente: A Little Prime of Tu Fu, David Hawkes, A Renditions Paperback, Hong Kong, 1994.
Noticia: De familia intelectual y formación confuciana, fue director de protocolo y luego censor de la corte imperial. Renunció a una gobernación lejana que entendió como un exilio y se dio a vagabundear, como su colega Li Po. Por unos años, fue director de monumentos en un gobierno de distrito y volvió a la vida vagabunda. Trató a Li Po quizá en dos ocasiones durante esas errancias. Fue hallado casi muerto en un templo inundado y murió de un ataque cardiaco fulminante frente al abundante banquete que le sirvieron sus distinguidos salvadores. Reconocido como figura prominente aun cuando vagaba por campos, montañas y aldeas, se ignoraba en cambio su extraordinaria dote poética, con mayores preocupaciones políticas que las de Li Po, incluso cuando se había apartado de los asuntos públicos.
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