lunes, diciembre 18, 2023

Encuesta lírica / Los libros de 2023, 19

María Calviño *


Este año me invitaron a participar de la presentación de varios libros. En algunos casos había escrito el prólogo o un texto para leer en público en la ocasión. Ahora para participar de la convocatoria hago uso irresponsable de esas u otras notas mías. El orden de los libros propuestos es el mismo en el que me llegaron. Aclaro que entre los cinco libros elegidos hay uno que no presenté, es de José Di Marco y me parece que completa bien la muestra.

Ciruelas. Poesía reunida, Mariela Laudecina (Borde Perdido Editora, 2023) 
Mariela ya no anda por este mundo, pero gracias al equipo de edición coordinado por Luis García y Sebastián Maturano tenemos todos sus libros de poesía reunidos -publicados e inéditos- en el primer volumen de un proyecto que continuará con la prosa. Cada libro se incluye con un texto que lo acompaña como si fuera una contratapa: los que se publicaron con contratapa la conservan, y para los demás se escribieron especialmente. Esto permite acceder, según se oriente el lector de Ciruelas, a una continuidad provisional entre la voz de la poeta y otras voces. Mariela escribe con un lenguaje ágil, más propenso a acelerar que a demorarse, y cuando precisa ir lento usa versos breves en estrofas cortas, como si intentara detenerse antes de seguir su impulso natural, no espontáneo. Encuentra ese lenguaje por todas partes, en cada situación de la vida entraba y salía de textos propios o ajenos buscando la contraseña de la poesía. Hay una expectativa moderada a veces en la ironía sutil, que hace de ciertos poemas suyos un campo de juego (algo tan serio como un ritual) regulado por normas caprichosas o secretas, como en 

Solidaridad

La vecina conserva milagros macerados en alcohol.
Le he pedido que me convide en una botella transparente.
Cuando los expongo al sol, emanan luces y resonancias
partículas iridiscentes atraviesan el vidrio
algunas se posan sobre la mesa
y el pan se duplica y las copas rebasan de vino.

En el ocaso, hendidas en mi oído, me libero a parajes
floridos.

Los días ventosos son mis preferidos, destapo el recipiente

y no sé

quién soy.

Si la poesía no hubiera sido lo más importante para Mariela, Ciruelas no sería la generosa plenitud que es, revelándose en rincones desconocidos del monte contra el diseño políticamente correcto de otros jardines, más disciplinados.


Vetas de lo que no controlo, Cele Aichino (Halley, 2023)
Después de Reminiscencias vegetales (edición artesanal e ilustrada de su primer libro, publicado en Córdoba en 2021), Celeste acortó su nombre de tapa y cambió el registro de lenguaje que predomina en sus poemas. El nombre y el sesgo, quizás, de los textos, se diría que son señales de un movimiento profundo en relación con la escritura. Su interés por el lenguaje como invención humana, delatora de lo que sea que una mujer no había declarado del todo, persiste. Pero ciertos tonos mansos (y a veces procaces) de escribir sobre el cortocircuito de mente y cuerpo se transformaron. Este es el poema que da título al libro:

Inicié mi día con un acto mágico:
limpié los vidrios de las ventanas,
la mirada hacia el futuro
Les dí con ganas,
pero quedaron rayados
¿Malos augurios?
Vetas de lo que no controlo,
de lo imposible de saber

Sigo ahora por el espejo,
el presente
Ojalá tenga más suerte
y mis ojos me regalen
el coraje para adentrarme
entre las vetas

La imagen final del poema no es la única en el libro donde, de modo parecido, hay otros poemas donde también lo transparente se convierte en espejo, y eso que primero nos dejaba ver a través de golpe nos devuelve la mirada propia como regalo. 


Paltas (y otros poemas), José Di Marco (Gastón Esteban Chimuris Malgieri, 2023. Colectivo Cultural Glauce Baldovín. Colección Guadal. 50 ejemplares numerados)
José Di Marco es poeta, profesor de Estética en la Universidad Nacional de Rio Cuarto, responsable de la editorial Cartografías junto con Pablo Dema, ensayista y crítico. Su poesía siempre me gusta, y algunos tonos y ritmos que se leen en Paltas... diferentes en relación con el libro anterior (Lo que pudo ser, La Yunta, 2018), como si fueran nuevos, hablan de una poética que es otra y la misma, y ahí siento que el libro era necesario:

Lee

¡Ay poetas, amigas y amigos,
hojitas de aguaribay somos,
limaduras de astros indolentes,
latidos de sol en la escarcha de junio!

Danzamos brevemente en la luz menguada,
huimos en vano del abismo, brillamos
por una ráfaga de instantes contra el frío.

Y hacemos cuentitos, endechas, canciones,
rogativas, pedidos dóciles de auxilio.

Desde el principio la muerte nos leía.


Mancias, Antonella Paltrinieri Fissore  (Halley, 2023)
La poeta dejó que su experiencia precoz de lectura y escritura decantase hasta volverse terreno hospitalario para su voz más personal. El título del libro va trazando caminos para leer/transitar como si fueran oráculos, cartas natales, conjuros, sueños, historias (“objetos nómadas” como les dice Valeria Mata). Manojito fragante de yuyos de las sierras ahuyentando el miedo a la noche en la trinchera. 

Trinchera

    Cenizas atraen cenizas,
si abandono mi hogar,
avanzan los otros,
los que esperan tras la ventana,
ellos aguardan
desean que apague las hornallas
no use más especias
no prepare otro té,
pero aquí riego las plantas
pongo sal en las puertas
enciendo fuegos
me ato a la vida 
y apago la luz:
hasta en la oscuridad habito sin miedo.


Odiseas menores, Andrea Guiu (Alción, 2023)
Mujer de letras: poeta, periodista, cronista, artista visual, viajera por herencia y por convicción, migrante desde la capital al interior, Andrea pudo haber elegido caminos diferentes para escribir su versión de un epistolario de los años 60 que creía perdido entre su padre y su tía. Odiseas menores resulta ser esa versión, delatando eficazmente los cabos sueltos como tales. Se pone en contacto con los elementos previsibles e imprevistos del viaje; el mito, la nave, el clima de la vida y sus efímeros pertrechos. Me gusta porque, entre otras cosas, escribe la urgencia como si no lo fuera:

Cada vez que perdemos

Del otro lado hay otro lado que me escribe las historias
de los que van
del fin al cabo de una patria
aún mundo por venir

¡remad! me escribe al dorso de la lengua madre
pues sediento es el que huye adonde el faro salpica
intermitencias

del otro lado la sed es nuestra guía
su majestad
lezama
cada vez que flaqueamos cada vez que
perdemos el rumbo de la seda que
perdemos cada vez.


* María Calviño (Córdoba, 1961). Doctora en Letras Modernas. Ex profesora de Literatura de Habla Inglesa en la Universidad Nacional de Córdoba. Escritora. Ha publicado, entre otros libros de poesía, Temporada de casa y otros poemas, Lírica en trámite, Control remoto y Fin de semana largo.

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