sábado, marzo 08, 2014

Robinson Jeffers / Los excesos de Dios













¿No es por su gran derroche que conocemos
a nuestro Dios? Pues ser igual a la necesidad
es natural, animal, mineral: pero arrojar
arcoiris sobre la lluvia
y belleza por encima de la luna, y secretos arcoiris
en las cúpulas de las conchas de las profundidades
y hacer el necesario abrazo de la procreación
hermoso también como el fuego;
ni siquiera los hierbajos se multiplican sin florecer
ni los pájaros sin música:
aquí está la gran cualidad humana en el corazón de las cosas,
la extravagante benevolencia, la fuente
que la humanidad puede entender, y con la que acorde correría
si el poder y el deseo fueran pares.

Tamar (1920-1923)

Robinson Jeffers (Pittsburgh, 1887- Carmel, 1962), Antología, versiones de Alberto López Fernández y Pablo Soler Frost, Libros del Umbral, Tlalpan, México, Distrito Federal, 1999


The Excesses Of God

Is it not by his high superfluousness we know
Our God? For to be equal a need
Is natural, animal, mineral: but to fling
Rainbows over the rain
And beauty above the moon, and secret rainbows
On the domes of deep sea-shells,
And make the necessary embrace of breeding
Beautiful also as fire,
Not even the weeds to multiply without blossom
Nor the birds without music:
There is the great humaneness at the heart of things,
The extravagant kindness, the fountain
Humanity can understand, and would flow likewise
If power and desire were perch-mates.
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Foto: Robinson Jeffers, costa del Pacífico, 1926 Bettmann/Getty Images

4 comentarios:

  1. Es cierto, poder y deseo van cada uno por su lado.

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  2. No lo aseguraría (eso de que "poder y deseo van cada uno por su lado", como escribió Chinés hace un año atrás). Más bien creo en el poder del deseo. Sólo que la humanidad, en este poema, no corre el riesgo de hacerse como la fuente y renuncia a ese poder debido a que es el poeta mismo quien, en principio, los desvincula.

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  3. Yo también pensé lo que dice Ana. Muchas veces he podido observar o he vivido a ambos juntos. Aceptando la perspectiva del autor, el poema es hermoso.

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  4. Yo pensé igual que Ana. He visto y he vivido situaciones contrarias. De todas maneras, si uno acepta la postura del autor, el poema es interesante al igual que otros como La belleza de las cosas. Gracias.

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