De lejos y de cerca, Inés Legarreta (Ediciones en Danza, 2023):
VI
Después de la muerte de mamá no había tristeza
en la casa.
El pasado se acomodó a nuestro mirar de cerca
y de lejos:
fotos en la plaza con gente vestida/
a la moda de los 50/
y de los 40/
y de antes también/
el instrumental quirúrgico de papá/ los tarros
de lata ingleses/toallas y toallones usados/
ceniceros/ fichas/ cartas/ libretas/ nombres
desconocidos/ sillas rotas/ elementos de cocina/
envases de cremas y perfumes/ revistas y diarios.
Al anochecer mi hermana y yo
sacábamos aquellos restos
de otras vidas
a la calle
en el cuerpo
aparecía la culpa
un leve giro de la cabeza
–hacia ambos lados de la vereda–
como buscando quien asintiera al desguace
de la historia.
Cada tanto el ruido de un auto o una moto
y luego la soledad del silencio.
A la mañana siguiente
las hojas de los árboles
un ligero desorden
de papeles.
¿Morir es esto?
Final francés, Valeria Pariso (Ediciones AqL, 2023):
22
No es que haya tenido que cruzar
la gran muralla de Ávila,
pero me llevó mucho tiempo
moverme un poquito.
Yo hubiera querido ser como la urraca
que salta sobre el pasto y en segundos
no está acá,
está allá.
Pero no,
a mí me llevó mucho tiempo
moverme un poquito,
me llevó muchos años
entender gestos, hechos,
datos, omisiones,
como si
no me hubiera movido desde niña,
como si no hubiera querido
moverme,
como si hubiera estado a gusto
en el estanque
y no hubiera intentado
dar un paso tras otro,
tirarme de cabeza sobre el sueño,
sobre los grandes sueños del hacer.
Sí me tiré y corrí en la casa vacía,
me levanté y corrí dentro del hospital,
removí las hojas para que no se pudrieran,
y levanté los ojos para probar el vuelo
y eso fue
como si de verdad yo hubiera
cruzado la gran muralla de Ávila,
como si hubiera subido
los escalones altísimos de piedra,
soportando el viento en los miradores
y el vértigo hubiera templado
mi espíritu a fuerza de seguir.
Por eso mi estupor, rebelde cuerpo mío,
porque hoy miré mis pies
y me di cuenta
de que apenas se han movido
en la llanura.
Todo Ojo Tiempo, de Jotaele Andrade (Ediciones del Callejón, 2023):
Todo ojo tiempo
Mensurado en relojes y horarios de trabajo
en lunes y fin de mes
y fechas aciagas y nuevo año
en la avidez del buen clima
Manrique, amigo
el tiempo son los ríos que van hacia el mar
y la mar es el Vacío
o diría más bien un manar constante de un vaso
desbordado cuya forma se expande y nos es inalcanzable
y el verbo, fruta que se pudre contra los dientes
cada vida salta una vez
cantemos
estamos detrás nuestro tal las estrellas en esas luces de la noche
* Zulma Zubillaga (Coronel Mom, provincia de Buenos Aires). Desde 1990 reside en Chivilcoy. Profesora en Lengua, Literatura y Latín. Coordinadora de talleres de poesía. Publicó los libros de poemas El tiempo que deslumbra, Viento de la pena, Inmediaciones y Res Extensa.
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