LVIII
Del cielo descendió, y con su cuerpo, luego
que visto hubo el infierno justo y el pío,
regresó vivo a contemplar a Dios,
para darnos de todo el sentido verdadero.
Luciente estrella que con sus rayos
hizo claro el turbio nido donde nací,
no fue un privilegio ver el mundo reo;
sólo Tú, que la creaste, puedes ser ella.
Hablo del Dante, que mal conocidas fueron
sus obras por aquel pueblo ingrato
que solo a los justos no celebra.
¡Hubiese nacido yo con tal fortuna!
Por haber ido a su áspero exilio y a su virtud
habría dado del mundo la ciudad más feliz.
Miguel Ángel Buonarroti (Caprese, Italia, 1475- Roma, 1564), Rime, a cura di Enzo Girardi, Laterza, Bari, 1960
Versión de Jorge Aulicino
Ilustración: Retrato inconcluso de Miguel Ángel, por Daniele da Volterra, c.1544, detalle
Ref.:
El País
Blog di Montale
LVIII
Dal ciel discese, e col mortal suo, poi
che visto ebbe l’inferno giusto e ’l pio
ritornò vivo a contemplare Dio,
per dar di tutto il vero lume a noi.
Lucente stella, che co’ raggi suoi
fe’ chiaro a torto el nido ove nacq’io,
né sare’ ’l premio tutto ’l mondo rio;
tu sol, che la creasti, esser quel puoi.
Di Dante dico, che mal conosciute
fur l’opre suo da quel popolo ingrato
che solo a’ iusti manca di salute.
Fuss’io pur lui! c’a tal fortuna nato,
per l’aspro esilio suo, co’ la virtute,
dare’ del mondo il più felice stato.
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