Podemos verlo venir desde siempre,
entonces simplemente estaba aquí, paralelamente
a la caminata del día. Para entonces éramos nosotros
quienes habíamos desaparecido, en el túnel de un libro.
Levantándonos tarde a la noche, nos uníamos a la corriente
de las noticias de mañana. ¿Por qué no? A diferencia
de otros, no tenemos nada que reclamar
o que pedir prestado. Somos sólo trozos de una geometría sólida:
cilindros o romboides. Una cierta satisfacción
nos ha sido concedida. Claro, seguimos volviendo
por más, eso es parte del aspecto “humano”
de la procesión. Y hay regiones más oscuras
escritas en lápiz, que deberíamos explorar alguna vez.
Por ahora es suficiente que este día haya terminado.
Trajo su carga de frescura, la dejó caer
y se fue. En cuanto a nosotros, todavía estamos aquí, ¿no?
John Ashbery (Rochester, Estados Unidos, 1927-Hudson, Estados Unidos, 2017), From Where Shall I Wonder, HarperCollins, Nueva York, 2005
Versión © Silvia Camerotto
Foto: Ashbery AP/LA Vanguardia
The Love Interest
We could see it coming from forever,
then it was simply here, parallel
to the day’s walking. By then it was we
who had disappeared, into the tunnel of a book.
Rising late at night, we join the current
of tomorrow’s news. Why not? Unlike
some others, we haven’t anything to ask for
or borrow. We’re just pieces of solid geometry:
cylinders or rhomboids. A certain satisfaction
has been granted us. Sure, we keep coming back
for more—that’s part of the “human” aspect
of the parade. And there are darker regions
penciled in, that we should explore some time.
For now it’s enough that this day is over.
It brought its load of freshness, dropped it off
and left. As for us, we’re still here, aren’t we?
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