No hay daño, no hay falla.
Flota hacia mí una burbuja artificial,
creo que se me viene encima esa falta de
gravedad.
No hay gravedad en el espacio, por eso flota una mujer
triste,
se le escapa la tenaza que flota hacia mí como la burbuja y
ahora otro efecto y otro
más
la mujer triste rescata la tenaza,
nada la asombra, ni el sol asomándose en el Ganges, salvo
el silencio en el espacio,
quiere dejarse ir flotando, dejarse morir, en tierra
ella se estrellaba una y otra vez en el simulador, pero no
hay daño, no hay falla, consigue
manejar la nave que flota porque no hay
gravedad,
la mujer triste se salva y vuelve a tierra.
Basada en el film homónimo de Alfonso Cuarón.
Irene Gruss (Buenos Aires, 1950)
Entre la pena y la nada,
Ediciones del Dock,
Buenos aires, 2015
Flota hacia mí una burbuja artificial,
creo que se me viene encima esa falta de
gravedad.
No hay gravedad en el espacio, por eso flota una mujer
triste,
se le escapa la tenaza que flota hacia mí como la burbuja y
ahora otro efecto y otro
más
la mujer triste rescata la tenaza,
nada la asombra, ni el sol asomándose en el Ganges, salvo
el silencio en el espacio,
quiere dejarse ir flotando, dejarse morir, en tierra
ella se estrellaba una y otra vez en el simulador, pero no
hay daño, no hay falla, consigue
manejar la nave que flota porque no hay
gravedad,
la mujer triste se salva y vuelve a tierra.
Basada en el film homónimo de Alfonso Cuarón.
Irene Gruss (Buenos Aires, 1950)
Entre la pena y la nada,
Ediciones del Dock,
Buenos aires, 2015
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Foto: Irene Gruss en FB
Qué decirle sino gracias, don, gracias; Irene
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