Cruzo el Brazo Muerto
una hora antes del amanecer.
Aunque hay fuego en mí mente,
siento frío en el cuerpo.
El agua en mis orejas suena como a fuga de aire.
Algo similar ocurre adentro de un auto al pasar las 2500 vueltas.
El sonido no desaparece hasta volver la palanca al punto muerto.
Desde las orillas cientos de desiderianos me miran
con los ojos rojos como tortugas enfermas,
quietos en la costa.
Yo nado, nado y nado.
Podría decirse que hacia un lugar indefinido,
total cuento con la posibilidad de concebir la realidad que se me antoje
y no encuentro beneficio alguno en saber adónde voy.
Germán Arens (Bahía Blanca, Argentina, 1967)
Desiderio,
Ojo de Tormenta, Club Hem
Buenos Aires, 2015
Foto: Germán Arens en FB
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