Elecciones
Mi familia, mis libros y mis discos, de un lado.
La bruma del día y el destino que nos toca,
su épica de pacotilla, del otro lado de la puerta,
La calle melancólica me exige la fe que yo no tengo.
Una hora perfecta
Un hombre le canta a su ciudad porque tiene sus motivos.
Los hago míos por un rato, finjo
mientras Ana lee en el sillón
y Alejandro hace los deberes en la mesa.
E incluso la polilla que sale de los libros
parece pertinente.
Jorge Fondebrider (Buenos Aires, 1956), inéditos
Ilustración: Naturaleza muerta II. La lámpara de carburo, 1922/23, Joan Miró
No hay comentarios.:
Publicar un comentario