La ciudad enemiga
Cuando remonto las calles
Que me vieron confidente,
Calles y muros de la ciudad enemiga
Y el sol se destruye
A lo largo de las torres de la ciudad enemiga
Hacia la noche de ansia
Cuando en los rostros viles de la ciudad enemiga
Leo la muerte segunda
Y todo, hasta recordar, es en vano
Y "¿Tú quién eres?", me digo, "Todo es inútil siempre",
Todas las piedras de la ciudad enemiga,
Las piedras y el pueblo de la ciudad enemiga
Mejor sería estar dentro del arca de piedra
De una iglesia tuya, en silencio,
Y no soportar esta dura luz
Donde camino con una daga en el corazón.
Franco Fortini (Florencia, 1917–Milán, 1994), "Foglio di via", Versi scelti, 1939-1989, Einaudi Editore, Turín, 1990
Versión de J. Aulicino
La città nemica
Quando ripeto le strade
Che mi videro confidente,
Strade e mure della città nemica
E il sole si distrugge
Lungo le torri della città nemica
Verso la notte d'ansia
Quando nei volti vili della città nemica
Leggo la morte seconda
E tutto, anche ricordare, è invano
E "Tu chi sei?", mi dico, "Tutto è inutile sempre",
Tutte le pietre della città nemica,
Le pietre, e il popolo della città nemica
Fossi allora cosí dentro l'arca di sasso
D'una tua chiesa, in silenzio,
E non sofrire questa luce dura
Dove cammino con un pugnale nel cuore.
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Tal vez en el poema el dolor nos recompensa y hasta nos seduce más allá de lo que se podría desear. Felicidades y enhorabuena por esta extraordinaria e imposible iglesia.
ResponderBorrarBartomeu