a Rafael Felipe Oteriño
I
Ya me marcho con mi sangre,
con mi odio y con mis besos,
con mis dientes apretados,
hasta el oscuro escondite
de olvido y musgo y pena,
hasta el silencio profundo de la patria.
Y allí, abajo de ella,
donde el invierno no tiene su comarca,
esperaré con fe y sin cansancio
que vengan a buscarme.
Adolescentes labradores,
bebedores sedientos,
despiadados hacheros de ornamento y farsa
que vengan por mis manos,
por mi voz y por mi semen,
que juntos subiremos hasta el júbilo,
hasta la luz,
hasta el Hombre renacido de la patria.
II
Yo no puedo mirar a aquel ministro,
que le roba las ciruelas al verano,
y que a mi país le roba el oro y los malvones
y la tierra limpia y las estrellas.
Como tampoco puedo ver
que nadie le castigue las mejillas
y los huesos,
que nadie le quite el pan
ni los licores.
Yo no quiero escuchar
a aquel maldito almacenero,
que canta alegre su riqueza
delante de un efímero mendigo,
de una leprosa claudicada en el espanto
o de un trágico poeta,
que sufren tormentas de humedad excrementadas.
Y yo no quiero otras cosas de este invierno,
que no puedo decir
o que me olvido.
Octubre de 1964, en La Plata
Néstor Mux (La Plata, Argentina, 1945), La patria y el invierno, Ediciones La Rosa Blindada, Buenos Aires, 1965. Vía Octavo Boulevard
Poesía La Plata - Tuerto Rey - Aromito - Los Poetas no Van al Cielo - Poetas Argentinos - Cuadernos Orquestados - Libros de la Talita Dorada - Poetas Siglo XXI - El Espiniyo
Foto: Tuerto Rey
Compañero de mis primeras andanzas por la poesía. Amigo de toda la vida. Hablé en la presentación de ese libro: librería "Éxodo", La Plata, 1965.
ResponderBorrarAnónimo anterior: ¿podría decirnos su nombre?
ResponderBorrar