II. Canción de la Torre más alta
Ociosa juventud
Esclavizada a todo,
Por delicadeza
Me perdí la vida.
¡Ah! Que venga el tiempo
En que los corazones se enamoren.
Me dije a mí mismo: deja,
Y que nadie te vea:
Y sin la promesa
De los goces más altos.
Que nada detenga
El augusto retiro.
Tuve tanta paciencia
Que sólo queda el olvido.
Temores y dolores
Partieron al cielo.
Y la sed maldita
Oscurece mis venas.
Así la Pradera
Liberada al olvido,
Más alta, florecida
De incienso y cizañas
Al zumbido feroz
De cien moscas sucias.
¡Ah! ¡Mil viudas
De un alma tan pobre
Que sólo tiene la imagen
De Nuestra Señora!
¿Acaso hay que rezarle
A la Virgen María?
Ociosa juventud
Esclavizada a todo,
Por delicadeza
Me perdí la vida.
¡Ah, que venga el tiempo
En que los corazones se enamoren!
Mayo de 1872
Arthur Rimbaud (Charleville, Francia, 1854-Marsella, Francia, 1891), "París, Mayo-junio / 1872", Nuevos versos y canciones, Descontexto, Santiago de Chile, 2017
Traducción de Juan Arabia
Buenos Aires Poetry - Poetas del Fin del Mundo - Arthur Rimbaud, le Poète
Imagen: Arthur Rimbaud, Un coin de table, óleo sobre tela, (detalle), Henri Fantin-Latour, 1872
II. Chanson de la plus haute Tour
Oisive jeunesse
A tout asservie,
Par délicatesse
J'ai perdu ma vie.
Ah! Que le temps vienne
Où les coeurs s'éprennent.
Je me suis dit: laisse,
Et qu'on ne te voie:
Et sans la promesse
De plus hautes joies.
Que rien ne t'arrête
Auguste retraite.
J'ai tant fait patience
Qu'à jamais j'oublie;
Craintes et souffrances
Aux cieux sont parties.
Et la soif malsaine
Obscurcit mes veines.
Ainsi la Prairie
A l'oubli livrée,
Grandie, et fleurie
D'encens et d'ivraies
Au bourdon farouche
De cent sales mouches.
Ah! Mille veuvages
De la si pauvre âme
Qui n'a que l'image
De la Notre-Dame!
Est-ce que l'on prie
La Vierge Marie?
Oisive jeunesse
A tout asservie,
Par délicatesse
J'ai perdu ma vie.
Ah! Que le temps vienne
Où les coeurs s'éprennent!
Mai 1872
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