[de Canto de la invitada]
III
Cuando los jóvenes rayos del sol alborozos
áureos en las aguas turbias encienden,
la valisneria * en el fondo,
recibe al dios con temblor;
y las flores femíneas ávidas emergen
sobre sus volubles espirales, al polen,
a las auras, al sol ofreciendo
sus cálices lujuriosos;
las nupcias sonríen, auspicios cantan
por el selvático estanque los favonios,
mas las flores masculinas al sol
flotan entristecidas;
tal del alma, por el diamantino
fulgor de tus iris, con un ímpetu
de nueva juventud
me sube el deseo;
y a tu flexible flanco de antílope
tiendo mis brazos, y a tu temerosa
boca anhelando amor
tiendo yo mi boca temerosa:
suenan los besos, corren estremecimientos
largos por las íntimas venas, ¡pero rígidas
a tus pies caen
con alas truncadas las estrofas!
Gabriele D'Annunzio (Pescara, 1863-Gardone, 1938), "Canto de la invitada", Canto nuevo [1896], traducción de Fernando Iscar, Lumen, Barcelona, 1987
* Planta acuática cuyo lujurioso florecer bajo la influencia del sol compara el poeta con su propia excitación ante la presencia de la amada. [N. del T.]
[Canto dell'opsite]
III
Quale, se i giovini raggi tripudii
ne l’acque torpide aurei accendono,
la vallisneria a l’imo
sente il dio con un fremito;
e i fior feminei avidi emergono
su le volubili spirali, a i pollini
a l’aure a ’l sol porgendo
lussurïosi i calici:
le nozze arridono, liberi cantano
lungo il selvatico stagno i favonii,
ma i fiori maschi a ’l sole
intristiti galleggiano;
tale da l’anima, Lalla, ne ’l gemmeo
fulgor de le iridi tue, con un impeto
di giovinezza nuova
mi sale il desiderio;
e a ’l tuo flessibile fianco di dàina,
Lalla, io le braccia, e a la tua trepida
bocca alenando amore
tendo io la bocca trepida:
i baci scoccano, corrono brividi
lunghi per l’intime vene, ma rigide
a’ tuoi piedi le strofe
con ali mozze cadono!
III
Cuando los jóvenes rayos del sol alborozos
áureos en las aguas turbias encienden,
la valisneria * en el fondo,
recibe al dios con temblor;
y las flores femíneas ávidas emergen
sobre sus volubles espirales, al polen,
a las auras, al sol ofreciendo
sus cálices lujuriosos;
las nupcias sonríen, auspicios cantan
por el selvático estanque los favonios,
mas las flores masculinas al sol
flotan entristecidas;
tal del alma, por el diamantino
fulgor de tus iris, con un ímpetu
de nueva juventud
me sube el deseo;
y a tu flexible flanco de antílope
tiendo mis brazos, y a tu temerosa
boca anhelando amor
tiendo yo mi boca temerosa:
suenan los besos, corren estremecimientos
largos por las íntimas venas, ¡pero rígidas
a tus pies caen
con alas truncadas las estrofas!
Gabriele D'Annunzio (Pescara, 1863-Gardone, 1938), "Canto de la invitada", Canto nuevo [1896], traducción de Fernando Iscar, Lumen, Barcelona, 1987
* Planta acuática cuyo lujurioso florecer bajo la influencia del sol compara el poeta con su propia excitación ante la presencia de la amada. [N. del T.]
[Canto dell'opsite]
III
Quale, se i giovini raggi tripudii
ne l’acque torpide aurei accendono,
la vallisneria a l’imo
sente il dio con un fremito;
e i fior feminei avidi emergono
su le volubili spirali, a i pollini
a l’aure a ’l sol porgendo
lussurïosi i calici:
le nozze arridono, liberi cantano
lungo il selvatico stagno i favonii,
ma i fiori maschi a ’l sole
intristiti galleggiano;
tale da l’anima, Lalla, ne ’l gemmeo
fulgor de le iridi tue, con un impeto
di giovinezza nuova
mi sale il desiderio;
e a ’l tuo flessibile fianco di dàina,
Lalla, io le braccia, e a la tua trepida
bocca alenando amore
tendo io la bocca trepida:
i baci scoccano, corrono brividi
lunghi per l’intime vene, ma rigide
a’ tuoi piedi le strofe
con ali mozze cadono!
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Foto: El Mundo, España
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