Robert Fulton Tanner
Si uno pudiera morder la mano gigantesca
que lo atrapa y lo destruye
como una rata mordió la mía
aquel día en mi negocio, en una demostración
de la trampa que había patentado...
Pero uno nunca se puede vengar
del ogro monstruoso que es la Vida.
Uno entra en el cuarto, esto es, uno nace,
y entonces tiene que vivir — moldear el alma.
¡Ahá! El cebo que uno ansía está a la vista:
una mujer de dinero por esposa,
prestigio, posición, o poder en el mundo.
Pero hay trabajo que hacer y cosas que superar...
¡oh, sí! los alambres que protegen el cebo.
Uno logra meterse, finalmente. Pero entonces oye pasos:
el ogro, la Vida, entra al cuarto
(estaba esperando y ha escuchado el ruido del resorte)
para vernos mordisquear el queso tentador,
y clava en nosotros su ardiente mirada,
y frunce el ceño y se ríe, y se burla y nos maldice,
mientras corremos de acá para allá en la trampa,
hasta que nuestra miseria lo aburre.
Georgine Sand Miner
Una madrastra me echó de casa, y me hizo agria.
Un mujeriego, vago y dilettante me quitó la virtud.
Por años fui su amante. Nadie lo sabía.
De él aprendí la astucia del parásito
que usé con los faroleros, para moverme
como una pulga en un perro.
Todo ese tiempo no fui sino “muy íntima” de diferentes hombres.
Después fui de Daniel, el radical, durante años.
Su hermana me llamó su querida,
y Daniel me escribió: “¡Palabra deshonrosa,
que ensucia nuestro bello amor!”
Pero mi cólera se enroscó, preparando sus colmillos.
En ese momento, mi amiga lesbiana entró en escena.
Ella odiaba a la hermana de Daniel.
Y Daniel despreciaba al enano de su esposo.
Y ella vio la ocasión de dar una estocada venenosa.
¡Yo debía quejarme ante la esposa de Daniel
diciéndole que él me acosaba!
Pero antes de hacer eso le rogué que huyéramos a Londres.
“¿Por qué no quedarnos aquí como hasta ahora?”, preguntó.
Entonces obré por detrás y me vengué de su rechazo
en los brazos de mi amigo dilettante. Después, abiertamente,
fui con la carta que Daniel me había escrito,
para probar que mi honor estaba intacto, y se la mostré a su mujer,
y a mi amiga lesbiana, y a todo del mundo.
¡Ojalá Daniel me hubiera pegado un tiro!
en lugar de poner al desnudo mis mentiras,
¡una ramera en cuerpo y alma!
Edgar Lee Masters (Garnett, 1868 - Melrose Park, Pennsylvania , 1950), Spoon River Anthology, Macmillan, 1915
Versiones de Gerardo Gambolini
Robert Fulton Tanner
If a man could bite the giant hand / That catches and destroys him, / As I was bitten by a rat / While demonstrating my patent trap, / In my hardware store that day. / But a man can never avenge himself / On the monstrous ogre Life. / You enter the room--that's being born; / And then you must live--work out your soul, / Aha! the bait that you crave is in view: / A woman with money you want to marry, / Prestige, place, or power in the world. / But there's work to do and things to conquer-- / Oh, yes! the wires that screen the bait. / At last you get in--but you hear a step: / The ogre, Life, comes into the room, / (He was waiting and heard the clang of the spring) / To watch you nibble the wondrous cheese, / And stare with his burning eyes at you, / And scowl and laugh, and mock and curse you, / Running up and down in the trap, / Until your misery bores him.
Georgine Sand Miner
A stepmother drove me from home, embittering me./ A squaw-man, a flaneur and dilettante took my virtue./ For years I was his mistress--no one knew. / I learned from him the parasite cunning / With which I moved with the bluffs, like a flea on a dog./ All the time I was nothing but "very private," with different men. / Then Daniel, the radical, had me for years. / His sister called me his mistress; / And Daniel wrote me: "Shameful word, soiling our beautiful love!" / But my anger coiled, preparing its fangs. / My Lesbian friend next took a hand. / She hated Daniel's sister. / And Daniel despised her midget husband. / And she saw a chance for a poisonous thrust: / I must complain to the wife of Daniel's pursuit! / But before I did that I begged him to fly to London with me. / "Why not stay in the city just as we have?" he asked. / Then I turned submarine and revenged his repulse / In the arms of my dilettante friend. Then up to the surface, / Bearing the letter that Daniel wrote me / To prove my honor was all intact, showing it to his wife, / My Lesbian friend and everyone. / If Daniel had only shot me dead! / Instead of stripping me naked of lies / A harlot in body and soul.
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Ilustración: Trapecio, maroma y teatro en la moderna Alacena Mexicana, Eduardo Stein
Solo para acotar que la foto de la obra al òleo que muestra su nota: "Edgar Lee Masters / De "Antología de Spoon River", 4" es de mi autorìa: Eduardo Stein Molina.
ResponderBorrarTìtulo: "Trapecio maroma y teatro en la moderna Alacena mexicana"
!00 x 80 cm
Q.Roo. Mèxico
2010
Estimado Stein: el título y autor de la obra figuran al pie de esta entrada, con el link que lleva a su sitio de usted. La intención no ha sido apropiarme de la imagen, sino ilustrar el poema y difundir su obra al mismo tiempo. Si no le parece oportuna o adecuada la reproducción de la imagen relacionada con el poema de Masters, no tiene más que decirmelo. A mí me parece totalmente pertinente, y trato en todo el blog que la plástica dialogue de este modo incidental con la poesía. Saludos cordiales
ResponderBorrarJorge Aulicino