Juana la Lógica
Mira cómo se te han roto los párpados de tanto llorar.
¿Qué haces arrastrándolo, mirándolo de noche,
escribiéndote la cara ante un esqueleto sangrante?
Siéntate. Sólo Dios vence.
¿Has medido el alcance de esta frase?
Repítela con los ojos cerrados
hasta que esas palabras queden blancas,
sin relieve -la muerte es una parte de la vida-,
como tu rostro en una moneda mohosa.
Santa Teresa de Ávila
a Elizabeth Burgos
Dios te perdone, Juan de la Miseria,
que la pintaste legañosa y fea,
y perdone también a quien la vea
bajo este ruin disfraz de la materia
y no bajo el de un ángel abrasado
que otro ángel, por amor, flecha y castiga.
-No hay nada que se piense o que se diga
más hondo que este amor y su cuidado-.
El reino recorrió diseminando
no la revolución, mas la reforma
radical, sin violencia -siempre y cuando
fuera posible-. Aunque maltrechos sobre
los caminos, sus pies fueron la norma.
De andar y desandar. De andar, la pobre.
Severo Sarduy (Camagüey, Cuba, 1937- París, 1993), Obras I, Fondo de Cultura Económica, México DF, 2007
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Foto: Sarduy (derecha), Buenos Aires, 1985. Néstor Sieira, Clarín
hacía mucho que no visitaba el blog, quiza un anho, veo que el formato cambió un poco,,muchas gracias por este archivo de poesías! está monono se disfruta mucho. chapochapo
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