Gilberte
I
(Lo blanco del día presagia desdicha. Ya no puede medir
la distancia entre ella y el silencio que los separa. Un
silencio que Gilberte no calmará).
Ese nombre dejaba en el aire una promesa pequeña.
Salías desde adentro del aire, con tu gorro de piel,
corriendo hacia mí, empujada por mi deseo.
Gilberte, cómo no amar tu esencia pequeña, tu desdén,
tu ignorancia, si sólo yo sabía que el ruido/crujido del
comienzo de tu nombre me extasiaba, y luego era la b
de la segunda sílaba, como el beso que hubiera querido
darte —¿hubiera querido?—, para terminar en un eco
apenas pronunciado, resonancia de una boca entreabi erta. Silenciosa.
Y así como tu nombre anticipaba tu presencia, así tu
imagen se escapa. Humo que me rehúye.
II
El pelo de Gilberte derrite la nieve,
encandila a Marcel.
(Quien /La que// escribe//Alguien/ también vio/ Yo
—la que escribe—/también vi/
los Champs Elysées
incendiados
desnudos.
Despojos de un verde que ya no es).
Alicia Waisman (Buenos Aires, 1955)
Barnacle,
Buenos Aires, 2024
Más poemas de Alicia Waisman en Otra Iglesia Es Imposible, Un Caos Lúcido, Mis Poetas Contemporáneos, Meta Poesía
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Foto: Barnacle
Très beau!
ResponderBorrarMerci!
BorrarMuchas gracias, Maestro!
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