Ehé de la otra orilla...
Η'
Ehé, sombras mudas,
Ahí…, de la otra orilla…
¿qué borroso rumor ventea el aire?
¿será acaso
el silbo del chercán?
¿la roya de la infancia
en medio de la bruma?
¿el crujido del bosque?
¿la amargura del quillay?
¿el aire inmóvil cuando pasa un moscardón?
¿los pasos de la abuela
en silencio
subiendo al desván?
el agua reventándose en las rocas
los viejos que saludan a lo lejos
de un cerro a otro cerro
como era en un principio
el silbato del tren
presagiando una muerte
en medio de la noche
el vapor de esa locomotora
frente al mar
antes del disparo antes del final
Voces sin voz
ocultas
secretas
crepitando
como enigmas
en el insomnio
en la primera edad
voces que no son voces
pero zumban
como el aire
invisibles
conjurándose en otras heredades
risas sibilinas
como el agua goteando
en el fondo del patio
como las burlas del sueño
en el temblor del día…
¿y si fueran sollozos de otros muertos?
¿ajenos, agolpados en el tiempo,
siseando desde todas las edades
que se pegaron como sombras
en los interminables muros
del destierro interminable?
Ehé…!
sombras mudas
sin rostro
¿para qué la jerigonza sin sentido?
apenas perceptible
entre la hierba
como el susurro de la hormiga
como el hozar de los gusanos…
velado cielo,
nubosa maraña
zozobra.
[Inédito]
Pedro Ignacio Vicuña (Santiago de Chile, 1956)
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