Dutschke *
Durante todo el período en que no habías nacido,
yo he razonado. No sé en el vientre de qué madre estabas.
No fecundé yo a esa mujer, eso es cierto.
Sin embargo, si considero el largo período de tiempo
que pasó por mí después del nacimiento y por ti antes,
no hay dudas: te soy padre.
¿Por qué entonces te miro con ojos de hijo?
Nuestra experiencia tiene las mismas palabras, nuestra razón
tiene el mismo léxico. Pero tú, más allá de lo que es tuyo,
tienes también lo que es mío; y esto es lo que te vuelve más adulto.
De mis años prenatales no he podido atesorar nada, yo.
Se han borrado de mi experiencia, inútil tragedia.
No he usado una sola palabra
usada por mis padres (salvo para augurarles el Infierno).
Su criminalidad y su odio por la razón
son puros y simples pesos en mi vida.
También yo, naturalmente, he recorrido
un largo camino en el vientre de mi madre y he llegado,
como un bárbaro indescifrable, provisto de toda exquisitez
-de una extraña e inadmisible madurez-, a esta tierra.
No fui recibido con amor. No me miraron con ojos filiales.
Nadie se asombró por mi amarga sabiduría.
Tuve sobre mí ojos de padres... Pero basta con esta historia.
Están muertos, acompañados por mi maldición, por mi indiferencia
o por mi piedad. Ahora yo, en cambio, toda mi experiencia te la he dado.
Y por lo tanto tienes la tuya más la mía: y esto te da una autoridad ... paterna.
Pendo de tus labios, que dicen novedades,
incubadas en aquel largo período prenatal en el que yo operaba
(ingenuamente, de muchacho) ¿Cuál es la novedad?
Ni siquiera tú, finalmente, sabrás decirla. Otras historias prenatales
se están ya desarrollando en los umbrales del mundo, de nuevo viejo.
¿La fundación de un Partido Comunista en Alemania?
¡Cuántos obstáculos, cuántas oposiciones, cuántas contrariedades,
cuántas imposibilidades históricas debidas a ajustes ya definitivos!
En Frankfurt se espera. En Heidelberg se estudia en medio del aburrimiento.
La burguesía de cuyas entrañas misteriosamente has nacido,
lo vi con mis ojos, tiene rostros blancos como lápidas:
¡no te dejes engañar por su buena voluntad,
por su atormentada sensibilidad, por su cómica timidez!
Están todos aterrorizados, padre mío, jefe. Y tus jóvenes coetáneos
van por el camino principal, no por los senderos.
* Por encargo de la revista Tempo
Pier Paolo Pasolini (Bolonia, 1922-Ostia, 1975) "Trasumanar e organizzar", 1971, Tutte le poesie, Mondadori, Milán, 2003
Versión: Jorge Aulicino
Nota del traductor: Sin duda Dutschke es Alfred Willi Rudolf Dutschke (1940-1979), conocido como Rudi Dutschke, uno de los líderes del llamado, genéricamente, "movimiento del 68", que nació en las Universidades y se extendió por distintos países europeos. Dutschke militó en la Juventud Comunista de la ex RDA y se fugó luego a Berlín Occidental. Estudió sociología en la Universidad Libre y se unió a la federación de estudiantes. Ante el giro radical que tomó el movimiento estudiantil en cuanto a los modos de lucha, Dutschke, partidario de un marxismo con base cristiana, pergeñó una controvertida idea de "larga marcha a través de las instituciones". Fue víctima de un atentado en Londres en 1968, al que sobrevivió, aunque las heridas de bala que recibió en la cabeza le provocaron trastornos nerviosos severos. Murió en medio de un ataque de epilepsia durante su nuevo exilio, en Dinamarca, en 1979.
Dutschke *
Per tutto il periodo in cui tu non era nato,
io ho ragionato. Non so nel ventre di quale madre tu stavi.
Non l'ho fecondata io, quella donna, questo è certo.
Eppure, se considero il lungo periodo di tempo
che per me passò dopo la nascita e per te prima,
non c'è dubbio: ti sono padre.
Perché allora ti guardo con l'occhio del figlio?
La nostra esperienza ha le stesse parole; la nostra ragione
ha lo stesso lessico. Ma tu, oltre a ciò ch' è tuo,
hai anche ciò ch'è mio: è questo che ti rende più adulto.
Dei miei anni prenatali non ho potuto far tesoro, io.
Si sono cancellati dalla mia esperienza, inutile tragedia.
Non ho mai usato una sola parola
usata dai miei padri (eccetto che per augurargli l'Inferno).
La loro ciminalità e il loro odio per la ragione
sono dei puri e semplici pesi nella mia vita.
Anch'io ho naturalmente percorso
un lungo cammino nel ventre di mia madre, e sono giunto,
come un barbaro indecifrabile, e formito di ogni squisitezza
-di una strana e inammissibile maturità- su questa terra.
Non fui accolto con amore. Non mi si guardò con occhi figliali.
Non ci stupì per la mia acerba sapienza.
Ebbi su me occhi di padri... Ma basta, con questa storia.
Sono morti, accompagnati dalla mia maledizione, dalla mia indifferenza
o dalla mia pietà. Ora, io, invece, tutta la mia esperienza te l'ho data.
E dunque hai la tua più la mia: e ciò ti dà un'autorità... paterna.
Pendo della tue labbra, che dicono novità,
covate in quel lungo periodo prenatale, in cui io operavo
(ingenuamente, da ragazzo). Qual è questa novità?
Neanche tu, alla fine, saprai dirla. Altre storie prenatali
si stanno già svolgendo alle soglie del mondo di nuovo vecchio.
La fondazione di un Partito Comunista in Alemania?:
Quanti ostacoli, quante opposizioni, quante contrarietà:
quante impossibilità storiche dovute ad assestamenti ormai definitivi!
A Francoforte si spera. Ad Heidelberg si studia, tra la noia.
La borghesia dalle cui viscere misteriosamente sei nato,
l'ho vista coi miei occhi, ha visi bianchi come lapidi:
non lasciarti ingannare dalla loro buona volontà,
dalla loro tormentata sensibilità, dalla loro comica timidezza!
Sono tutti terrorizzati, padre mio, capo. E tuoi giovani coetanei
vanno per la strada maestra, non per i sentieri.
* Su commissione della rivista Tempo.
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