Las remembranzas
(Quinta parte)
Ya en el primer juvenil tumulto
de contentos, angustias y deseos,
a la muerte llamé más largamente,
me senté allí junto a la fuente
pensando cesar dentro esas aguas
mi esperanza y dolor. Luego por ciego
malor *, llevado de la vida a fuerza,
lloré la bella juventud, la flor
de mis pobres días que al tiempo
caía, a menudo en la hora tarda, sentado
en sabio lecho, dolorosamente
junto a la mórbida ** luz poetizando,
lamenté con el silencio y la noche
el fugitivo espíritu, y a mí mismo,
en languidez, canté fúnebre canto.
Giacomo Leopardi (Recanati, 1798-Nápoles, 1837)
Versión de Ángel Faretta
Notas del traductor
*: dejo “malor”, así en el original, puesto que es un apócope, posiblemente creado por el propio Leopardi, siendo una figura a la que la lengua italiana se presta con maravillosa plasticidad (v. g. amor/e, dolor/e) que suma “malora” y “malore”. La primera es “irse al diablo” y el segundo un “ataque súbito” o un “soponcio”. “Malora” habrá pasado al castellano como apócope, a su vez, de “en mala hora”.
Habría que dejar siquiera apuntado, que la vida y la obra poética de Leopardi (1798-1837) es paralela al despliegue de la corriente del “bel canto”, que músicos como Bellini, Donizetti y Rossini llevaron a su cima expresiva. Ese mismo estilo -el primero de los tres modos operísticos italianos del siglo diecinueve y comienzos del veinte, junto al romántico (Verdi) y al verista (Puccini)-, fue aquel que por razones eufónicas empleara en sus textos líricos más decididamente esta figura estilística.
**: En el original, fioca. Nota bene inevitable para argentinos: “Fioca” es “mórbido”, “blando”, “enfermizo”, por la blandura que conllevan las fiebres, por ejemplo. De allí pasó derecho viejo a nuestro lunfardo como hombre mantenido por las mujeres, en especial las prostitutas. Este “fioca” derivó luego en “fiolo”, donde todavía más o menos sobrevive en la mediatarde del acerbo prostibulario, ya diluido en la globalización sexual.
E già nel primo giovanil tumulto
di contenti, d'angosce e di desio,
morte chiamai più volte, e lungamente
mi sedetti colà su la fontana
pensoso di cessar dentro quell'acque
la speme e il dolor mio. Poscia, per cieco
malor, condotto della vita in forse,
piansi la bella giovanezza, e il fiore
de' miei poveri dì, che sì per tempo
cadeva: e spesso all'ore tarde, assiso
sul conscio letto, dolorosamente
alla fioca lucerna poetando,
lamentai co' silenzi e con la notte
il fuggitivo spirto, ed a me stesso
in sul languir cantai funereo canto.
Ilustración: Arboles en el Gein y luna llena, 1907, Piet Mondrian
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