PREHISTORIA FUTURA DE CHILE
Desde que nacimos peatones regulares a la vía pública
nos concentramos en el Café
y ahí nos descentramos del Ahumada que hierve de gente al mediodía
y a la hora nona
Nos reconocemos, aunque sólo sea vagamente, como los habitantes esporádicos
/del mismo oasis
al que llegamos a rompernos sin morir a la manera de olas
beduinas
La impaciencia se deja atrás en la calle como si nos cambiáramos la ropa
de la callejera impaciencia por la camiseta del Café
verdinegra
y hacemos colas no para enfurecernos sino para abanicarnos
turno para relevarnos ante el mesón volado
una especie de cinta de Moebius
el mínimo foso que separa a las estrellas del público, Huríes diría yo
las heroínas de ese trabajo que vienen y van sobre el estrado con
/sonrisas estroboscópicas
y tacitas humeantes, belleza que se nos permite
sin necesidad de entrar al Teatro Opera
Desde que nos concentramos en el Café hemos viajado en el tiempo como
/en una nave espacial
sólo que siempre en una misma dirección y la nave misma ha cambiado
para no decir nada nuestras pobres hostesses ecos unas de otras
pero sólo ahora aterrizados en la planeta Ahumada
no mañana sino ayer, en la prehistoria futura de Chile.
Enrique Lihn (Santiago de Chile, 1919-1988), El Paseo Ahumada, 1983, Ediciones Universidad Diego Portales, 2006
---
Ilustración: Danza de las huríes, 1895, Henri de Toulouse-Lautrec
Desde que nacimos peatones regulares a la vía pública
nos concentramos en el Café
y ahí nos descentramos del Ahumada que hierve de gente al mediodía
y a la hora nona
Nos reconocemos, aunque sólo sea vagamente, como los habitantes esporádicos
/del mismo oasis
al que llegamos a rompernos sin morir a la manera de olas
beduinas
La impaciencia se deja atrás en la calle como si nos cambiáramos la ropa
de la callejera impaciencia por la camiseta del Café
verdinegra
y hacemos colas no para enfurecernos sino para abanicarnos
turno para relevarnos ante el mesón volado
una especie de cinta de Moebius
el mínimo foso que separa a las estrellas del público, Huríes diría yo
las heroínas de ese trabajo que vienen y van sobre el estrado con
/sonrisas estroboscópicas
y tacitas humeantes, belleza que se nos permite
sin necesidad de entrar al Teatro Opera
Desde que nos concentramos en el Café hemos viajado en el tiempo como
/en una nave espacial
sólo que siempre en una misma dirección y la nave misma ha cambiado
para no decir nada nuestras pobres hostesses ecos unas de otras
pero sólo ahora aterrizados en la planeta Ahumada
no mañana sino ayer, en la prehistoria futura de Chile.
Enrique Lihn (Santiago de Chile, 1919-1988), El Paseo Ahumada, 1983, Ediciones Universidad Diego Portales, 2006
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Ilustración: Danza de las huríes, 1895, Henri de Toulouse-Lautrec
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