Salmo XXVIII
Amor me tuvo alegre el pensamiento,
y en el tormento, lleno de esperanza,
cargándome con vana confianza
los ojos claros del entendimiento.
Ya del error pasado me arrepiento;
pues cuando llegue al puerto con bonanza,
de cuanta gloria y bienaventuranza
el mundo puede darme, toda es viento.
Corrido estoy de los pasados años,
que reducir pudiera a mejor uso
buscando paz, y no siguiendo engaños.
Y así, mi Dios, a Ti vuelvo confuso,
cierto que has de librarme de estos daños;
pues conozco mi culpa y no la excuso.
De Quevedo y Villegas
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