Tinnitus
(los inicios)
la señora de la bata semi abotonada abre la puerta y sonríe. me habla en voz alta, un poco estridente, lo bastante como para dañar mi oído. logra superar la frecuencia del tinnitus. calzo obedientemente los raros auriculares. escucho una serie de sonidos. todos parecen más dulces que el mío. me mira y siempre en tono alto dice que el tímpano está bien. escucho el tinnitus reírse. me golpeo la oreja con la esperanza de que se detenga. la mujer de la bata semi abotonada me hace señas para que entre a una habitación. de aquellas que se hacen para no oír el mundo. él silba alegremente. ama el silencio. nuevos auriculares: siento salir las palabras cada vez que presiono el botón. como un jugador de un programa de juegos. la bata semi abotonada abre la puerta: todo está bien. usted se oye genial. siento reír a reventar en mi oído. la bata semi abotonada explica que lo mejor es evitar el silencio. al tinnitus le encanta cantar solo. los coros lo fastidian.
Tinnitus
(viajero/emigrante)
una caracola de tierra
muevo mis pasos en la mañana alpina
en la ventana la mirada
hace del cielo un mar plano
una caracola
la oreja lleva en la cabeza
el eco de los océanos y mares
todos los posibles del emigrante
el tinnitus sentado en el lóbulo
canta mil lenguas y tierras
Tinnitus
(épico)
no me perderé en la espesa niebla de Londres
atravesada por el canto perdido de Trafalgar
ni en la también espesa de Eridanus
para hacer eco de los gritos de batracomiomaquia
ni en aquella colgada de las cumbres andinas
atravesada por el silbido del Libertador
ni en la vertida por Atenea sobre las costas de Itaca
para ocultarlas a la mirada de Ulises
ni en aquella dulcemente adormilada sobre las Highland
tejida por los elfos del agua
el fiel tinnitus corcel del chirrido
desde las nieblas llama a la tierra
y no puedes perder el camino
solo seguir el infinito silbido
Antonio Nazzaro (Turín, Italia, 1963), Il Tinnito, inédito
Versión de Jorge Aulicino
Poesía, di Luigia Sorrentino - Taller Igitur - Poesia del Nostro Tempo - Letralia - Otro Páramo - Vallejo & Co. - La Raíz Invertida - Festival de Poesía de Bogotá - Kametsa - Abisinia Review - Círculo de Poesía
Tinnito
(gli inizi)
la signora con il camice semi abbottonato apre la porta e sorride. mi parla con voce alta un po’ squillante tanto da ferirmi il sentire. riesce a superare la frequenza del tinnito. obbediente calzo delle strane cuffie. ascolto una serie di suoni. sembrano tutti più dolci del mio. mi guarda e sempre in tono alto dice che il timpano è a posto. sento il tinnito che se la ride. mi colpisco l’orecchio sperando di farlo smettere. la donna dal camice semi abbottonato mi fa segno d’entrare. una stanza di quelle fatte per non sentire il mondo. lui fischietta felice. adora il silenzio. nuove cuffie: sento uscire le parole per ciascuna schiaccio il pulsante. come un giocatore di quiz televisivi. il camice semi abbottonato apre la porta: tutto bene. lei ci sente benissimo. sento ridere a crepapelle dentro l’orecchio. il camice semi abbottonato spiega che la cosa migliore è evitare il silenzio. il tinnito ama cantare da solo. i cori gli danno fastidio.
Tinnito
(viaggiatore/emigrante)
una conchiglia di terra
muovo passi sul mattino alpino
alla finestra lo sguardo
fa il cielo mare piatto
una conchiglia
l’orecchio porta nella testa
l’eco degli oceani e dei mari
tutti i possibili dell’emigrante
il tinnito seduto sul lobo
canta mille lingue e terre
Tinnito
(epico)
non mi perderò nella nebbia densa di Londra
trafitta dal canto perduto di Trafalgar
né in quella spessa dell’Eridano
a riecheggiare le urla della batracomiomachia
né in quella impigliata alle cime andine
attraversata dal fischiettare del Libertador
né in quella versata da Atena sulle coste d’Itaca
a nascondere lo sguardo d’Ulisse
né in quella dolce addormentata sulle Highlands
tessuta dagli elfi dell’acqua
il fedele tinnito destriero dello stridio
dalle nebbie richiama alla terra
e non si può perdere il cammino
solo seguire l’infinito sibilo
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