miércoles, agosto 17, 2016

Jorge de Lima / De "La invención de Orfeo"














Era un caballo todo hecho de lavas
cubierto de brasas y de espinas.
En las tardes amenas él venía
y leía el mismo libro que yo hojeaba.

Después lamía la página y borraba
la memoria de los versos más sufridos:
entonces la oscuridad cubría el libro,
y el caballo de fuego se encantaba.

Bien sabía que él aún ardía
en el salitre del libro subsistido
y transformado en olas levantadas.

Bien se sabía el libro que él leía:
la locura del hombre angustiado
en que el íncubo caballo se nutría.

[1952]

Jorge de Lima (União dos Palmares, Brasil, 1893-Río de Janeiro, Brasil, 1953), La invención de Orfeo, traducción de Antonio Cisneros, Colección El Oro de los Tigres V, Universidad Autónoma de Nuevo León, México, 2015

Era um cavalo todo feito em lavas
recoberto de brasas e de espinhos.
Pelas tardes amenas ele vinha
e lia o mesmo livro que eu folheava.

Depois lambia a página, e apagava
a memória dos versos mais doridos;
então a escuridão cobria o livro,
e o cavalo de fogo se encantava.

Bem se sabia que ele ainda ardia
na salsugem do livro subsistido
e transformado em vagas sublevadas.

Bem se sabia: o livro que ele lia
era a loucura do homem agoniado
em que o íncubo cavalo se nutria.
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