Cuando a los ocho años
te enseñaba a andar
en bicicleta, arrastrando los pies
a tu lado
y te alejaste tambaleándote
sobre las dos ruedas, tan redondas
como mi boca abierta por la
sorpresa cuando tomaste
la curva del sendero del parque,
esperando el ruido
que harías al chocar
corrí para alcanzarte
mientras tú te volvías
cada vez más pequeña, más frágil
en la distancia,
pedaleando, pedaleando
por tu vida, gritando
y riendo
el pelo aleteando
detrás de ti
como un pañuelo que dice
adiós.
Linda Pastan (Nueva York, Estados Unidos, 1932), Carnival Evening, Norton, Nueva York, 1998
Versión de Jonio González
Foto: Me, Senescent
TO A DAUGHTER LEAVING HOME
When I taught you
at eight to ride
a bicycle, loping along
beside you
as you wobbled away
on two round wheels,
my own mouth rounding
in surprise when you pulled
ahead down the curved
path of the park,
I kept waiting
for the thud
of your crash as I
sprinted to catch up,
while you grew
smaller, more breakable
with distance,
pumping, pumping
for your life, screaming
with laughter,
the hair flapping
behind you like a
handkerchief waving
goodbye.
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