Guardaba sus canciones, ocupaban tan poco espacio,
le gustaban las tapas:
una descolorida de estar al sol,
una con los círculos de un jarrón con agua,
una pegada, de cuando le dio por poner orden,
y coloreada, por su hija;
y así esperaron, hasta que ya viuda
las encontró, buscando otra cosa, y se puso
a redescubrir cómo esos acordes francos y sumisos
habían dado paso
a esas palabras que los guiones prolongan,
y la infalible sensación de ser joven
se extendió como un árbol que despierta en primavera,
en el que cantaba esa fresca lozanía,
esa certeza de tener tiempo por delante
como cuando las tocó por primera vez. Pero más aún,
el refulgir de ese tan mencionado brillo, el amor,
estalló para mostrar
el vuelo de su luminosa insipiencia,
que aún prometía solventar, y satisfacer,
e imponer un orden inmutable. Por ello,
esconderlas otra vez, llorar,
fue duro, sin admitir en parte que
no lo había conseguido entonces, y no lo haría ahora.
Philip Larkin (Coventry, Inglaterra, 1922- Hull, Inglaterra, 1985), Poesía reunida, Lumen, Barcelona, 2014
Traducción de Damián Alou y Marcelo Cohen
Envío de Jonio González
le gustaban las tapas:
una descolorida de estar al sol,
una con los círculos de un jarrón con agua,
una pegada, de cuando le dio por poner orden,
y coloreada, por su hija;
y así esperaron, hasta que ya viuda
las encontró, buscando otra cosa, y se puso
a redescubrir cómo esos acordes francos y sumisos
habían dado paso
a esas palabras que los guiones prolongan,
y la infalible sensación de ser joven
se extendió como un árbol que despierta en primavera,
en el que cantaba esa fresca lozanía,
esa certeza de tener tiempo por delante
como cuando las tocó por primera vez. Pero más aún,
el refulgir de ese tan mencionado brillo, el amor,
estalló para mostrar
el vuelo de su luminosa insipiencia,
que aún prometía solventar, y satisfacer,
e imponer un orden inmutable. Por ello,
esconderlas otra vez, llorar,
fue duro, sin admitir en parte que
no lo había conseguido entonces, y no lo haría ahora.
Philip Larkin (Coventry, Inglaterra, 1922- Hull, Inglaterra, 1985), Poesía reunida, Lumen, Barcelona, 2014
Traducción de Damián Alou y Marcelo Cohen
Envío de Jonio González
Love Songs In Age
She kept her songs, they kept so little space,
The covers pleased her:
One bleached from lying in a sunny place,
One marked in circles by a vase of water,
One mended, when a tidy fit had seized her,
And coloured, by her daughter -
So they had waited, till, in widowhood
She found them, looking for something else, and stood
Relearning how each frank submissive chord
Had ushered in
Word after sprawling hyphenated word,
And the unfailing sense of being young
Spread out like a spring-woken tree, wherein
That hidden freshness sung,
That certainty of time laid up in store
As when she played them first. But, even more,
The glare of that much-mentionned brilliance, love,
Broke out, to show
Its bright incipience sailing above,
Still promising to solve, and satisfy,
And set unchangeably in order. So
To pile them back, to cry,
Was hard, without lamely admitting how
It had not done so then, and could not now.
© by owner. Added by volunteers for educational purposes and provided at no charge. Dmca
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Foto: Shropshire Star
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