Es verdad
está todo afuera y, se diría,
el que más afuera
de todo está
es el que está muerto,
acostado allá afuera por así
decir, en esa luz de ahora, de la hora
de la siesta, en ese
claro del tiempo abierto bajo el cielo
de justo esta tarde en que me acuerdo
de él como otras veces, pero viene
mezclado en la materia de los sueños:
se le pega
la cara de otro, y otro,
también querido,
le presta el color de un ojo, le alza el brazo
o le alcanza la ropa que se pone
ahora,
pero no sé si antes la tuvo.
Todo está afuera aunque yo crea
pensar así de claro dentro mío,
en el silencio blanco de esta hora
de la siesta ta blanca, y el calor
que hace, serán
al menos treinta grados
afuera de la piel
y adentro, que es afuera
también, el sol, el día
aquel que nos pasamos
juntando peperina en la montaña
y después nos bañamos en el río.
Vos llevabas puesto ese sombrero
de la foto, el machete en la cintura,
que en la foto
lo llevás en la mano, claro,
y que se vea
cómo a veces es bueno no pensar,
porque empezás
hablando y cuando
te descuidaste,
todo está afuera.
Sonia Scarabelli (Rosario, Argentina, 1968), El arte de silbar, Bajo la Luna, Buenos Aires, 2014
Foto: Sonia Scarabelli Festival de Poesía de Rosario 2011
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