Parábola
Este lobo translúcido, este
lánguido andante de un ansia extinguida
no podrá ocultar el matorral
incierto,
la solapada corriente del dolor
donde, sin saberlo, deambula;
no busca el placer sino el ensueño
de existir, a ras del piso, arrastrado
por el alcohólico comezón de la angustia.
Sonríe, a veces, a la altura, sin embargo;
como abarcando un círculo de airado ópalo;
cúmulos temibles de cernidas
olas de fuego, berceuse vertida en pizzicatto,
tremando en la sima de la niñez.
Fueron entonces los momentos,
en que, exhibiendo su cuchillo,
lo hundió en las junturas de las piedras
de algunas coquetas callecitas;
amasó un cosmos de la tierra fascinada
en el prodigio del principio: con saliva
y orina fue creando la invención del amor.
Y quedó solo.
Aldo Oliva (Rosario, 1927-2000), "Ese general Belgrano y otros poemas", 2000, Poesía completa, Editorial Municipal de Rosario, Rosario, 2003
Ilustración: Venezia d'oro, 1961, Lucio Fontana
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