Rojo
En un lado de casa, el más sagrado,
está la esquina roja del icono,
los labios de la herida que conozco,
la única, la verdadera intimidad intacta,
el pacto cumplido.
Negro
En el negro se arman las vidas,
porque no pronuncia luto sino plenitud
y todo recibe como un padre.
Como una luz que ha sido y es
sólo en la oscuridad por siempre tuya.
Gris
El nuevo día se ha levantado, mi quieto no amor,
si ya distingues el grana del gris
en la oscuridad todavía fresca, todavía no palabra,
en la masa blanda de la luz
que dibuja los márgenes de las manos
y despliega el borde oscuro de la boca
en la hipoxia haragana del despertar.
La llanura breve del día
se anima de gestos amables
y figurantes
y paraísos e infiernos
al fin perdidos.
Isabella Panfido (Venecia, 1955), Pantone, inédito
Envío de Roberto Pasquali
Versiones de J. Aulicino
Rosso
Nel canto di casa, il più sacro,
è l’angolo rosso dell’icona,
i labbri della ferita che conosco
la sola, la vera intimità intatta
il patto assolto.
Nero
Nel nero si compongono le vite,
che non lutto pronuncia ma pienezza
e tutto come un padre accoglie.
Come una luce che è stata ed è
solo nel buio per sempre tua.
Grigio
Il giorno nuovo si è fatto, mio quieto non amore,
se già distingui la grana del grigio
nel buio ancora fresco, ancora non parola,
nella pasta molle di luce
che disegna i margini alle mani
e distende il bordo scuro della bocca
nell’ipossia pigra del risveglio.
La pianura breve del giorno
si anima di gesti garbati
e figuranti
e paradisi e inferni
perduti finalmente.
Foto: Isabella Panfido en Chiasso/Letteraria
¡Qué buena es! Gracias, Irene
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