Calcio
Tu hijo no es tu hijo ni es hijo de la vida.
Es una sonrisa espléndida entre dos aguas:
dulces y saladas.
Una agitación.
Un desnudo de escamas plateadas dorándose, luna de pus al sol.
Redundancia: Calcio y Amor no son la misma cosa.
Calcio dormía con flores en el pelo, sí, para desprevenir
al enemigo. Calcio es sólido de todo lo que fue líquido.
Cerca, junto al manantial de la sonrisa se sonroja
y moja la pólvora con pequeñas arcadas:
odia la guerra con el mismo odio
con que los negros
aman la libertad de comerciar,
¿había en su mente ahogado
un niño de pus
contra las vías eléctricas,
el cuerpo de algodón en cruz?
El primer tren.
La primera pólvora.
El primer arroz, etc.
¿Paraíso?
Él, que pasa toda la línea de fuego
con una flor entre los dientes.
Martín Rodríguez. Del libro inédito Paraguay, vía No Retornable.
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