La arena negra. El agua que corre
en arroyitos, los caracoles
un poco más grandes que los nuestros, más rugosos,
que a duras penas despegamos de su cieno.
El murmullo de los árboles, su espesor.
En todas partes el suelo tiene el mismo aspecto,
la misma riqueza, la misma frescura,
el mismo silencio, el mismo aburrimiento.
Nada que te dé la menor pista;
pero si la tierra se niega así al recuerdo humano,
¿por qué conduce aquí el camino?
China Beah, Vancouver Island, 1995
Anne Talvaz (Bruselas, 1963), Confesiones de una Gioconda y otros poemas. Trad. Mirta Rosenberg y Jaime Arrambide. Ediciones Bajo la Luna, Buenos Aires, 2008
Foto: El Peregrino Literario
act. 2016
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