Suponiendo que éste sea el último día de mi vida
(lo que podría significar que es casi el primero),
me estoy quedando ciego pero mi ceguera es luminosa.
Preparado para lo que aquí se conoce como muerte;
sin miedo a esa extraña palabra, “siempre”.
Puedo ver incluso que ahí no hay nada
que temer: habiendo estado ya
para siempre, soy incapaz de recordar
nada que me aterre, allí, o me lastime.
Lo que me asustó, aparentemente, y lastimó
fue haber nacido. Pero me sobrepuse a ello
sin resentimientos. Morir, imagino,
será lo mismo, me sentiré más solo, quizá,
pero seguramente no más impresionado o prolongado-
Es oscuro, según recuerdo, después brillante, tan brillante.
Franz Wright (Viena, Austria, 1953-Waltham, Massachusetts, Estados Unidos, 2015), God’s Silence, Alfred A. Knopf, Nueva York, 2006
Traducción de Jonio González.
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Foto: Literary Hub
A HAPPY THOUGHT
Assuming this is the last day of my life
(which might mean it is almost the first),
I’m struck blind but my blindness is bright.
Prepare for what’s known here as death;
have no fear of that strange word forever.
Even I can see there’s nothing there
to be afraid of: having already been
to forever I’m unable to recall
anything that scared me there, or hurt—
what frightened me, apparently, and hurt
was being born. But I got over that
with no hard feelings. Dying, I imagine,
it will be the same deal, lonesomer maybe,
but surely no more shocking or prolonged—
it’s dark as I recall, then bright, so bright.
Impresionante. Gracias! Alfredo Lemon
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