Dejo a la luna girando alrededor de la tierra
Y las estrellas iluminando el cielo
Igual como lo hicieron hace un millón de años
Dejo el océano siempre en movimiento
Los ríos depositando su agua en el mar
Y los volcanes explotando por aquí y por allá
Dejo a las ciudades
En riesgo de desaparecer o ser absorbidas por otras
Que vendrán a ocupar el espacio disponible
Dejo los días de la semana transcurriendo inmutables
Los bosques en extinción inexorable
Dejo el sol que alumbrará por millones de años
Hasta convertirse en una estrella amarilla
Y terminar como una roca muerta
Dejo a la sonda Voyager 1 navegando
En dirección a la constelación de Ofiuco
Que en 40 mil años más se acercará a la estrella
AC +79 3888
Aunque no sabemos qué será entonces de nuestro planeta
En cuanto a la Voyager 2
Me aseguran que
En unos 296 mil años pasará a la cuadra de Sirius
La estrella más brillante del cielo
Y no se descarta que en su trayecto
Voyager 2 sea avistada por seres inteligentes
Con los que seguramente nunca nos podremos comunicar
Dejo a mi corazón latiendo hasta
Tanto la enfermedad de Chagas lo permita
Y el recuerdo de viejos amores permanezca intacto…
Hernán Miranda (Quillota, Chile, 1941), Plaquettes de la Cuarentena, Ediciones Tácitas, Santiago de Chile, 2020. Vía Cine y Literatura
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Foto: Hernán Miranda en la portada de Bar abierto, Ediciones UDP, Santiago de Chile, 2014
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