Postal
La canilla que gotea en realidad es la aguja
sistemática del reloj. Sigo con la mirada
los árboles allá en el bosque alado;
perduran.
El tema no es el tiempo sino el verde.
No hay el para qué
Late, corazón
de pájaro o persona,
no para volar ni caer, ni tener
o perder. No hay el para qué sino el cómo, y un sentido.
A Matilda
Pasa
Y este plácido despejarse del cielo
como el viento, suave, en la cara,
y el reflejo del agua contra la pared en esa terracita, abajo,
y la copa del gomero que insiste, roza la cornisa
parece que cae y no, sube,
la noche contra el día,
y se ha vuelto a nublar, pasa, pasa.
Sal
Por volver la vista atrás
pude mirar fracaso tras fracaso tras fracaso,
fuegos vi, la ciudad hecha fuego,
convertida en un apocalipsis precoz. Y
mi nombre perdido hacia un desierto si volteo
la cabeza hacia adelante, hacia
lo que me espera:
soy a duras penas la mujer de Lot: mi necesidad
no tiene nombre.
Irene Gruss (Buenos Aires, 1950-2018), De piedad vine a sentir, Ediciones en Danza, Buenos Aires, 2019
Otra Iglesia Es Imposible - Casta Diva - Ediciones en Danza - Ediciones del Dock - Ediciones Ruinas Circulares - Op. Cit. - La Otra Poesía - Perfil - Eterna Cadencia - Página 12 - Clarín - Vallejo & Co. - 1 Poeta 10 Preguntas - La Ficción del Olvido
Foto: Constanza Niscovolos/Página 12
Grato siempre sentir la poesía de Irene Gruss
ResponderBorrarMari L.