Qué brillantes y claras
en invierno las ramas del sicomoro
de las que la corteza exterior
se ha desprendido y caído
como trapos grises.
Qué bendición
que las hojas no
oscurezcan su desnudez.
El cuerpo resucitado. El cuerpo
resucitado del amado
aún en este mundo.
Esos poemas en los que aparece
un fantasma del amado: esos
son verdaderamente inolvidables. Un truco
de la mente para que pienses
que está perdida, que él nunca
volverá.
Despiertas
en medio de la oscuridad, sollozando. Oyes
el río al otro lado de tu ventana,
discurrir hacia el mar. Piensas:
¿Quién podría leer poemas
con esta oscuridad? Y todo el tiempo
tu pena es el poema de esperanza
y el amado está ahí, a tu lado.
Gregory Orr (Albany, Estados Unidos, 1947), Concerning the Book that is the Body of the Beloved, Copper Canyon Press, Port Townsend, Washington, 1999
Versiones de Jonio González
Ref.:
Gregory Orr Net
Poetry Foundation
Image
Periódico de Poesía
Otra Iglesia Es Imposible
Foto: Matt Valentine. Courtesy of Blue Flower Arts/Poetry Foundation
How radiant and pale
The winter sycamore branches
From whick the outer bark
Has peeled and fallen
Like gray rags.
What a gift
That the leaves do not
Obscure its nakedness.
The risen body. The risen
Bodly of the beloved
Still in this world.
_
Those dreams in which a phantom
Of the beloved appears: those
Are a true haunting. A trick
Of the mind to make you think
She's lost, that he will never
Come again.
You wake
In the dark, weeping. You hear
The river outside your window,
Flowing to the sea. You think:
Who could read poems
In this darkness? And all the time
Your sorrow is the poem of hope
And the beloved is there beside you.
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