Ahora tú conversas, padre mío, despierto
José Portogalo
Bebe, se resigna. Su vida era la rima.
Oye, levísima, una respiración a sus espaldas:
es la tortura física lo que lo aterra.
Habla de las razones de su existencia,
las razones de la locura solidaria que lo acompaña,
la locura que lo acompaña con su música seductora,
con su música seductora a sus espaldas.
"¿Rima, escribe, habla?", le pregunto.
Si vida era la rima, su vida era la rima.
"¿Mueren los afectos también?", me pregunta.
"Es una buena versión", digo.
Nada lo complace, hábitos que ha adquirido con el tiempo,
hábitos de lenguaje, torturas que se complace en reiterar,
hábitos de vida miserable,
sutiles ejercicios de la palabra,
solitarios ejercicios para su rima.
Bebe, se resigna, Oye, levísima,
una respiración a sus espaldas,
entrecortada, una respiración audible.
"¿Rima, rima, rima?"
Se exalta, lo aterra la tortura física.
Si vida era la rima.
Pablo Ananía (Rosario, Argentina, 1942), Juan Carlos Martini Real, Los mejores poemas de la poesía argentina, Corregidor, Buenos Aires, 1974
Ref.:
La Idea Fija
Página 12
Blog del Amasijo
¡Què hermoso poema! Gracias por hacerlo conocer.
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