Tendrá treinta años el musicante rengo
y acaso un principio de ataraxia locomotriz.
A oír sus rapsodias a este café vengo
arrastrando mi pena como a una lombriz.
La mujer es aquélla, la blanca, la loca
mujer que a todos remira,
la pobre ya siente que toca
la inmortalidad de "Yira-Yira".
El hombre, para olvidar, bebe,
y yo bebo para olvidar:
la mujer esa debe
cocainizarse para terminar.
Entre los tres sumaremos doce lustros,
-¡y estamos tan cansados ya!-
tengamos un gesto de decadencia augusto:
hagamos un "menage a trois".
La ronda tan linda de los desgraciados:
un poeta enfermizo y desconocido,
un rengo con una cuerda que se ha terminado
y la mujer borrosa que de todos ha sido.
El rengo me mira con piadosa mofa,
la mujer me sonríe con un gesto opaco,
yo bostezo y me río de mi perruna estofa,
mientras azul se arrepiente el tabaco.
Nicolás Olivari (Buenos Aires, 1900-1966) La musa de la mala pata. El gato escaldado, Centro Editor de América Latina, Buenos Aires, 1982
Ilustración: En el café, 1891, Henri de Tolouse Lautrec
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