Volver a empezar
No es para tanto. Te ayudaré. Recoge los granos de maíz.
Los cantos rodados. Las cartas, aquel pañuelo rojo,
la hoja del diario atrasado donde se ofrece un empleo,
un poco de arena o de tierra, la cuenta del hotel y la maleta
desfondada. Te has quedado mucho tiempo de pie, sin tocar
el timbre. Eso es todo.
Edgar Bayley (Buenos Aires, 1919- 1990), El día, Ediciones del Mediodía, Buenos Aires, 1968
Ilustración: Antonio Seguí antonio-seguí.com
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El hombre moderno
Es infinita esta riqueza abandonada
maestro! es uno de los poemas que más me gustan.
ResponderBorrar¡Maestro total! Gracias, gracias, Irene
ResponderBorrarSiempre quise a este poema.
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