Las multitudes se concentraron el día señalado, a ambos lados. Apareció él y pronunció un corto discurso, como se esperaba. ¡Un discurso! ¿Qué podía decir sino que tenía que saltar, desesperadamente, para completar la faena? Y se arrojó a la corriente. En lugar de descender en picado, hizo ondear su cuerpo. El discurso le habría fallado, estaba confuso. La palabra había sido despojada de su sentido. No hay error en Sam Patch. Golpeó el agua de lado y desapareció.
William Carlos Williams, Paterson, versión de Margarita Andanaz, Cátedra, Madrid, 2001
(wcw dice algo y siempre me remite a la imagen atolondrada de la multitud tras el coche funebre)
ResponderBorrar