Estimado señor:
Por razones que enseguida comprenderá, me abstengo de firmar este comentario, breve relato de una perplejidad que todavía no he superado. Fui jurado de preselección de un premio literario y tuve la oportunidad de leer un texto que comenzaba de este modo: "En un lugar de la Mancha de cuyo nombre no quiero acordarme, me enteré de que había muerto mamá, ese mismo día, o el anterior, no sé."
La increíble unión de dos citas ilustres (de Cervantes y Camus) presagiaba un juego verbal al que me volqué con el mayor deleite. En efecto, eso era. Si el autor hacía un flash back, comenzaba diciendo: "Me han pedido que ponga por escrito todo lo referente a mi aventura, pero omitiendo la ubicación exacta de las locaciones..." Comenzaba un capítulo diciendo: "Nuestro enfermero tenía esa peculiarísima condición". Terminaba otro anotando: "Mas esos incidentes los narraré tal vez en otro volumen." Para aludir a su dolor, escribía: "Como quien se desangra". Consignaba el lento paso del tiempo con: "El amanecer no había terminado la segunda parte de su trabajo". Le hacía exclamar a un personaje alto y calvo que había estado preso: "¡Mujeres!" Otro personaje lavaba una vereda y el narrador reflexionaba: "Ahora es el momento de hablar del vaciado del tonel." Y lo hacía en términos físico-matemáticos. Si el hombre entraba a un bar, buscaba "un lugar limpio y bien ilumindado", y al enumerar a los presentes en un restaurante, culminaba con: "Y el finadito Rosendo."
En fin, aquello era un festival de citas. Pero aun así la novela tenía un desarrollo. Básicamente, contaba la historia de un motociclista que recorría el llamado "camino de Quijote" en La Mancha, un itinerario que consiste en unir los sitios a los que alude la egregia obra cervantina. En esas circunstancias, se entera de la muerte de su madre cuando chequea sus mails en un poblado, pero está tan dado vuelta que duda si es un antiguo hidalgo que sueña ser un motociclista o un motociclista que sueña ser don Quijote y apenas entiende el mecanismo de respuesta del correo electrónico. El caso es que la novela narra el largo regreso del narrador a su casa. Cuando llega, no le sale al encuentro su padre, como esperaba, sino un hijo que no sabía que tenía, quien abre la puerta y le dice: "Viejo, ¿llegaste aquí a pie?", glosa directa a la Odisea, constatada. No voy a seguir la narración porque quizá el libro se publique. Sólo quiero comunicarle que el jurado de preselección consideró plagio universal esta novela, ante mis dudas y cavilaciones. Y no se quiso siquiera hablar de intertextualidad. Reconozco que había escenas malogradas por el afán de cita, o la epiléptica copia, como la ya mencionada del durmiente que duda de su condición y la de el hombre que innecesariamente musita: "¡El horror, el horror!", pero en conjunto el relato tenía el sabor de una antigua aventura. Así que voté por la abstención y renuncié.
Espero Dios me ilumine y logre poner en orden mis ideas para dar a la imprenta la relación completa de estos sucesos increíbles, antes de entregar mi alma.
A mí se me ocurre que indudablemente un fantasma recorre Europa y que el Peronismo es el hecho burgués de un país maldito.
ResponderBorrarNo era el hecho maldito del país burgués? Usted cita a la bartola...
ResponderBorrarBueno, gracias por este ejercicio de intertextualidad y un abrazo