Dos haikus y un tanka de tres poetas mujeres que sobrevivieron a las bombas atómicas de Hiroshima y Nagasaki; y un poema de un viejo maestro zen:
Fuegos artificiales
allá en el río:
huesos ardiendo.
Utsumi Kanko
*
Mi niño duerme
en esta tierra azul
con radiaciones.
Terai Sumie
*
Puesto que hay tantos
pequeños esqueletos
aquí reunidos,
estos huesos más largos
deben ser del maestro.
Shoda Shinoe
(Hiroshima, Japón, 1910-1965)
*
Las flechas disparadas
una contra la otra
se encuentran y dividen
el vacío en su vuelo.
Así vuelvo al origen.
Gesshu Soko
(Japón, 1618-1696)
Traducción del inglés: Andrés Neuman
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Ilustración: El Enso, círculo zen. Se hace de un solo trazo. Imagen difundida por internet, sin datos
Maravillosos.
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