La belleza es una mala costumbre del infinito: esa vanidad
del caos mirándose a sí mismo como se miran los espejos:
lo que deslumbra es el reverbero entre dos nadas. La razón
es una coartada de oro, pero igual nos condenan a la pena
mayor: la espiral de los caracoles es la distancia más larga
entre morir y morir. El universo no es una caja de música,
pero igual esconde su resorte en la sombra: no hay pájaro
que le dé cuerda al mundo. O no es un pájaro. La sucesión
de los números es irracional, pero no salvaje: un latiguillo
mantiene el orden en esa fila de irse derechito al más allá.
(inédito)
Bruno Di Benedetto (Avellaneda, Argentina,1955; vive en Puerto Madryn, Argentina)
del caos mirándose a sí mismo como se miran los espejos:
lo que deslumbra es el reverbero entre dos nadas. La razón
es una coartada de oro, pero igual nos condenan a la pena
mayor: la espiral de los caracoles es la distancia más larga
entre morir y morir. El universo no es una caja de música,
pero igual esconde su resorte en la sombra: no hay pájaro
que le dé cuerda al mundo. O no es un pájaro. La sucesión
de los números es irracional, pero no salvaje: un latiguillo
mantiene el orden en esa fila de irse derechito al más allá.
(inédito)
Bruno Di Benedetto (Avellaneda, Argentina,1955; vive en Puerto Madryn, Argentina)
Todos los poemas que he leído de Di Benedetto, son extraordinarios. Gracias por darlos a conocer. Mirtha Lucía
ResponderBorrarUno de los mejores poetas argentinos. Gracias.
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