Estoy leyendo
una antigua farmacopea:
"El centeno posee la virtud
de reducir humores
pero causa
melancolía."
Bueno, me digo, yo conozco
un remedio apropiado.
Es un jardín, y en él
hay una joven y encantadora dama
detenida en el tiempo.
Con gracia, se levanta
el borde de la falda
y al mismo tiempo
espanta a los gorriones
con un simple gesto de las manos.
Voilá! Eso es todo…
O prueba algún aceite de la sagacidad.
The London Review of Books, 2003
Carl Rakosi ((Berlín, 1903-San Francisco, 2004), en Perros en la playa
Traducción de Jordi Doce
Envío de Jonio González
---
Foto: Carl Rakosi escucha música. Foto de Olivier Brossard en Jacket 25
una antigua farmacopea:
"El centeno posee la virtud
de reducir humores
pero causa
melancolía."
Bueno, me digo, yo conozco
un remedio apropiado.
Es un jardín, y en él
hay una joven y encantadora dama
detenida en el tiempo.
Con gracia, se levanta
el borde de la falda
y al mismo tiempo
espanta a los gorriones
con un simple gesto de las manos.
Voilá! Eso es todo…
O prueba algún aceite de la sagacidad.
The London Review of Books, 2003
Carl Rakosi ((Berlín, 1903-San Francisco, 2004), en Perros en la playa
Traducción de Jordi Doce
Envío de Jonio González
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Foto: Carl Rakosi escucha música. Foto de Olivier Brossard en Jacket 25
Aceites, redomas, cutículas, alveolos, elixires, esencias, endorfinas, humores: hadas que en cada acto de transformación –esos que practican con irreflexivo deleite- pierden sutiles, pequeñísimas partículas de su tamaño original y se volatilizan un buen día, sin dejar huella.
ResponderBorrarCarl Rakosi no hablaba por hablar.