viernes, octubre 01, 2010
Leonardo Sinisgalli / Dos poemas
Conjuro para el mal de la mano
Tú no la envilezcas
No la abandones
Tú la debes cultivar
Para que no muera.
La mano tanto dista
Del corazón, de la oreja, de la vista.
Post scriptum
Alguno goza en el huerto
Su hora de delicia,
Algún arrebatado
Escribe versos entre las cestas de nueces
Alguno rasca el tártaro* de los toneles
Bien abajo. A media edad
El poeta sobrevive. Su fortuna
Duró un suspiro. Un relámpago
Su gracia.
*: “Tartaro” es también fondo de una tinaja y el propio sarro que se forma allí. Desde luego que también es nuestro Tártaro, forma de llamar al Hades pagano en donde habitan los muertos.
Leonardo Sinisgalli (Montemurro, Lucania, 1908-Roma, 1981)
Versiones y nota de Ángel Faretta
Scongiuro per il male alla mano
Tu no l’avvilire
No l’abbandonare,
Tu la devi coltivare
Per no farla morire.
La mano tanto dista
Dal cuore dall’orecchio dalla vista.
Post scriptum
Qualcuno gode nell’orto
La sua ora di delicia,
Qualcuno forsenatto
Scrive versi tra le ceste di noci
Qualcuno raschia il tartaro dalle botti
Nei sottani. A mezza età
Il poeta sopravvive. La sua fortuna
Durò un soffio, un lampo
La sua grazia.
Ilustración: Huerto florecido, 1889, Vincent Van Gogh
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