martes, septiembre 17, 2013

William Carlos Williams / Paterson, 14

Libro 2
Domingo en el parque
I

Fuera
fuera de mí
hay un mundo,
se quejó él, sometido a mis exploraciones
—un mundo

(para mí) en calma,
al que me acerco
concretamente—

El escenario es el Parque
sobre la roca,
femenina para la ciudad

—sobre cuyo cuerpo Paterson adiestra sus pensamientos
(concretamente)

—fines de primavera,
¡una tarde de domingo!

—y va por el sendero hacia el acantilado (contando:
la prueba)

él entre los otros,
—pisa las mismas rocas
donde sus pies resbalan mientras trepan,
¡al ritmo de sus perros!

riendo, llamándose entre ellos—

¡Espérenme!

.  .  las piernas feas de las muchachas,
¡pistones demasiado fuertes para la delicadeza! .
los brazos de los hombres, rojos, acostumbrados al calor y al frío,
a zarandear cuartos de res y .

¡Bah! ¡Bah! ¡Bah!¡Bah!

—superando

los riesgos:
¡cayendo a baldes!
¡Para la flor de un día!

Llegó sin aliento, luego de un difícil ascenso, él,
mira hacia atrás (¡bello pero costoso!) ¡a
las torres gris perla! Re-gresa
y comienza, posesivo, entre los árboles,

ese amor,
que no es, no es en esos términos
en los que todavía creo
a pesar de todo;
la tierra seca, —pasiva-posesiva

Caminando —

Los matorrales se amontan en grupos de pinos de arena achaparrados,
prácticamente todos de la roca desnuda  .  .

—una diseminación de cedros altos como el hombre (piñas puntiagudas),
zumaque de astas  .

—raíces, retorciéndose, en su mayoría
en la superficie
(¡tan cerca estamos de arruinar cada
día!)
buscando la yesca seca podrida

Caminando —

El cuerpo está ligeramente inclinado hacia delante de la posición básica
de pie y el peso echado sobre la planta del pie,
mientras que el otro muslo está levantado y la pierna y el brazo
contrario se balancean hacia adelante (fig. 6B). Muchos músculos, ayudados .

A pesar de haber dicho que nunca volvería a escribirte, lo hago ahora porque descubro, con el paso del tiempo, que el resultado de mi fracaso contigo ha sido la maldición absoluta de todas mis capacidades creativas de un modo particularmente desastroso como nunca antes experimenté.
   Desde hace varias semanas (cada vez que intenté escribir poesía) cada pensamiento que apareció, incluso cada sensación, se borraron de esa capa dura de mí mismo que comenzara a amontonarse desde la primera vez que sentí que ignorabas los contenidos reales de las últimas cartas que te envié, y que finalmente se congelaron, convirtiéndose en una sustancia impenetrable cuando me pediste que dejara de escribirte sin siquiera una explicación. 
   Ese tipo de bloqueo, que lo exilia a uno de uno mismo—¿lo experimentaste alguna vez? Me atrevo a decir que sí, de a ratos; y si así fuera, puedes comprender perfectamente el daño psicológico que causa cuando se convierte en una condición permanente, día a día.

¿Cómo te amo? ¡Así!

(¡Él oye! ¡Voces  .  indefinidas! Las ve
moverse, en grupos, de  a dos y de a cuatro — filtrándose
por medio de diferentes caminos.)

Le pregunté, ¿Qué haces?

Sonrió paciente, La clásica pregunta americana.
      En Europa preguntarían, ¿Qué estás haciendo? O,
     ¿Qué estás haciendo ahora?

¿Qué hago? Escucho el agua caer (¡Ningún sonido
     de ella aquí sino con el viento!) Esta es toda mi
    ocupación.  

William Carlos Williams (Rutherford, 1883-1963), Paterson, New Directions, New York, 1963
Versión de Silvia Camerotto


Book Two
Sunday in the Park I
 Outside /outside myself /there is a world /he rumbled, subject to may incursions /—a world //(to me) at rest, /which I approach /concretely— //The scene’s the Park /upon the rock, /female to the city //—upon whose body Paterson instructs his thought /(concretely)//—late spring, /a Sunday afternoon! //—and goes by the footpath to the cliff (counting: /the proof) //himself among the others, /—treads there the same stones /on which their feet slip as they climb, /paced by their dogs! //laughing, calling to each other— //Wait for me! //. . the ugly legs of the young girls, /pistons too powerful for delicacy! /the men’s arms, red, used to heat and cold, /to toss quartered beeves and  .   //Yah! Yah! Yah! Yah! //—over-riding /the risks: //pouring down! /For the flower of the day! //Arrived breathless, after a hard climb he, /looks back (beautiful but expensive!) to /the pearl-grey towers! Re-turns /and starts, possessive, through the tress, //—that love, /that is not, is not in those terms /to which I’m still positive /in spite of all; /the ground dry, /— passive-possessive //Walking — //Thickets gather about groups of squat sand-pine, /all but from bare rock .  .  . //—a scattering of man-high cedars (sharp cones), /antlered sumac  .  //—roots, for the most part, writhing /upon the surface /(so close are we to ruin every /day!) /searching the punk-dry rot //Walking — //The body is tilted slightly forward from the basic standing /position and the weight thrown on the ball of the foot, /while the other thigh is lifted and the leg and opposite /arm are swung forward (fig. 6B). Various muscles, aided . //Despite my having said that I’d never write to you again, I do so now because I find, with the passing of time, that the outcome of my failure with you has been the complete damming up of all my creative capacities in a particularly disastrous manner such as I have never before experienced. //For a great many weeks now (whenever I’ve tried to write poetry) every thought I’ve had, even every feeling , has been struck off some surface crust of myself which began gathering when I was first sensed that you were ignoring the real contents of my last letters to you, and which finally congealed into some impenetrable substance when you asked me to quit corresponding with you altogether without even an explanation. //That kind of blockage, exiling one’s self form one’s self —have you ever experienced it? I dare say you have, at moments; and if so, you can well understand what a serious psychological injury it amounts to when turned into a permanent day-to-day condition. //How do I love you? These! //(He hears! Voices . indeterminate! Sees them /moving, in groups, by twos and fours  —  filtering /off by way of the many bypaths.)  // I asked him, What do you do? //He smiled patiently, The typical American question. /In Europe they would ask, What are you doing? Or,  /What are you doing now? //What do I do? I listen, to the water falling. (No /sound of it here but with the wind!) This is my entire /occupation.


Ilustración: Portadas de las primeras ediciones de los libros de Paterson, New Directions, Nueva York, 1946, 1948, 1949, 1951, 1955

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