lunes, abril 25, 2016

Soledad Castresana / GnR en CDMX
















(o divertimento poético fallido donde se retoma el tempus fugit)

Ay, tal vez no fui, querido Axl,
porque no quería verte así:
gordo y sentado: rey vencido.
Habiendo perdonado a tu enemigo,
O fue tal vez porque no quise
que me vieras a mí, así: tan bien
casada, madre, adaptadita,
ama de casa, aburguesada.

¿A dónde fueron a parar, querido Axl,
la bandana roja y negra que ceñía mi muñeca,
las remeras, los pósters, los collares de cadena?
Los aros los conservo. Guardados.
No queda bien una señora que en la oreja
lleva una bala, un colmillo, un esqueleto.

Hoy, heme aquí, a cincuenta en Insurgentes
escuchando por la radio emocionada
la crónica de anoche, del concierto,
(parece que llovía, yo dormía, Greta
va a la escuela –privada, por supuesto-
a la mañana).

¡Ay, Axl! Debería haberte visto entonces
cuando tocaron en Baires, cuando todas
éramos jóvenes y bellas, en la gloria,
en la década más rara de la historia.

Vivía en La Pampa todavía y me negaron
el dinero, el permiso. ¡¿Por qué a mí?!
¡No es justo! ¡No me entienden! Pataleaba,
lloraba, como ahora.

El tiempo huye, Axl, de nosotros.
Ya no podemos mezclar armas con rosas
(ni vino con cerveza u otras cosas).


       A las amigas de entonces: Leonela, Ana, Jesica, Laura, Clari, Paz
       A Maricela, por su Beatus

Soledad Castresana (General Pico, Argentina, 1979), Vía FB


1 comentario:

  1. ¿A cuántas les negaron el dinero, el permiso?
    ¿Cuántas se escaparon y fueron lo mismo (y terminaron cagadas a palos por sus viejos cuando volvieron con la expresión de quien le vio la cara a su dios por primera vez)?

    (Cynthia Tallarico, in memóriam)

    ¿A cuántas de las que nacieron entre, digamos, el 73 y el 80 Axl (y Slash, por favor no olvidar a Slash) le marcaron la adolescencia -y parte de la adultez-?

    ¡Qué bueno -para aquellas que pudieron- haberlos visto en el pico de su gloria, y no sexagenarias caricaturas de lo que fueron!

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