jueves, julio 31, 2008

Antono Delfini / Tres poemas




























La tierra separada

"La tierra separada de su universo."
Noticia importante que apareció en el Corriere,
la más grande y alucinante desde la caída del fascismo.

"Jaime Duarte Vascon", decía el periódico,
"joven cientista de siete años, hijo de un general,
ha descubierto que el mundo ha caído en un vaso.
No dice dentro de cuánto sobrevendrá el fin
puesto que eso ya no importa saberlo,
siendo un segundo del tiempo antiguo
equivalente a un millón de años del tiempo moderno".

Roma, noviembre 1959


Dominado el motín en una cárcel cubana

Dominado el motín en una cárcel cubana
quería arreglar mis cuentas para siempre.
Estaba cansado de la vida de comisionado,
estaba cansado de hacer de carcelero
quería volverme un asesino independiente.

Cuando en Londres se mató María Callassi...

Roma, noviembre 1959


Vivimos

Vivimos
en pánico
total
absoluto
inverecundo
sin remisión.

De Roma a Milán, en el rápido, 6 de marzo de 1960

Antonio Delfini (Modena, 1907-1963), Poesie della fine del mondo e Poesie escluse, Quodlibert, Macerata, 1995.
Versiones de Jorge Aulicino

Noticia: Hijo de una familia de propietarios de tierra, se inscribió en los años veinte en las milicias juveniles fascistas. Abandonó paulatinamente la militancia y se dio a las letras. Frecuentó los ambientes literarios y colaboró en revistas de Roma y Florencia. Redactó el manifiesto del Partido Conservador Comunista, que no tuvo ninguna fortuna política. Calificado con cierta justicia como un "diletante de la paraliteratura", Pier Paolo Pasolini escribió sobre él: "Delfini ha perseguido toda su vida un ideal que podríamos llamar, malamente, sacro. Este ideal sacro consistía, empero, en una fundamental desacralización de todo".


La terra separata
"La terra separata dal suo universo."/Notizia importante che apparve sul Corriere/ più grande e allucinante dalla caduta del fascismo.// "Jaime Duarte Vascon" diceva il giornale/"giovane scienziato di sette anni figlio di un generale/ ha scoperto che il mondo è caduto in un bicchiere./ Non dice da quanti anni avvene la fine/ poiché questo ormai poco importa saperlo/ essendo un secondo del tempo antico/ pari a milione d'anni del tempo moderno.

Domata la rivolta in un carcere cubano
Domata la rivolta in un carcere cubano/volli farmi liquidare per sempre./Ero stanco della vita del questore/ ero stanco di fare l'aguzzino/quería diventare un libero assasino.// Quando a Londra si ammazó Maria Callasi...


Noi viviamo
Noi viviamo/ de una paura/totale/assoluta/invereconda/ senza remissione.



Foto: Delfini (izq.) con Mario Pannunzio, Viareggio, 1936.

Georg Trakl / Dos poemas



















Canción de la noche

Hálito de lo inmóvil. Un rostro de animal
pasmado ante la santidad del azul.
Poderoso es el silencio en la piedra.

La máscara de un pájaro nocturno. Tres dulces
sones suenan a una. ¡Elai! tu rostro
se inclina mudo sobre el agua azulada.

Oh callados espejos de la verdad.
En la sien de marfil del solitario
aparece el reflejo de ángeles caídos.


Al anochecer mi corazón

Al anochecer se oye el grito de los murciélagos.
Dos caballos negros saltan por el prado.
Susurra el arce rojo.
Ante el caminante aparece la pequeña taberna del camino.
Magnífico gustar el vino nuevo y nueces.
Magnífico: tambalearse borracho en el bosque crepuscular.
A través del ramaje negro suenan campanas lastimeras.
Sobre la cara gotea rocío.

Georg Trakl (Salzburgo, 1887 - Cracovia, 1914), Poesías, Carmina, Buenos Aires, 1970
Traducción de Wolfgang von Harder, Narciso Pousa, Rogelio Bazán, Sofía Maffei

El escapulario, la copa


la única estrategia

su trazo, personal e impersonal
parte de que todo
es uno,
y se complace con olas
gigantes y azules, faisanes,
un pescador
debajo de la luna, autorretrato

Alberto Girri

como un escapulario
pendes de la muerte
ella es
en verdad
quien te desliza
en torno de las cosas
que te abrazan ahora

ella fragua los papeles del día
en el fulgor de esa pared
que resplandece
en el aire acechado
por brasas que aún perduran

¿qué se podrá llevar
que no haya naufragado
por sí mismo
en el incierto día?

*


Hunde
su copa
antigua

en el
mar
del
lenguaje.

La
retira
vacía.

Camilo Sánchez (Mar del Plata, 1958), A través del viento en la ventana, inédito.

miércoles, julio 30, 2008

Dos poemas de T'ao Hung Ching


Noche borrascosa

La noche está cargada de nubes tormentosas.
Los gansos salvajes vuelan y graznan asustados
en el cielo oscuro. La niebla cubre las colinas.
Sólo se ve una hermosa silueta recortada
tras la tela de una ventana iluminada.
Entre las nubes asoma a veces la luna fría.
Sopla el viento helado del invierno.
Mi corazón enamorado está henchido de dolor
y aún no ruedan las lágrimas sobre mis mejillas.
¿Cuándo se desatará la tormenta que palpita
en los pensamientos borrascosos que me oprimen?

En base a la versión de K. Rexroth en Love and the Turning Year. One Hundred More Poems from the Chinese, New Directions, Nueva York, 1970, y la versión al castellano de C. Manzano, Gadir, Madrid, 2006.


Al emperador

Me preguntas qué busco en las montañas.
Yo respondo: las nubes blancas flotantes
sólo puedo contemplarlas en soledad.
No es sabiduría que pueda ofrecerte.


Sobre la única versión alcanzada de este poema, la cita del maestro Sheng Yen en el Great Taoist Center en Washington, DC, el 22 de noviembre de 1985.

Noticia: T'ao Hung Ching (Mo-ling, 451- Hua-yang, 536) fue preceptor de palacio y luego eremita. De elevada reputación en vida, es hasta hoy uno de los más citados doctores de la antigua medicina china. Practicó la alquimia taoísta cuyo fin es la sustancia de la inmortalidad. Aunque se conoce lugar y fecha de su muerte, se creía que la había alcanzado.

Aux armes, boues de novembre


V

Días hirsutos, tiempos inciertos, momentos furtivos,
terminaron los azares, éste es vuestro amo.
El amor despliega todos sus meses de septiembre a junio
sobre vastas pendientes catalaúnicas*.

La blasfemia se termina cuando las estaciones
se ordenan para la batalla a través de la extensión.
A las armas, lodos de noviembre y manzanos en flor.
Golondrinas de los dos equinoccios, sitiad
el verano reacio en su fuerte que se desmantela.

Cargad, vientos granizados de ventoso** y lluvias de otoño,
lluvias de Lorena acorazadas con flamantes follajes
sobre vuestros pesados caballos recelosos como esas niñas
que hacen correr a su ganado a través de la calle
con paja en los cabellos y gritos roncos.

¡Muera el verano! Conservamos la nieve en reserva
para enterrar el cuerpo del vencido cuando las escarchas
lo hayan estrangulado en su cárcel. ¡Muera el verano!
El amor recibe a las puertas de una aldea su victoria.
Nada dice, la toma en sus brazos, ríe.

Entonces ante él pasa, ardiente y lenta y sombría,
su guardia, las austeras nubes de febrero
en las que vemos brillar las partesanas del chaparrón
contra los techos y sobre los barrizales de los caminos.

de Hiver (1964)

Jean Grosjean (París, 1912- Versailles, 2006)
Versión de Jorge Fondebrider

*"Catalaúnico" indica la pertenencia a la antigua Catalaunia, que en la actualidad corresponde a Châlons de marne. En sus campos fue derrotado Atila, aquí probablemente identificado con el verano.

**"Ventoso" es el nombre dado al sexto mes por el calendario de la Revolucion francesa y corresponde al período que se extiende entre el 19 ó 21 de febrero al 19 ó 21 de marzo.

V
Jours hirsutes, temps incertains, moments furtifs,/ c'en est fini des hasards, voici votre maître./ L'amour déploie tous ses mois de septembre à juin/ sur de vastes déclivités catalauniques.// C'en est fini du blasphème quand les saisons/ se rangent en bataille à travers l'étendue./ Aux armes, boues de novembre et pommiers en fleur./ Hirondelles des deux équinoxes, cernez/ l'été rétif dans son fort qui se démantèle.// Chargez, vents grêleux de ventôse et pluies d'automme,/ pluies lorraines cuirassées de flambants feuillages/ sur vos lourds chevaux ombrageux comme ces filles/ qui font courir leur bétail à travers la rue/ avec de la paille aux cheveux et des cris rauques.// A mort l'été! Nous tenons la neiges en réserve/ pour enfouir le corps du vaincu quand les frimas/ l'auront étranglé dans sa geôle. A mort l'été!/ L'amour accueille au seuil d'un hameau sa victoire./ Il ne dit rien, il la prend dans ses bras, il rit.// Alors devant lui passe, ardente et lente et sombre,/ sa garde, les nues austères de février/ dont on voit luire les pertuisanes d'averse/ contre les toits et sur les bourbiers des chemins.

martes, julio 29, 2008

Georges Bataille / Once poemas retirados de El Arcangélico
















mi locura y mi miedo
tienen grandes ojos muertos
la fijeza de la fiebre

lo que mira en esos ojos
es la nada del universo
mis ojos son ciegos cielos

en mi impenetrable noche
lo imposible está clamando
todo se derrumba

Georges Bataille (Billom, Francia, 1897-París, 1962), PoemasPre-textos, Valencia, 1997
Traducción de Manuel Arranz Lázaro. 

Onze poèmes retirés de L’Archangélique
ma folie et ma peur/ ont de grands yeux morts/ la fixité de la fiebre/ ce qui regarde dans ces yeux/ est le néant de l’univers/ mes yeux sont d’ aveugles ciels/ dans mon impénétrable nuit/ est l’impossible criant/ tout s’effondre

Kitahara Hakushu / Canción secreta de los heréticos














Creo en las heréticas enseñanzas de una edad degenerada,
en la brujería del dios cristiano,
en los capitanes de los barcos negros,
en la maravillosa tierra de los pelirrojos,
en el vidrio escarlata, en el agudo perfume del clavel,
en el calicó, el raque, y el vinho tinto de los bárbaros del sur;
en los dominicos de ojos azules que cantan la liturgia
que aun en sueños me cuenta de un Dios de fe prohibida,
o de la cruz manchada de sangre,
en el sutil invento que hace a un grano de mostaza grande como una manzana,
en el extraño, plegable anteojo que ve hasta el Paraíso.
Ellos construyeron una casa con piedra, la blanca sangre del mármol
derramada en vasos de cristal;
cuando cae la noche -dicen-, estalla en llamas.
Este hermoso sueño eléctrico se mezca con el incienso del terciopelo
reflejando el pájaro y las bestias del mundo de la luna.
He oído decir que sus afeites son extraídos
de las flores de plantas venenosas,
y que las imágenes de María están pintadas
con el aceite de piedras podridas;
las letras azules alineadas horizontalmente en latín o en portugués
están llenas de una hermosa y triste música del cielo.
¡Oh santos padres del error, dadnos seguridad
aunque nuestros cien años se reduzcan a un instante,
aunque muramos en la sangrienta cruz,
no importará; rogamos por el Secreto,
ese extraño sueño carmesí!
Jesús, rezamos por este día, cuerpos y almas
aprisionados en el incienso del vehemente anhelo.

Kitahara Hakushu (Yanagawa, 1885- Kamakura, 1942), Alberto Girri, Versiones, Corregidor, Buenos Aires, 1974

Robert Desnos / En el fin del mundo
















En el fin del mundo

Algo grita en la calle negra en cuyo final el agua del
Río ruge contra las barrancas.
Esa colilla arrojada desde una ventana cambia en estrella.
Algo grita una vez más en la calle negra.
¡Ah!,¡vuestras fauces!
Noche pesada, noche irrespirable.
Un grito se acerca a nosotros hasta tocarnos casi, pero
Expira justamente en el momento de alcanzarnos.

En alguna parte del mundo, al pie de un terraplén,
Un desertor parlamenta con centinelas que no
comprenden su manera de hablar.

Robert Desnos (París, 1900-Campo de concentración alemán de Terezin, 1945), "Fortunes", 1942, Poetas franceses contemporáneos, Librerías Fausto, Buenos Aires, 1974
Versión de Raúl Gustavo Aguirre

Foto: Robert Desnos, 1924 Wikimedia Commons

Au bout du monde
Ça gueule dans la rue noire au bout de laquelle l'eau du / Fleuve frémit contre les bergues./ Ce mégot jeté d'une fenêtre fait une étoile. / Ça gueule encore dans la rue noire. /Ah! vos gueules! /Nuit pesante, nuit irrespirable. / Un cri s'approche de nous, presque à nous toucher, mais / Il expire juste au moment de nous atteindre. // Quelque part, dans le monde, au pie d'un talus, / Un déserteur parlamente avec des sentinelles qui ne comprennent pas son langage.

Wild years


Los años salvajes de Frank

Frank se instaló en el Valle
y colgó sus años salvajes del
clavo que atravesó en
la frente de su mujer.
Vendía muebles de oficina usados
en la carretera de San Fernando y
tomó un crédito de 30.000 al
15 % en cómodas cuotas
por un dos ambientes.
Su esposa era una pieza gastada de un jet de descarte.
Hacía buenos bloody-marys, y casi siempre
mantenía la boca cerrada, tenían un pequeño chihuahua
llamado Carlos que estaba totalmente ciego y
padecía cierta enfermedad de la piel.
Tenían una cocina absolutamente moderna
con horno autolimpiante y todos los chiches.
Frank conducía un pequeño sedán.
Eran tan felices.
Una noche Frank, de regreso a casa,
se detuvo en un negocio de licores
y compró un par de Mickey's Big Mouth's,
las bebió en el coche, camino
a una Shell; compró una lata
de cuatro litros de nafta.
Manejó hasta la casa, la roció íntegra
y le prendió fuego.
Se estacionó enfrente riendo,
viéndola quemarse, como una
calabaza de Halloween
naranja con chimenea roja.
Frank puso el top forty en la radio
y tomó la autopista de Hollywood
con rumbo al norte.

Nunca pudo soportar a ese perro.


Thomas Alan Waits (Pomona, California, 1949).
Versión de Silvia Camerotto

Frank's Wild Years
Frank settled down in the Valley,/and he hung his wild years on a/nail that he drove through his/wife's forehead./He sold used office furniture out/there on San Fernando Road and/assumed a $30,000 loan at/ 15 1/4 % and put a down payment/on a little two bedroom place./His wife was a spent piece of used jet trash/ Made good bloody-marys, kept her mouth/shut most of the time, had a little Chihuahua/named Carlos that had some kind of skin/disease and was totally blind./They had a thoroughly modern kitchen;/self-cleaning oven (the whole bit)/Frank drove a little sedan./They were so happy./One night Frank was on his way home/from work, stopped at the liquor store,/picked up a couple of Mickey's Big Mouth's./Drank 'em in the car on his way to the/Shell station; he got a gallon of gas in a can./Drove home, doused everything in/the house, torched it./Parked across the street laughing,/watching it burn, all Halloween/orange and chimney red./Frank put on a top forty station,/got on the Hollywood Freeway/headed North.//Never could stand that dog.

Video: Tom Waits, Frank's Wild Years.

lunes, julio 28, 2008

Giovanna Sicari / Gesù proteggimi dalla distrazione


Jesús protégeme de la distracción
de los ojos trazados a pico
de los cuerpos picados
de los cuerpos cavados en la roca
la figura cae inflada en la materia bruta.

Protégeme del negro metálico
de las ramas y de las tramas
protégeme hoy justamente
que la Tiburtina* no tiene máculas
y resplandece con raros colores
esta es tu periferia
esta es la periferia de los humanos.

Giovanna Sicari (Taranto 1954- Milan 2003). Nudo e misero trionfi l’umano, 1998. En Diario di poesia
Versión de J. Aulicino.

* Una de las antiguas vías consulares romanas que conducen fuera de la ciudad. Era recorrida por peregrinos hacia el santuario de Tibur (hoy Tivoli). También, segunda estación de trenes de Roma, después de la Termine.

Gesù proteggimi dalla distrazione / dagli occhi ormai tracciati col piccone / dai corpi picconati / dai corpi scavati nella roccia  /e la figura cade gonfia nella materia grezza. // Proteggimi dal nero metallico / dei rami e dalle trame / proteggimi, come oggi che la Tiburtina non ha macchie / e risplende di rari colori / questa è la tua periferia / questa è la periferia degli umani.

Foto: Edizioni Empìria

Oh de la libertad sabios amantes


Convite universal

¡Oh de la libertad sabios amantes
que anhelando vivís don tan precioso!
Venid del Sur al hemisferio hermoso
do moran tus alumnos más constantes.

No más correr el vasto globo errantes;
fijad destino. Nunca más glorioso
que en el bello país, donde en reposo
respiran libres ya sus habitantes.

Hoy el Sur os convida. El ha quebrado
el ominoso yugo que oprimía
el cuello americano. El ha jurado

ser libre o no existir en este día.
Venid todos, venid. Nada es vedado
a los que odian como él la tiranía.

Fray Cayetano Rodríguez (San Pedro, 1761-Buenos Aires, 1823). Antología poética de Mayo. Selección, prólogo y notas por Héctor F. Miri. Ediciones Antonio Zamora, Buenos Aires, 1960.

Noticia: Franciscano, en homenaje a sus méritos intelectuales Fray Cayetano fue ordenado sacerdote antes de la edad canónica -13 de enero de 1778-, y se especializó en teología y filosofía, cuyas cátedras dictó en la Universidad de Córdoba desde 1781 a 1790. De regreso a Buenos Aires, trabó íntima relación con los patricios de Mayo, sobre todo con Mariano Moreno, que había sido su alumno y con el que hizo una amistad permanente. Autor del "Himno a la patria", compitió con López y Planes en la Asamblea de 1813 que eligió de éste la "Marcha patriótica" que hoy es nuestro Himno Nacional. En 1816 fue diputado al Congreso de Tucumán, en el que se destacó por ser el primero en propugnar el proyecto de una Constitución. Según Juan María Gutiérrez, que conservó sus obras, el soneto "Convite universal" debe de haber sido escrito en 1816, en celebración de la Independencia. (Atención de Silvia Camerotto).

Más información sobre el primero y segundo Himnos, aquí

S'i' fosse foco


LXXXVI

Si fuese fuego, quemaría el mundo;
si fuese viento, lo devastaría;
si fuese el agua, yo lo inundaría;
si fuese Dios lo mandaría al foso.
Si fuese Papa estaría contento
pues jodería a todos los cristianos;
si fuese emperador, ¿sabes qué haría?:
le contaría a todos las cabezas.
Si fuese muerte, con mi padre iría,
si fuese vida, no estaría con él,
y lo mismo si hablamos de mi madre.
Si fuese Cecco, tal como soy y fui,
tomaría las jóvenes y lindas:
feas y viejas te las dejo a ti.

Cecco Angiolieri (Siena, 1260-circa 1312), Rime, Rizzoli, Milán, 2000
Versión de J. Aulicino

Noticia: Angiolieri suele ser contado entre los giocosi (festivos) de Siena. Jugó la fortuna paterna a los dados. Además de su nombre luego glorificado, su ciudad registra multas que se le aplicaron por incumplimiento de deberes militares y vagabundeo nocturno. Se cree que conoció a Dante Alighieri en la primera línea de la batalla de Campaldino en la que los güelfos (papistas) vencieron a los gibelinos (partidarios del imperio germano). Sus versos mencionan a Dante como maresciallo (mariscal) de los güelfos de Florencia. Luego hablan de él como de un amigo; más tarde, lo deprecian. De parte de Alighieri, no hay testimonios de este vínculo. En algún momento, viajó o huyó a Roma. Vuelto a Siena malvendió una viña. Sus presuntos hijos renunciaron a reclamar su herencia, gravada por fuertes deudas.

LXXXVI
S'i' fosse foco, arderéi 'l mondo; /s' i' fosse vento, lo tempesterei; /s'i' fosse acqua, i' l'annegherei; /s'i' fosse Dio, mandereil'en profondo; /s'i' fosse papa, sare' allor giocondo, /ché tutti cristìani imbrigherei; /s'i' fosse 'mperator, sa' che farei? /A tutti mozzarei lo capo a tondo. /S'i fosse morte, andarei da mio padre; /s'i' fosse vita, fuggirei da lui: /similemente farìa da mi' madre. /S'i' fosse Cecco, com'i' sono e fui, /torrei le donne giovani e leggiadre: /e vecchie e laide lasserei altrui.



Vittorio Gassman recita a Angiolieri.

Ilustración: escudo de Siena.

domingo, julio 27, 2008

Tu Fu / Dos poemas


Noche de primavera en el palacio de la cancillería imperial

La tarde ha caído tras las murallas del palacio,
crece la sombra de los árboles florecidos.
Los pájaros gimen en su vuelo hacia el nido.
Las estrellas titilan y seguramente observan
ese titilar aquí abajo de luces en las ventanas.
La luna se desliza entre los nueve cielos.
No puedo dormir y creo que oigo el sonido
de las puertas enchapadas en bronce que se abren,
el murmullo de la audiencia, o imagino
que suenan campanas lejanas en el viento.
Un memorial sellado presentaré mañana
e insisto en preguntarme sobre el progreso de la noche.

Pensamiento sobre Li Po en el fin del mundo.

Aquí en el fin del mundo
comienza a soplar el viento frío.
¿Cuándo llegará el ganso salvaje?
¿Qué mensajes me traerás, maestro?
Los ríos y los lagos otoñales se desbordan.
El arte odia el exceso y la vida mundana.
Sólo tu alimento trituran sus mandíbulas hambrientas.
Ofrenda pues unos versos al fantasma del poeta.

Tu Fu (712-770).
Versiones de J. Aulicino
Fuente: A Little Prime of Tu Fu, David Hawkes, A Renditions Paperback, Hong Kong, 1994.

Noticia: De familia intelectual y formación confuciana, fue director de protocolo y luego censor de la corte imperial. Renunció a una gobernación lejana que entendió como un exilio y se dio a vagabundear, como su colega Li Po. Por unos años, fue director de monumentos en un gobierno de distrito y volvió a la vida vagabunda. Trató a Li Po quizá en dos ocasiones durante esas errancias. Fue hallado casi muerto en un templo inundado y murió de un ataque cardiaco fulminante frente al abundante banquete que le sirvieron sus distinguidos salvadores. Reconocido como figura prominente aun cuando vagaba por campos, montañas y aldeas, se ignoraba en cambio su extraordinaria dote poética, con mayores preocupaciones políticas que las de Li Po, incluso cuando se había apartado de los asuntos públicos.

Li Po / Dos poemas


Frente a la ventana

En la noche, desvelado.
Brilla la luna frente a mi cama.
Sobre la escarcha, brilla la duda.
Miro hacia arriba y veo la luna.

Pero al mirar la escarcha
extraño mi tierra.


Acerca de Tu Fu

Volví a ver a Tu Fu en la montaña
bajo el sol caliente de agosto.
Bajo su gran sombrero de paja,
su cara estaba triste y pálida.
Pobre y viejo Tu Fu, pensé.
Agoniza por la poesía otra vez.

Li Po (probablemente Sui -ye, hoy Kirguistán, 701 - Dangtu, actual Anhui, China, 762).
Versiones de J. Aulicino, sobre versiones en inglés.

Noticia: Li Po (o Li Bai) es quizá el poeta chino más traducido en occidente. Se asocia su poesía a una bohemia campestre, a la luz lunar y al alcohol. La leyenda insiste en que murió cuando se lanzó desde una barca a abrazar el reflejo de la luna en el agua. Después de abandonar la corte y la academia imperial, vagó y vivió de la caridad, como Tu Fu, con el que se encontró dos veces en las montañas. Quedó involucrado, quizá borracho, en una revuelta contra el emperador, y fue encarcelado un tiempo. Taoísta, produjo elixires para lograr la inmortalidad y creó una variante de las artes marciales que consistía en intentar confundir al adversario con movimientos desmañados y titubeantes, como los de un alcoholizado.

Ilustración: Un dibujo del siglo XII que imagina a Li Po

Juan Rodolfo Wilcock / De "Poesie inedite"


Duerme en tu ataúd, como Donne

Duerme en tu ataúd, como Donne,
conversa con tus gusanos, como Webster,
vaga mudo por el jardín, como la Trappa,
canta en el manicomio Su questa pira*,
lame el alucinógeno sobre el Azúcar,
es inútil, estás muerto, redobla el tambor.

Arráncate los ojos y enciérrate entre los Libros,
perfora con el láser la Luna rígida,
ciérrale el paso al Tiempo con dinero,
sé inteligente como una Pirámide,
resplandece como una llama de Alighieri,
es inútil, estás muerto, llora la plañidera.

Tritura a tu Señora en el picacarne,
quema a tus hijos en una chimenea Gótica,
envenena una escuela de Telegrafistas,
vuela por el aire a Venecia con trinitrotolueno,
haz que se disuelvan los casquetes Árticos,
es inútil, estás muerto, redobla el tambor.

* Probable alusión al aria Di quella pira, l'orrendo foco, Giuseppe Verdi, Il trovatore, acto III


Despertar

¡Sí, podemos asombrarnos de estar todavía vivos!
Cada mañana el sueño que nos había sumergido
como un lago desagotado se retira
y todavía húmedos nos deja en las orillas,
delante del bosque o fábrica o luna park
o cementerio de una nueva jornada.


Pregunta oída en un sueño

¿Cómo será la muerte? ¿Ver
un tigre de hierro que te salta encima
y no creer que te pueda tocar?

Juan Rodolfo Wilcock (Buenos Aires, 1919-Lubriano di Bagnoregio, Viterbo, 1978), "Poesie inedite", Poesie, Adelphi Edizioni -segunda edición ampliada-, Milán, 1993
Versiones de J. Aulicino.

Dormi nella tua bara come Donne
Dormi nella tua bara come Donne, / conversa con i tuoi vermi come Webster,/ gira muto in giardino come la Trappa, / canta nel manicomio Su questa pira, / lecca l'allucinogeno sullo Zucchero, / è inutile, sei morto, rulla il tamburo. // Cavati gli occhi e serrati tra i Libri, / trafiggi con il laser la Luna rigida, /sbarra la strada con denaro al Tempo, / sii intelligente come una Piramide, / è inutile, sei morto, piange la prefica. // Trita nel tritacarne la tua Signora, /brucia i tuoi figli in un camino Gotico, /avvelena una scuola di Telegrafisti, /manda in aria Venecia col trinitrotoluene, / fa' che si sciolgono le calotte Artiche, / è inutile, sei morto, rulla il tamburo.


Risveglio
Già, possiamo stupirci d' essere ancora vivi! / Ogni mattina il sonno che ci aveva sommersi / come un lago prosciugato si ritira / e ancora umidi ci lascia sulle sponde /, davanti al bosco o fabbrica o luna park / o cimitero de una nuova giornata.

Domanda udita in un sogno
Come sarà la morte? Vedere /una tigre di ferro che ti salta addosso / e non credere che ti possa toccare?

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Foto: Atalanta

sábado, julio 26, 2008

Susana Cabuchi / Cielo
















Cielo

Sobre las montañas nevadas,
como una flecha oscura,
van los patos salvajes.

Cruzan.
Como tu sombra
sobre mi corazón.

Susana Cabuchi (Jesús María, Córdoba, 1948-2022). Album familiar, Alción Editora, Córdoba, 2000

act. 2022

En la ventana del Oeste


Tres versiones de un poema de Li Shang Yin*

You ask how long before I come. Still no date is set.
The night rains on Mount Pa swell the autumn pool.
When shall we, side by side, trim a candle at the West window,
And talk back to the time of the night rains on Mount Pa?

A.C. Graham, Poems of de late T'ang, Penguin Books. En The Literature Network


¿Cuándo llegaré a casa? No lo sé.
Noche lluviosa en las montañas; el lago
Otoñal se ha desbordado. Algún
Día estaremos juntos otra vez. Sentados a la
Luz de las velas junto a la ventana
De poniente, te contaré cómo te recordaba esta
Noche en la montaña borrascosa.

Versión del inglés al castellano de Carlos Manzano, en El amor y el tiempo y sus mudanzas. Cien nuevas versiones de poesía china, de Kenneth Rexroth, Gadir, Madrid, 2006.

Te estarás preguntando cuándo llegaré.
Y no lo sé.
La noche es lluviosa y se desbordó el lago otoñal
en la montaña.
Me pregunto
cuándo estaremos juntos a la luz de la vela
en la ventana del Oeste,
yo hablando de aquella noche de lluvia
en la montaña.

Versión J. Aulicino

* Li Shang Yin (813 o '12- 859). Para Rexroth, Tu Fu (713-770) es el Baudelaire de la poesía china y Li Shang Yin, el Mallarmé. Recién en el siglo XX comenzó a ser considerado uno de los más importantes poetas de la dinastía Tang.

viernes, julio 25, 2008

Johan ashbery / Nuevas preocupaciones


Nuevas preocupaciones


Sulfuroso, el delantal de la señorita Hanratty flota
por encima del atardecer, augurando un frío extremo.
La ventaja de los huéspedes no socava
sus verdes días de arquero.

El viento dispersa por los cielos brotes de arvejas.
Todo es temblor, modestia, una espera por ser dicho.
Varios oradores impugnan a la vez
la veracidad de un arroyo tardío en agosto,
y todo lo que habría significado el mismo día
en otro año. A esta altura, los corredores habrán alcanzado
la frontera norte, sumergido la yema de los dedos
en la llama. Y, sí,

este es uno de esos momentos.

John Ashbery (Rochester, 1927). Where Shall I Wander (Por dónde vagaré), HarperCollins, Nueva York, 2005. Versión de Jorge Salvetti y Darío Rojo.


New Concerns
Sulfurous, Mrs. Hanratty's apron floats /above the sunset, auguring extreme cold. / The guests' advantage doesn't undermine/ their green goalie days. // Wind-driven pea shoots strew the skies./All is tremor, modesty, a waiting to be told. /Several speakers impugn at once /the veracity of a late brook in August, / and all it would have meant on the same day/ in another year. By now, runners will have reached/ the northern border, plunged fingertips/ in the flame. And, yes,// this one of those times.

John Ashbery
in conversation with John Tranter
New York City, 20 April 1985

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Foto: John Ashbery, New York, noviembre de 1998. © John Tranter.

Stéphane Mallarmé / Brisa del mar

















Brisa del mar

La carne es triste, ay, y todo lo he leído.
¡Huir, lejos, huir! Tan ebrias de sentido
Las aves que entre el cielo y la espuma se alejan.
Nada, ni los jardines que los ojos reflejan
Retendrá tu corazón que se moja en el mar,
Oh noches, ni mi lámpara que suele iluminar
Sobre un papel vacío que guarda su blancura,
Ni la joven esposa que mece su criatura.
¡He de partir! Steamer que inflas tu vela blanca,
¡Hacia una tierra exótica leva por fin el ancla!

Un Pesar desolado por los crueles anhelos
Aún crece en el adiós final de los pañuelos.
Y tal vez esos mástiles que convocan presagios
Son de aquellos que un viento empuja hacia naufragios
Perdidos, ya sin mástiles ni islotes peregrinos.
¡Oye, mi corazón, cantar a los marinos!

Stéphane Mallarmé (París, 1842-1898). Versión de Raúl Gustavo Aguirre, en Poetas franceses contemporáneos, Librerías Fausto, Buenos Aires, 1974

Brise marine
La chair est triste, hélas! et j'ai lu tous les livres./Fuir! là-bas fuir! Je sens que des oiseaux sont ivres /D'être parmi l'écume inconnue et les cieux!/Rien, ni les vieux jardins reflétés par les yeux /Ne retiendra ce coeur qui dans la mer se trempe /O nuits! ni la clarté déserte de ma lampe /Sur le vide papier que la blancheur défend /Et ni la jeune femme allaitant son enfant. /Je partirai! Steamer balançant ta mâture, /Lève l'ancre pour une exotique nature! //Un Ennui, désolé par les cruels espoirs,/Croit encore à l'adieu suprême des mouchoirs! /Et, peut-être, les mâts, invitant les orages /Sont-ils de ceux qu'un vent penche sur les naufrages /Perdus, sans mâts, sans mâts, ni fertiles îlots... /Mais, ô mon coeur, entends le chant des matelots!


Ilustración: Mallarmé por Edouard Manet, 1876. Musée D' Orsay.

Raúl Gustavo Aguirre / Por último



Haber dejado una moneda de fuego en la mano de otro,
haber atado cientos de hilos de amor y resplandor,
haber perdido algo
al salir de la casa vacía.

Haber estado, haber acompañado,
haber estado complicado con el viento que siempre tiene razón,
con la tierra y el agua y con la hierba que siempre tienen razón.


No haber cumplido años lejos de sí mismo,
no importa si de rodillas o en medio del pantano pero cerca de sí,
o entre asuntos pendientes o torcidos desde el comienzo,
pero masticados con tus dientes.

No importa ser un objeto más o menos clasificable despreciable por los que deciden,
no importa ser superado, masacrado, tergiversado, desmentido,
con todo eso se hace la verdad.

No importa ser interrumpido
si estás al pie del árbol gigante en el día sin fin,
al pie del árbol de piedras preciosas del sueño que sólo pertenece a los hombres,
y si has podido hablar con esas piedras
y acompañar hasta su casa a alguien
en un momento duro de la noche (y vivía tan lejos).

No importa que no haya solución para nadie ni perdón para nadie,
si al fin estás solo en las salinas de la madrugada
haciendo todo lo posible para que salga el sol,
para que esos rostros queridos no se hundan en los rápidos de la nada
que acecha a tanta maravilla.

Raúl Gustavo Aguirre (Buenos Aires, 1927-1983). Los mejores poemas de la poesía argentina. Selección y notas de Juan Carlos Martini Real, Corregidor, Buenos Aires, 1974.

Foto: Aguirre por Sara Facio. Archivo

Relinchos


Parada en un palacio en ruinas

Es denso el rocío, la niebla cerrada,
espesa la maleza. Crecen ramas
en los balcones derruidos y sauces
en el foso seco. Pétalos marchitos
cubren los patios en los que no hay ecos
de la embriaguez y de las fiestas.
Canta el ruiseñor durante la quinta guardia.
Bajo la luna menguante, inconsolable,
pienso en el fin de existencias perfumadas.
Relincha mi caballo* cuando salgo
por la puerta devastada.
El camino se ha borrado pero no el paisaje.
Las obras de los hombres se están borrando.

Wen T'ing Yen (siglo IX).

Versión de J. Aulicino sobre la versión del inglés al castellano de Carlos Manzano en El amor y el tiempo y sus mudanzas, de Kenneth Rexroth, Gadir, Madrid, 2006.

* El relincho del caballo y el relincho de la mula, en Su Tung-po, asociados al tiempo que borra el paso del hombre, rematan dos poemas separados por 200 años.

Ilustración: Pintura china de la dinastía Tang (618-907). Museo Metropolitano de Nueva York.

El Acantilado Rojo


La batalla del Acantilado Rojo

El Yangtze fluye hacia el Este,
arrastra lejos mil edades de grandes hombres
del Oeste de las murallas
y, con ellas, la leyenda que cuenta la gente
sobre el Acantilado Rojo
del joven Chou de los Tres Reinos.
Rocas agrestes perforan el cielo aquí.
Aterradoras olas quiebran la ribera.
Una oscura turbulencia bate
la marejada hasta ponerla blanca como la nieve.
Río y montañas parecen un cuadro,
pero por allí ¡cuántos héroes han pasado...!

Piensa en aquellos años, Chou Yu,
recién casado con la joven Chiao,
emplumado abanico, pañuelo de seda.
Risas y palabras
antes que los mástiles y los remos
volaran hechos ceniza y humo.
Yo voy vagando por los viejos prados
absurdamente conmovido.
Demasiado rápido vuelve el gris.
La vida humana pasa como el sueño.
Se derrama fuera de la copa
hacia el río, hacia la luna.

Su Tung-po (1036-1101).
Versión de J. Aulicino sobre una traducción al inglés.

Nota: Se repiten en internet tres versiones en inglés de este poema, sin mención de traductor. Las tres versiones pueden ser halladas en distintos sitios, el más confiable parece Arts & Literature. Es posible que, con otro título, una de esas versiones se encuentre en alguna antología de poesía china publicada en los Estados Unidos. No figura en aquellas a las que tengo acceso. También es posible que el título haya sido cambiado en vista de la reciente épica filmación de Red Cliff, de John Woo, que narra la batalla del Acantilado Rojo ocurrida en el tercer siglo después de Cristo. Es posible, en fin, que Su Tung-po no haya escrito jamás este poema, que sin embargo concuerda extrañamente con sus ideas.

Ilustración: una Oda del Acantilado Rojo, caligrafía de Chao Meng-Fu (1254-1322)

jueves, julio 24, 2008

Huellas en la nieve


Recuerdo de Ming Ch'e
Carta a su hermano Su Che

¿Qué es nuestra vida en el mundo?
Gansos migratorios en bandada
descansan un momento sobre la tierra nevada.
Luego alzan vuelo hacia el Este, tuercen al Oeste
y sólo quedan huellas de sus patas en la nieve.
Murió el monje anciano, hay una lápida
con su nombre y ya está corroída.
No puedo leer los poemas que escribimos
en los muros de piedra de la cabaña.
No hay signo alguno de que estuvimos aquí.
Estoy cansado. Tuvimos una larga jornada.
Durante todo el camino relinchó mi mula renga.

Su Tung-po (Actual provincia de Sichuan, 1036- Norte de China, 1101).

Versión de J. Aulicino sobre la versión inglesa de Kenneth Rexroth en Love and the Turning Year. One Hundred More Poems from the Chinese, New Directions, Nueva York, 1970.

En castellano: Kenneth Rexroth, El amor y el tiempo y su mudanza. Cien nuevas versiones de poesía china. Traducción de Carlos Manzano, Gadir, Madrid, 2006.


Noticia: Su Tung-po o Su Tung P'o, funcionario provincial y cortesano. Conservador. Se opuso a las reformas impositivas de Wang Anshí -también poeta, ministro del emperador Shenzong-, quien procuraba una "redistribucion del ingreso". "Su vida fue una sucesión de altibajos: exilio, regreso a la corte, vuelta al exilio", anota Rexroth. Su poesía se basa en un taoísmo radical nihilista.

Abdicación


C-4 Abdicación al principado
(Misiva del Príncipe de las Tinieblas a Satanás donde, de algún modo, explica que la razón verdadera por la cual abdica al Principado es una bruja hermosa.)

Yo, Evián, que te ofrendé en hierofanía,
almas caídas por mi yugo y lanza,
perfeccionando el gen de la venganza
y el del horror a tu alta epifanía.

Como una perra para la matanza
concebí y amamanté a la Guerra un día,
la entrené para el fin de la esperanza,
y ha superado nuestra fantasía.

Empero, hoy dejo el mal y sus tinieblas,
renuncio a toda magia, al don de nieblas:
no es por amor que abdico al Principado;

¡aclaro! ni me ha hecho Dios converso,
ni el bien me quita oficios de perverso:
demonio adentro, Ella es quien ha triunfado

Ulises Córdova, San Cristóbal de las Casas, 1970. En la revista Punto de partida, UNAM

Bello e uguale


Cuando vi el sauce

Cuando vi el sauce sacudir sus tristes plumas
en el jardín del hospital, me hirió una astilla
de la hora murmurante en la cascada de las colinas
de la costa lejana; la luz modesta
yació sin párpados sobre el confín de la hierba.

Y vi en el recuerdo la torre al viento sobre la escollera,
su mancha verde y el damero descolorido.
Vi que todo es bello e igual
ala de piedra espuma de mar invierno...

Alfredo Giuliani (Mombaroccio, 1924–Roma, 2007).
Versión de J. Aulicino

Quando vidi el salice
Quando vidi il salice scuotere le sue tristi piume/ nel giardino dell'ospedale, me ferí una secheggia/ dell'ora mormorante per la cascata dei colli/ dalla costa lontana;/ la luce composta/ giacque senza palpebre sul confine dell'erba.// E vidi nel ricordo la torre al vento sulla scogliera, / la sua toppa verde e la scacchera spallidita. / Vidi che tutto è bello e uguale: / ala di pietra spuma di mare inverno...

miércoles, julio 23, 2008

William Carlos Williams / Cada día


Cada día

Cada día al ir hacia mi auto
atravieso un jardín
y a menudo querría que Aristóteles
se hubiera detenido a
considerar el poema ditarámbico,
o que se conservaran sus apuntes.

Rústica hierba afea el bello prado
mientras miro a diestra y siniestra
tic toc...
Y a diestra y siniestra las hojas
crecen en el joven duraznero
por el esbelto tronco.

Ninguna rosa es segura. Cada rosa es una
y esta, distinta de otra,
abierta del todo, casi como un plato
sin taza. Pero es una rosa, color
de rosa. Se la siente rotar lentamente
sobre su tallo espinoso.

William Carlos Williams (Nueva Jersey, 1883-1963). Versión de Alberto Girri en Homenaje a W. C. Williams, Sudamericana, Buenos Aires, 1981.


Every day
Every day that I go out to my car/ I walk trough a garden/ and wish often that Aristotle/ had gone on/ to a consideration of the dithyrambic/ poem - or that his notes had survived// Coarse grass mars the fine lawn/ as I look about right and left/ tic toc -/ And right and left the leaves/ upon the yearling peach grow along/ the slender stem // No rose is sure. Each is one rose/ and this, unlike another,/ opens flat, almost as saucer without/ a cup. But it is a rose, rose/ pink. One can feel is turning slowly/ upon its thorny stem

Collected Poems of William Carlos Williams, Volume II, 1939-1962. New Directions, Nueva York, 1988

Foto: Bettmann/Getty Images

Jane Kenyon /Que venga el ocaso

Que venga el ocaso

Que la luz del fin de la tarde
brille por las ranuras del granero
y suba por los baldes mientras que baje el sol.

Que el grillo se ponga a raspar
mientras que una mujer toma sus agujas
y su hilo de lana. Que venga el ocaso.

Que el rocío se junte sobre la azada
abandonada en los largos pastos. Que aparezcan las estrellas
y que la luna muestre su cuerno de plata.

Que la zorra se vuelva a su madriguera arenosa.
Que el viento se vaya muriendo. Que el cobertizo
se vuelva oscuro por dentro. Que venga el ocaso.

A la botella en la zanja, a la pala
en la avena, al aire en el pulmón,
que venga el ocaso.

Que venga, como vendrá, y no temas.
Dios no nos deja sin consuelo,
entonces que venga el ocaso.

Jane Kenyon (Ann Arbor, Michigan, 1947-New Hampshire, 1995). Versión de Andrés Hax.


Let Evening Come
Let the light of late afternoon/shine through chinks in the barn, movin/up the bales as the sun moves down.//Let the cricket take up chafing/as a woman takes up her needles/and her yarn. Let evening come.//Let dew collect on the hoe abandoned/in long grass. Let the stars appear/and the moon disclose her silver horn.//Let the fox go back to its sandy den./Let the wind die down. Let the shed/go black inside. Let evening come.//To the bottle in the ditch, to the scoop/in the oats, to air in the lung/let evening come.//Let it come, as it will, and don't/be afraid. God does not leave us/comfortless, so let evening come.

Foto: s/d

On the cryptic colouration


En la coloración críptica de los mataderos desiertos


El hedor pasajero de la carne calcinada
colándose por entre
las ventanas entreabiertas – una barbacoa
en el jardín tras el seto.

Te imagino nadando
en Coogee, en mi viaje
por el ojo de la Avenida de la Playa
cegado por el tajo metálico
de los reflejos del mar,
recobrando mi visión
al enfocar
la críptica coloración
de los mataderos desiertos.

John Kinsella (Perth, 1963), traducción de Fernando Herrera, en Australia. Poesía contemporánea, Bogotá, Trilce Editores, 1997.

On the cryptic colouration of the deserted meatworks
The fugitive stench of burnt flesh/ forces its way through the barely/ open windows – a barbecue/ in the yard behind the fence.// I think of you swimming/ at Coogee, of my driving/ through the eyes of Ocean Beach Road/ and being blinded by the steely cut/ of the reflective sea,/ regaining my bearings/ thorugh focussing/ on the cryptic/ colouration/ of the deserted meatworks.