miércoles, enero 31, 2007

Auden, adagia

Un hombre tiene un olor personal característico, que su esposa, sus hijos y su perro pueden reconocer. Una multitud tiene un mal olor generalizado. El público es inodoro.

Antes de que se conociera el fenómeno del público, existía un arte ingenuo y un arte sofisticado, que eran diferentes, pero sólo como pueden serlo dos hermanos.

Todos los poetas adoran las explosiones, las tormentas, los huracanes, las conflagraciones, las ruinas, las carnicerías espectaculares. La imaginación poética no es algo deseable para un estadista.

En una guerra o revolución, un poeta puede ser un buen guerrillero o un espía, pero es improbable que resulte un buen militar. O en tiempos de paz, un miembro sensato de una comisión parlamentaria.

W. H. Auden, El poeta y la ciudad, en La mano del teñidor, Adriana Hidalgo, Buenos Aires, 1999

In memoriam

I

Sálvate de tu madre y del padre de tu madre
y de la madre del padre. Sálvate de tus hijos
y de los hijos de tus hijos. Sálvate de la tradición,
de la escoria. Sálvate por el hallazgo, por la ambición
de entrar solo por una puerta que da a un lugar solo.
Sálvate y queda mirando ese desierto: ciénagas de hambre,
ciénagas de sombra;

sé un sueño solo sin voces ni gritos: tu huésped


Jorge García Sabal (Balcarce, 1948 - Buenos Aires, 1996), Sutura, Libros de Tierra Firme, Buenos Aires, 1994

Comediantes de paupérrima


Artistas de la vida

Vía caminata de ballerina troppo evolucionada
errando desde sus celajes
y los cuadros de Schvartz dispuestos a nacer

Somos los comediantes de paupérrima
de cualquier forma igual celebremos
Divas cleptómanas
Malabaristas de la fe

Somos los comediantes de tercera
y queremos
a propósito
clasificarnos al final de todo eso
Cuenta regresiva que al final van a hacer
Somos los de siempre
Los casi capicúas
Todos atentos en los pliegos de nuestros moños
mientras la victoria aplaude con guantes de arpillera
Algunos ocultos fuman en los vestidores
otros se muerden detrás de algún perchero
La cita es en escena
al concluir la prueba de efectos especiales


Fernando Noy, Hebra incompleta, Ediciones del Paraíso, Buenos Aires, 2006

Selva Dipasquale / Saltos y desprendimientos














Si nos batiésemos a duelo
los huevos
que están en la heladera
elevarían
sus espíritus santos.
Cada uno desde su trinchera
hasta transformarse
y hacernos ver
Los Molinos del Ultimo Sueño *.

* Los sueños, de Akiro Kurosawa: la violencia de lo calmo y lo cristalino.

Selva Dipasquale (1968), Camaleón, tsé-tsé, Buenos Aires, 1998

lunes, enero 29, 2007

El conductor: ¡¡¡¡Cómo se porta la fisico química en los cuerpos gaseosos!!!!! Que alegría, que regocijo... y después de este entretenimiento sospechoso, recibiremos llamadas de larga distancia desde locutorios vecinos, para que todos los prójimos despejen de sus rostros los cabellos desbocados. Primer llamado, escucho....
En este momento aparece Esther en a parte iluminada del proscenio jugando con El siamés muy alegremente
Soseta 1: (habla con otra voz pero no puede ocultar su defecto de pronunciación) hola, yo quiero hacerle una pregunta a la madre de Esther...con respecto a las circunstancias de su hija ¿puede ser que el algarrobo se relacione con el crecimiento de la raíz cúbica?
La madre: (dolida) ja! Habitualmente, yo hago mostradores de algarrobo con nudos, propios de la madera, sirvo ahí pócimas y ungüentos para los oyentes. JA! Esther nunca bebió mis caldos, siempre aprovechó sus conservas para pasar el invierno.(despectiva) Pero la raíz cúbica crece velozmente cuando se vigila en una caja fuerte.
Soseta 1: Gracias, señora, me ha dado un generoso sermón.
El conductor: la especialista quiere decirnos algo
La especialista: (que estaba casi dormida, se recompone) el bulbo raquídeo se cosecha en primavera
EL conductor: Gracias, especialista, nos ha barrido la tierrilla de la barbería. Siguiente llamado, escucho...
Soseta 2: (igual que Soseta 1) Yo quisiera preguntarle al padre de Esther ¿ usted cree que los juncos de Esther podrían inmolarse después de peinarle los tirabuzones preparados en salsa rosa?
El padre: (hablará muy sonriente como si hiciera una publicidad) Muy atinada tu pregunta. Los juncos y los tallos espinosos en general, se agrupan en islas flotantes y se los puede comprender los sábados desde la terraza. Ellos requieren a menudo los servicios de nuestra peluquería,(la gente se repugna) pero nosotros explotamos todos sus recursos y aljibes con misericordia, así que este condado ya no corre peligro. Los inmolados podrán pasar por nuestra sucursal más próxima a depilarse la barbilla, invita la casa, y Esther pronto saboreará los tirabuzones en salsa blanca, nuestra especialidad. Muchas gracias. (vuelve a su actitud de retraso mental)
La especialista: Siempre serán más nutritivos los mostachotes en salsa blanca que el germen de trigo
El conductor: ¡¡¡Que júbilo!!!! Y ahora la producción me está anunciando que hay una sorpresa bastante programada (el jardinero le acerca un rulero atado a un piolín que termina en otro rulero que agarra Esther, los dos se lo ponen en la oreja) Esther ¿escuchas nuestras plegarias?

Mosqueta, Escena 5, Justina Grande y Romina Aulicino

Juan Carlos Moisés / De "El manzano"





(Fragmento)


No quedan dudas, el manzano
está aquí, diseñado minuciosamente,
medido y premeditado,
ajeno a cualquier ligereza
de la imaginación.
Las ramas gruesas ciñen por dentro
una estructura, y las finas, alrededor,
actúan zumbonas pero equidistantes.
El tronco levemente curvado amenaza
con una imperfección,
sin embargo es un rasgo que lo hace real
y evita que se lo confunda
con una espontánea efusión de la mente.
Ahora, vacío de fronda, algunos pajaritos
simulan hojas que resisten:
hojas que trinan en todo caso
y que no tardan en volar,
porque la belleza está de paso,
insostenible para el que observa
e irremediable para quien, también,
apenas se sostiene en su verdad.

Juan Carlos Moisés (Sarmiento, Chubut, 1954), Museo de varias artes, Ediciones El Camarote, Viedma, 2006


Foto: Juan Carlos Moisés, niño NCO

sábado, enero 27, 2007

Ultimas descripciones de la Argentina

"El helicóptero aterrizó en terrenos de una muy linda propiedad en medio del delta del Tigre*. Cientos de flamencos se apartaron de nuestro camino. Mientras caminaba hacia el Presidente (bajito, desafiante, bronceado), un cervatillo se me acercó y me dio un golpe con el hocico como diciéndome: 'No estés nerviosa, aquí eres bienvenida'. Era como un cuento de hadas. El Presidente estaba rodeado por hombres de aspecto sospechoso. Nos sentamos de inmediato y sus ojos recorrieron cada centímetro de mi cuerpo, atravesándome. Un hombre muy seductor. Noté que tenía los pies pequeños y que se teñía el pelo de negro."

* (?)

Madonna, de Diarios, en La Buenos Aires ajena, compilada por Jorge Fondebrider, Emecé, 2001

Hombres de a caballo

"En una sola ocasión, una sola, Leiva, después de llegar a Goya, rompió su habitual laconismo al entregar la correspondencia, me dijo que se había retardado tres horas porque su caballo en una rodada muy fea se había roto el pescuezo, matándose. Entonces le pregunté con mucho interés si él no se encontraba herido. Me miró con sorpresa y cierto aire de disgusto, ''¿herido?'', repitió con aspereza que nunca había notado en sus maneras. ''¿Herido?. No, señor, salí parao''. Enseguida me di cuenta de que yo había puesto en duda su condición de jinete, cosa ofensiva para un hombre de campo".

Parish Robertson, en Viajeros al Plata, de Martín Servelli, Corregidor,2006.

  • Primeras descripciones de la Argentina
  • El conductor: Y después de este sinsabor, vamos a codearnos con la panorámica de nuestra especialista, sobre el caso que hoy nos congrega... ¿cual es el curso de este río, especialista, habrá un desagüe?¿ha tratado usted a indigentes con este tipo de aguinaldo celestial ?

    La especialista: (habla exagerando su saber. Tiene anteojos muy grandes y llamativos) He tratado este tipo de condecoraciones en diferentes eventos y puedo asegurar, según lo docta mi práctica, que cada cual desenmaraña sus cerdas cuando el cocinero ha dejado de surtirlas...
    ¿qué quiero decir con esto? que Esther, probablemente sea maestra jardinera... (conmoción general) pero también depende de la influencia que haya ejercido la horticultura durante la lactancia (alivio, también general)

    Mosqueta, Escena 1, Justina Grande y Romina Aulicino

    El profeta del msn

    Diario del profeta


    "asi como no se discute hoy si el psicoanalisis es una ciencia, no se discute si la novela es un arte. como el argumento es palabra, la discusión entre terapeutas o entre escritores nunca logra extrañamiento, jamas pide verificacion, sino un acto de fe
    la discusión y la fe son incompatibles, ninguna se logra con la otra; nadie pone realmente en discusion su fe y ninguna discusion prospera a partir del fermento de la fe
    las discusiones sobre "credos" literarios han sido siempre contradicciones en los terminos, de manera de no llegar a nada, se pisaron los zapatos y no develaron cosa alguna, excepto frases bien entabladas en algunos casos, y con ello insufrible remisión al mecanismo de un arte al que se intentaba aclarar o destruir"

    martes, enero 23, 2007

    Un poema de Madariaga


    Un fuego en el palmar

    a Julio Martínez Howard


    Son piedades-perfumes
    que me ha dado la sombra,
    en las prolongaciones populares del llano.

    Confundido, entre las aguas vírgenes
    y la miseria de la orilla,
    he detenido mi caballo,
    cansado de nadar en las aguas profundas,
    y he saludado al gallo de los colores de Gauguin,
    entre las brujas de unos ranchos.

    Francisco Madariaga (Buenos Aires, 1927-2000)

    ¿Autorretrato?

    Yo, que tengo el alimento más moderno, estoy rastreando
    el invierno y las pudriciones de estos llanos.

    Francisco Madariaga (1927-2000)
    El profeta que enloqueció leyendo Billiken (Billy Kent?).

    Diario del profeta:


    "Recuerdas hijo? Alguna vez existió algo que los antiguos llamaban resistencia de materiales... eso ya nunca compartirá nuestro mundo."

    "Los que vinieron antes de nosotros llenaban este vacío con desprolijas formas que llamaban palabras."

    "Los que vendrán después de nosotros callarán cuando los antiguos sufrían, harán de cada elemento un único elemento, de cada idea el presente."
    sinestesia

    1. f. Biol. Sensación secundaria o asociada que se produce en una parte del cuerpo a consecuencia de un estímulo aplicado en otra parte de él.
    2. f. Psicol. Imagen o sensación subjetiva, propia de un sentido, determinada por otra sensación que afecta a un sentido diferente.
    3. f. Ret. Tropo que consiste en unir dos imágenes o sensaciones procedentes de diferentes dominios sensoriales. Soledad sonora. Verde chillón.

    Real Academia Española © Todos los derechos reservados

    ***

    Si alguien nos dijera que un verde chilla, y pretendiera convencernos que es así en realidad, pensaríamos que está delirando. Pero básicamente no atinaríamos a imaginar cómo es el chillido real de un verde. Admitamos que realmente el verde no chilla, ¿cómo traduciríamos la percepción retóricamente? ¿Diríamos que es demasiado puro? ¿Que hiere a los ojos? ¿Que es llamativo? Cualquier elección conduce a un nuevo tropo: en la "realidad" el verde no hiere, tampoco llama ni puede medirse o definirse su intensidad. En cuanto a la pureza, no es mensurable ténicamente (proporciones iguales de azul y amarillo dan verde, ¿pero qué azul y qué amarillo no tienen mezcla?); además,la expresión "ese verde es puro" no nos dice nada sobre lo que nos produce y quizá menos sobre lo que es. En el plano estricto de la correspondencia con la sensación física apenas podríamos decir que ese verde es desagradable. Cualquier otra aproximación a la realidad sería metafórica, irreal, fantástica, literaria; en el fondo, las únicas científicas.

    sábado, enero 20, 2007

    Es un virus

    Lo que sigue es copia de una página en la que se da cuenta de uno de los experimentos llevados a cabo por Gustavo Romano para "generar poesía" utilizando material de Internet. En la página original, las frases que recitan los robots están divididas en columnas. (N. de R.)


    Es un virus?
    Las frases, a modo de diálogo, son recitadas intercaladamente por los dos autómatas

    La siguiente es una recopilación realizada el 20 de diciembre de 2003 y que se presenta a modo de ejemplo. Se utilizó en este caso la herramienta de búsqueda genérica de Google para sitios en idioma español.


    Según parece
    es un virus

    Eso demuestra que
    es un virus

    Exploit/Iframe no
    es un virus

    Esconde un ejecutable llamado
    Blancanieves que
    es un virus

    Microsoft ha declarado que: No
    es un virus

    "AOL" afirma que
    es un virus

    ¿Es una moda o
    es un virus?

    Seguramente
    es un virus

    El fascismo
    es un virus

    El pasado
    es un virus

    Ese sí
    es un virus

    El "Buen Día"
    es un virus

    No, no
    es un virus

    El lenguaje
    es un virus

    Miraré por si
    es un virus


  • Proyecto IP Poetry
  • jueves, enero 18, 2007

    Wallace Stevens / Teoría

    Soy lo que me rodea.

    Las mujeres comprenden esto.
    Nadie es duquesa
    a cien yardas de un carruaje.

    Estos, entonces, son retratos:
    un vestíbulo negro,
    un alto lecho protegido por cortinados.

    Estos son tan sólo ejemplos.

    Wallace Stevens (Reading, Pennsylvania, 1879 - Hartford, Connecticut, 1955), Alberto Girri, Versiones, Corregidor, Buenos Aires, 1974

    El vínculo de la existencia

    Así lo creíamos 

    Nosotros creíamos tanto
    en el vínculo de la existencia,
    pero ahora, miro hacia atrás y, sorprendentemente,
    me pareces, juventud mía, que por tu colorido
    no me perteneces y por tus rasgos no eres válida.

    Si se piensa, es como si la bruma de las olas
    se encontrara entre tú y yo, entre encallar y hundirse;
    o como ver una línea de postes y a ti de espaldas,
    en bicicleta, yendo directamente hacia el ocaso.

    Tú no eres yo hace mucho tiempo, eres un esbozo,
    el héroe de cada primer capítulo, pero cuántos años
    creímos en la continuidad del camino, desde el húmedo valle
    hasta el alto brezo. 

    Vladimir Nabokov (San Petersburgo, 1899- Montreux, 1977), Poemas desde el exilio, Pre-Textos, 2001
    Traducción de Macarena Carvajal 

    martes, enero 16, 2007

    Ezra Pound / La tumba de Akr Caar





















    "Yo soy tu alma, Nikoptis. He velado
    Estos cinco milenios y tus ojos muertos
    No se movieron ni han respondido a mi deseo,
    Y tus miembros ligeros, que atravesé en llamas,
    No han ardido conmigo ni con azafranada cosa alguna.

    Mira, la hierba leve se levantó para hacer tu almohada
    Y te besó con una míriada de lenguas vegetales;
    Mas tú no me besaste.
    De tanto leerlo gasté el oro en la pared
    Y fatigué mi pensamiento en los signos.
    Y no hay nada nuevo en este sitio.

    He sido amable. Mira, he dejado los cántaros sellados
    Por si despertabas y murmurabas por tu vino.
    Y he mantenido suaves las túnicas sobre tu cuerpo.

    ¡Oh despreocupado! ¡Cómo podría olvidar!
    -Hasta el río hace tanto tiempo,
    ¿El río? era menos que joven-,
    Y tres almas vinieron sobre Ti
    Y yo vine.
    Y volé sobre ti, las hice huir.

    He sido íntima contigo, te he conocido.
    ¿Acaso no he tocado tus palmas y las puntas de tus dedos?
    ¿Acaso no me he deslizado a través de ti hacia los talones?
    ¿Cómo entré? ¿Acaso no soy yo tú y Tú?
    Y ningún sol viene a socorrerme en este lugar,
    Y estoy desgarrada contra la oscuridad tenebrosa;
    Y ninguna luz me golpea y no dices

    Palabra día tras día.
    ¡Oh! podría salir, a pesar de las marcas
    Y toda su hábil labor sobre la puerta,
    Salir a través de los campos de verde cristal...

    Mas hay quietud aquí.
    No me voy."

    Ezra Pound (Hailey, 1885- Venecia, 1972)

    Versión: M. Covián en Poesía Norteamericana del Siglo Veinte. Selección de Mario Morales y Eugenio Lynch. Biblioteca Básica Universal, Centro Editor de América Latina, Buenos Aires, 1970

    The tomb at Akr Caar

    "I am thy soul, Nikoptis. I have watched
    These five millenia, and thy dead eyes
    Moved not, nor ever answer my desire,
    And thy light limbs, wherethrough I leapt aflame,
    Burn not with me nor any saffron thing.

    See, the light grass sprang up to pillow thee,
    And kissed thee with a myriad grassy tongues;
    But not thou me.
    I have read out the gold upon the wall,
    And wearied out my thought upon the signs.
    And there is no new thing in all this place.

    I have been kind. See I have left the jars sealed,
    Lest thou shouldst wake and whimper for thy wine.
    And all thy robes I have kept smooth on thee.

    O thou unmindful! How should I forget!--
    Even the river many days ago,
    The river? thou wast over young.
    And three souls came upon Thee--
    And I came.
    And I flowed in upon thee, beat them off;
    I have been intimate with thee, known thy ways.

    Have I not touched thy palms and finger-tips,
    Flowed in, and through thee and about thy heels?
    How 'came I in'? Was I not thee and Thee?

    And no sun comes to rest me in this place,
    And I am torn against the jagged dark,
    And no light beats upon me, and you say
    No word, day after day.

    Oh! I could get me out, despite the marks
    And all their crafty work upon the door,
    Out through the glass-green fields
    .  .  .

    Yet it is quiet here:
    I do not go".

    Personae: The Shorter Poems of Ezra Pound, New Directions Publishing, 1990

    Foto: Ezra Pound, Venecia, 1971. Franz Larese, 1971, Galería Erker, Burano, Italia

    lunes, enero 15, 2007

    Cuando despertó...

    El lugar común de que Augusto Monterroso escribió el relato más breve del mundo, es universal: "Su composición 'Cuando despertó, el dinosaurio todavía estaba allí', está considerada como el relato más breve de la literatura universal."

  • Wikipedia


  • Hay relatos breves de igual o mayor sugestión contenidos en otros relatos. Creo que Horacio Quiroga condensó en una frase todo El hombre muerto:

    Mientras caía, el hombre tuvo la impresión sumamente lejana de no ver el machete de plano en el suelo.

    Pudo ahorrarse el resto. Pero no lo hizo. La literatura, me parece, debe mucho al exceso de Quiroga y menos a la brevedad de Monterroso.

    Lo cursi

    Un comentario al poema de Magrelli publicado más abajo menciona el temor a la cursilería. Aunque no la define, una nota que encontré (sin demasiado trabajo, confieso) con Google desarrolla una explicación social y cultural interesante, aunque no totalmente satisfactoria. Copio el comienzo de la nota; la figura de la que se habla resume, no sé si involuntariamente, la argumentación que le sigue, puesta en boca de un caballero del que poco sabemos, incluso si existe. Abajo, el link para ver la nota completa.



    Consideraciones sobre lo cursi



    La dama, muy enojada, pero muy bella a pesar del enojo, declaró su indignación cuando alguien dijo en la tertulia donde se hallaba, que la novela de Félix B. Caignet, El derecho de nacer, era, ciertamente, un monumento de cursilería.
    —¿De manera —dijo con los labios temblorosos— que todos los que oímos embelesados la radiodifusión de esa novela, somos cursis?
    Se produjo un silencio muy difícil. Una respuesta afirmativa resultaba poco galante. Y, bien observada la dama, además de su victoriosa belleza, no tenía sobre sí nada que delatara sus íntimas y secretas conexiones con la cursilería. El traje era sobrio y elegante y los ademanes sencillos y desenvueltos. Una ligera exageración en el trazo oblicuo de las cejas, buscaba darle al rostro una reminiscencia mongólica levemente inquietante, y por ahí, como perdido en el oleaje del pecho, zozobraba un prendedor que no era una joya sino una imitación de joya, demasiado esplendorosa para ser verdadera. Salvo esa forzosa concesión económica a la producción en serie, una línea general de elegancia y de buen tono rodeaba a la dama. Además, su conversación no era completamente descabellada. Decía, claro está, una inacabable serie de futilidades, pero las decía con tanta convicción, con tanto desgaste de energía vital, que tomaban súbitamente una coloración artificial pero encantadora de verdades. Algo, tal vez mucho, de la gracia animal, por completo biológica, de su calidad de hembra bella, trascendía a sus palabras. Si no se hubiera suscitado un tema de conversación tan peligroso como el de la novela de Caignet, probablemente esta mujer colombiana no habría sido contradicha en sus opiniones. Era un gusto verla y oírla decir deliciosas tonterías. Pero su apasionado fervor sentimental e intelectual por Caignet sobrepasaba la medida de sus seducciones. Y podía tomarse en realidad como un abuso de poder.


    Hernando Téllez
    (Colombia, 1908-1966)

  • Artículo completo
  • sábado, enero 06, 2007

    Valerio Magrelli / El abrazo



    Tú duerme a mi lado así yo me inclino
    y pegado a tu rostro tomo sueño de ti
    como hace una mecha
    con otra mecha que le pasa el fuego.
    Y las dos luces brillan
    mientras la llama pasa y el sueño hila.
    Pero mientras hila vibra
    la caldera en los sótanos.
    Allá abajo se quema una naturaleza fósil,
    allá en el fondo arde la Prehistoria, muertas
    turbas sumergidas, fermentadas,
    rugen en mi termotanque.
    En una oscura aureola de petróleo,
    el cuartito es un nido calentado
    por depósitos orgánicos, hogueras, liquido residual.
    Y nosotros, mechas, somos las dos lenguas
    de aquella única antorcha paleozoica.

    Valerio Magrelli (Roma, 1957), Ejercicios de tiptología, Mondadori, Milán, 1992
    Versión de Jorge Aulicino


    L'abbraccio

    Tu dormi accanto a me così io mi inchino
    e accostato al tuo viso prendo sonno
    come fa lo stoppino
    da uno stoppino che gli passa il fuoco.
    E i due lumini stanno
    mentre la fiamma passa e il sonno fila.
    Ma mentre fila vibra
    la caldaia nelle cantine.
    Laggiù si brucia una natura fossile,
    là in fondo arde la Preistoria, morte
    torbe sommerse, fermentate,
    avvampano nel mio termosifone.
    In una buia aureola di petrolio
    la cameretta è un nido riscaldato
    da depositi organici, da roghi, da liquami.
    E noi, stoppini, siamo le due lingue
    di quell'unica torcia paleozoica.

    act. enero 2020

    Poesía de hospital, una guía

    Los comentarios a la entrada "Formación hospitalaria" (dic.2006) dan cuenta de una abundante poesía de hospital que ignoraba.

    DF dijo...
    Se pueden agregar, hasta donde recuerdo, poemas de Neruda, Fondebrider, Ainbinder, algo del que suscribe y, sobre todo, el extraordinario "Rosi de los catéteres" de Lamborghini (Leónidas, claro)

    killcana dijo...
    tambien el poema de NESTOR GROPPA, de su primer libro, TALLER DE MUESTRAS.

    Altazor dijo...
    Un poeta venezolano de los años 60 escribió un libro titulado "Papeles de condenado". Fue publicado por esos años. Se trata de poemas sobre su experiencia en un hospital. El poeta se llama Efraín Hurtado. Murió hará unos veintiseis años. Formó parte del grupo El Techo de la Ballena. Dificulto que se consigan sus libros. Si me animo podría "colgar" algo en uno de mis blogs.

    Otro poeta venezolano, Reynaldo Pérez So, es autor de libros donde se refiere al tema desde su experiencia de médico. "Matadero" es el título de uno de ellos. Pérez So se hizo médico después de haber publicado varios libros de poesía y de ser un escritor reconocido en Venezuela. Es médico de segunda profesión.

    Altazor dijo...
    Rectifico. El libro de Reynaldo Pérez Só de tema "hospitalario" se titula "Px" y no "Matadero", como escribí en el anterior comentario. Este último título podría aludir a lo que representan algunas clínicas irresponsables, pero lo cierto es que el libro de Reynaldo Pérez Só acerca de los hospitales no es otro que "Px". En uno de sus poemas dice:

    "las casas de la muerte son/ hospitales donde crecen los médicos".

    viernes, enero 05, 2007

    Viva la Santa Federación

    Dice DF:

    "Civilización o barbarie", vuelven a rugir, en uno de esos ataques que les da cada tanto, los oficiantes del culto a la abstracción y la técnica. Y la cabeza que, en representación de la barbarie, ahora quieren mostrar en una pica, es la de Horacio González.

  • DF en Tómenlo como de quien viene


  • A lo mejor, no es para tanto. Pero la defensa del renuciante subdirector de la Biblioteca Nacional, Horacio Tarcus, por parte de algunos intelectuales, entre ellos Sarlo, Altamirano, indica algo más, al parecer, que una internita. Esa proclama fue contestada por la que se lee más abajo. Y produjo comentarios en Monolingua (ver vínculo al lado) y en otro blog, hasta dónde yo he leído.

  • La proclama



  • Martin, un análisis
  • APOYO A LA BIBLIOTECA NACIONAL


    La oposición unilateral entre modernización y tradición empobrece problemáticas mucho más ricas y complejas, y retrotrae el debate a una dicotomía que no hace justicia al presente de la Biblioteca Nacional. Sabemos que la Biblioteca Nacional no está atravesando un momento "sombrío" y queremos expresar que sus trabajos de actualización y su activa y renovada presencia e insersión en la sociedad, alientan a pensar que se superarán sus carencias y se proseguirán los compromisos para recrear la fuerza cultural que debe caracterizarla. Su momento actual está signado por la continuidad y avance de esas transformaciones. No hay ninguna oposición, al contrario, entre biblioteca y actividad cultural, entre atención a los investigadores y apertura a un público amplio, entre excelencia técnica y mejora de la situación laboral y económica del personal de la institución. Todo esto no depende de una persona, de este o aquel nombre propio, sino de los acuerdos, discusiones y el trabajo de una comunidad integrada por lectores, investigadores, bibliotecarios y el conjunto de los trabajadores de la Biblioteca.

    Adhesiones:
    David Viñas. León Rozitchner. Christian Ferrer. María Pía López. Guillermo Korn. Verónica Gago. Diego Stutwark. Gabriela García Cedro. Susana Cella. Daniel Freidemberg.

    apoyobibliotecanacional@yahoo.com.ar