viernes, diciembre 31, 2010

Pier Paolo Pasolini / De "Transhumanar y organizar", 4


El nacimiento de un nuevo tipo de bufón

No "caca"* sino "baba ndogo" (seor maestro),
así queda liquidado mi narcisismo
¿Qué queda de él?

He perdido la compañía de un sentimiento.
O, mejor, de la "forma de una vida" (la mía).
He bajado en la última estación.

Queda un enigma. Entre los wagogo enamorados de los europeos,
el monumento negro se alza contra los arbustos siniestros
y los templos naturales de peñascos donde vivieron leones.

Yo no tengo más el sentimiento
que me hace tener admiración por mí.

No considero el fondo de mis palabras
como un fondo precioso, una gracia,
algo especial y particularmente bueno. **

¿Qué comunico, al final
de mi carrera de poeta que, calladito,
se consideraba indispensable para la humanidad?

He aquí la respuesta (en la mañana
del primero de enero de 1969):
"Una desagradable ironía sobre todo aquello".
¡Qué impertérrito y puro fue mi celo
a la luz de mi narcisismo!

A través del humorismo regreso al orden.
Calla Tersites imberbe y presuntuoso
(objetivamente además) gracioso.
Ulyxes se quedó en casa:
allí hace uso de la ironía (justamente) y allí defiende
como loco moderado las instituciones. En cuanto a Héctor,
él hace discontinuas apariciones.
Pero ay de él si no tuviera un cierto desapego.

¿Qué comunico, si no comunico más,
si, en resumen, nunca he comunicado
otra cosa que el placer de ser aquello que soy,
aquello que me enseñó mi madre?

Grita, pues, un pájaro sobre el hotel Mwanza.
Ninetto duerme bajo el mosquitero.
Yo doy aire al equívoco fervor matutino
por el que me declaro "poeta diletante".***
Pero no es casualidad que esto ocurra junto al lago Victoria.

* Hermano (swahili).
** No sin conciencia de la significación esquizoide.
*** Que escribe poesía sobre su existencia, por mera protesta contra el neo-zdanovismo.


Comunicado a la ANSA (propósitos)

He bebido un vaso de agua a las tres de la mañana
mientras Arezzo tenía el aire de ser absolutamente independiente.
Una vez resuelta la omisión de los principales deberes
(de poeta, de ciudadano)
mis versos serán completamente prácticos
(a pesar de que sé bien que sin Dios la práctica es surrealista)
Como dice Eurípides: "La democracia consiste
en estas simples palabras:
¿quién tiene un consejo útil para darle a su patria?"
Así, mis consejos serán los de un loco moderado.
Después de mi muerte, por lo tanto, no se sentirá mi falta:
la ambigüedad importa mientras está vivo el Ambiguo.

Pier Paolo Pasolini (Bolonia, 1922-Ostia, 1975) "Trasumanar e organizzar", 1971, Tutte le poesie, Mondadori, Milán, 2003
Versiones: Jorge Aulicino


La nascista di un nuovo tipo di buffone

Non "caca" (1) ma "baba ndogo" (sor maestro)
così viene liquidato il mio narcisismo.
Che ne è di esso?

Ho perso la compagnia di un sentimento.
O, meglio, della "forma di una vitta" (la mia).
Sono sceso all'ultima stazione.

Resta un rebus. Trai i Wagogo innamorati degli Europei
il monumento nero è alto contro i sinistri cespugli,
e i templi naturali di macigni dove vissero leoni.

Io non ho più il sentimento
che mi fa avere ammirazione per me.

Non considero il fondo delle mie parole
come un fondo prezioso, una grazia,
qualcosa di speciale e di particolarmente buono (2).

Che cosa comunico, alla fine,
della mia carriera di poeta, che, sotto sotto,
si considerava indispensabile all'umanità?

Ecco la risposta (nel mattino
del primo gennaio 1969):
"Una spiacevole ironia su tutto ciò".
Come fu imperterrito e puro il mio zelo
alla luce del mio narcisismo!

Attraverso l'umorismo rientro nell'ordine.
Tace il Tersite imberbe e sedicente
(oltre che oggettivamente) grazioso.
L'Ulyxes è rimasto a casa:
vi fa (appunto) dell'ironia e vi difende
da folle moderato le istituzioni. Quanto a Ettore,
lui, fa saltuarie apparizioni.
Ma, anche lui, guai se non ci fosse un po' di distacco.

Che cosa comunico, se non comunico più,
se, tutto sommato, non ho mai comunicato
altro che il piacere di essere ciò che sono?
Ciò che mi insegnò mia madre?

Grida, dunque, un uccello sull'Hotel Mwanza.
Ninetto dorme sotto la zanzariera.
Io dò sfogo al'equivoco fervore mattutino,
per cui mi dichiaro "poeta dilettante". (3)
Ma non è un caso che ciò accada sul Lago Vittoria.

(1) Fratello (swaili).
(2) Non senza coscienza della significazione schizoide.
(3) Che scrive della poesia sulla esistenza, per pura protesta contro il neo-zdanovismo.


Comunicato all'ANSA (propositi)

Ho bevuto un bicchier d'acqua alle tre di notte
mentre Arezzo aveva l'aria di essere assolutamente indipendente.
Una volta decisa l'omissione dei principali doveri
(di poeta, di cittadino)
i miei versi saranno 
completamente pratici
(benchè io sappia bene che senza Dio la pratica è surrealistica)
Come dice Euripidi: "La democrazia consiste
in questi semplici parole:
chi ha qualche utile consiglio da dare alla sua patria?"
Così, i miei consigli saranno di folle moderato.
Dopo la mia morte, perciò, non si sentirà la mia mancanza:
l'ambiguità importa fin che è vivo l'Ambiguo.

Ilustración: Don Sebastián de Morra, 1644, Diego Velázquez

jueves, diciembre 30, 2010

W. B. Yeats / Cuando estés vieja




Cuando estés vieja y gris y llena de sueño
dormitando junto al fuego, toma este libro,
Lee suavemente y sueña en las dulces miradas
Que tus ojos tuvieron y hasta en sus sombras.

Cuántos amaron tus momentos de alegre gracia,
Y amaron tu belleza con amor falso o verdadero,
Pero tan solo un hombre amó tu alma peregrina
Y amó hasta las penas de tu cambiante rostro.

Inclinada allí, junto a las flameantes rejas,
Murmurarás, con tristeza, cómo el amor vuela
Y a rítmicos pasos fue a escalar las montañas
Para esconder su rostro detrás de una estrella.

W. B. Yeats, (Dublín, 1865 - Roquebrune-Cap-Martin, Francia, 1939), La rosa, 1893
Versión de Ángel Faretta


When You Are Old

When you are old and grey and full of sleep
And nodding by the fire, take down this book,
And slowly read, and dream of the soft look
Your eyes had once and of their shadows deeps

How many loved your moments of glad grace,
And loved your beauty with love false or true;
But one man loved the pilgrim soul in you,
And loved the sorrows of your changing face.

And bending down beside the glowing bars,
Murmur, a little sadly, how Love fled
And paced upon the mountains overhead,
And hid his face amid a crowd of stars.

---
Ilustración: Anciana con rosario, 1896, Paul Cézanne

Pierre de Ronsard / Tempus fugit, 1




Sonetos para Helena

IX

Cuando seas vieja, una noche, a la luz de una vela
Hilando y devanando junto a la chimenea
Dirás al leer mis versos que te asombrarán:
“¡El tiempo en que era bella y me cantaba Ronsard!”.

Oyendo tal nueva no habrá una sirvienta,
Aunque ya adormecida por la diaria fatiga,
Que no se despabile cuando digas: Ronsard,
Bendiciendo tu nombre en alabanza inmortal.

Estaré bajo la tierra, ya un fantasma sin hueso,
Entre los oscuros mirtos ganaré mi reposo
Tú serás en la sala una vieja encogida

Lamentando mi amor y tu fiero desdén
Vive, a mañana no esperes y, si me crees, ven,
Apúrate en recoger las rosas de la vida.

Pierre de Ronsard (Castillo de la Possonière, Couture-sur-Loir, 1524 – Saint-Cosme-en-l'Isle, 1585), Sonetos para Helena, Libro II, 1578
Versión de Angel Faretta

Sonnets pour Hélène, II

IX


Quand vous serez bien vieille, au soir à la chandelle,
Assise auprès du feu, dévidant et filant,
Direz, chantant mes vers, en vous émerveillant:
‘Ronsard me celébrait au temps que j’etais belle!’

Lors, vous n’aurez servant oyant telle nouvelle,
Déjà sous le labeur à demi sommeillant:
Qui au bruit de Ronsard ne s’aille réveillant,
Bénissant votre nom de louange immortelle.

Je serai sous la terre et, fantôme sans os,
Par les ombres myrteux je prenderai mon repos;
Vous serez au foyer une vieille accroupie,

Regrettant mon amour et votre fier dédain.
Vivez, si m’en croyez, n’attendez à demain:
Cueillez dès aujourd’hui les roses de la vie.

Ilustración: Vieja friendo huevos, Diego de Velázquez, 1618

miércoles, diciembre 29, 2010

Langston Hughes / Dos poemas traducidos por Borges




Yo también

Yo también canto América.

Soy el hermano oscuro.
Me hacen comer en la cocina
Cuando llegan visistas.
Pero me río,
Y como bien,
Y me pongo fuerte.

Mañana
Me sentaré a la mesa
Cuando lleguen visistas.
Nadie se animará
A decirme
"Vente a la cocina"
Entonces.

Además, verán lo hermoso que soy
Y tendrán vergüenza,-

Yo, también, soy América.



El negro habla de ríos

He conocido ríos...
He conocido ríos antiguos como el mundo y más antiguos que la
fluencia de sangre humana por las venas humanas.
Mi espíritu se ha ahondado como los ríos.

Me he bañado en el Eufrates cuando las albas eran jóvenes,
He armado mi cabaña cerca del Congo y me ha arrullado el sueño,
He tendido la vista sobre el Nilo y he levantado pirámides en lo alto.

He escuchado el cantar del Mississippi cuando Lincoln bajó a New Orleans,
Y he visto su barroso pecho dorarse todo con la puesta del sol.

He conocido ríos:
Ríos envejecidos, morenos.
Mi espíritu se ha ahondado como los ríos.


Langston Hughes (Joplin, 1902-Nueva York, 1967), versiones de Jorge Luis Borges, revista Sur, Otoño 1931, Año I, Buenos Aires


I too

I, too, sing America.

I am the darker brother.
They send me to eat in the kitchen
When company comes,
But I laugh,
And eat well,
And grow strong.

Tomorrow,
I'll be at the table
When company comes.
Nobody'll dare
Say to me,
"Eat in the kitchen,"
Then.

Besides,
They'll see how beautiful I am
And be ashamed--

I, too, am America.


The Negro Speaks of Rivers

I've known rivers...
I've known rivers ancient as the world and older than the flow
of human blood in human veins.
My soul has grown deep like the rivers.

I bathed in the Euphrates when dawns were young.
I built my hut near the Congo and it lulled me to sleep.
I looked upon the Nile and raised the pyramids above it.

I heard the singing of the Mississippi when
Abe Lincoln went down to New Orleans,
And I've seen its muddy bosom turn all golden in the sunset.

I've known rivers:
Ancient, dusky rivers.

My soul has grown deep like the rivers.

Foto: Hughes, Chicago, 1941, Gordon Parks

martes, diciembre 28, 2010

Marilyn Monroe / Un poema




Mi amor duerme junto a mí...

Mi amor duerme junto a mí
en la débil luz –veo su viril mentón
aflojarse– y la boca
de su adolescencia regresa
con una blandura más blanda
su sensibilidad temblando
en la quietud
sus ojos tienen que haber escrutado el exterior
maravillosamente desde la gruta
de su adolescencia –cuando las cosas que no entendía las olvidaba
pero tendrá este mismo aspecto cuando esté muerto
Oh hecho insoportable inevitable
Pero ¿preferiría que llegase antes la muerte
de su amor que la suya propia?


Norma Jeane Baker, Marilyn Monroe (Los Angeles, 1926–1962), Fragmentos, traducción de Ramón Buenaventura, Ediciones Seix Barral, Barcelona, 2010

Foto: Marilyn Monroe marilynmonroe.com

Ricardo Carreira / Memoria




Memoria

Una simple marca en una madera tiene más memoria
que un ser humano. Hasta que la marca sobre la
madera no sea borrada, ésta persistirá como
gravado. Mientras que un ser humano con sólo
mirar para otro lado ya no percibirá el grabado
de la madera.
Una foto, un gravado en madera, una cinta de tape
tienen mucha más memoria que nosotros.
Nuestra memoria es más bien externa, nuestra
memoria son los objetos externos. Si bien tenemos
memoria, la memoria propiamente de nuestros
sentidos tiende a borrar. El aparato de
percepción visual borra a la velocidad que recibe
la luz. Si tuviéramos la memoria de una foto no
podríamos desplazarnos frente a nuestros objetos y
con sólo mover la cabeza saldrían borrosas
todas las imágenes.
La posibilidad de borrar nos permite ver un
objeto en todas sus partes, adelante, atrás,
adentro, posibilitando la realización de
cualquier trabajo.
Nuestra memoria son los objetos externos a
nosotros. Todo objeto creado es una memoria, como
una foto, un tape, un grabado.


Ricardo Carreira (Buenos Aires, 1942-1992), Mataderos, Ediciones Stanton, Buenos Aires, 2010

Ilustración: Contratapa de Mataderos

domingo, diciembre 26, 2010

Salvatore Quasimodo / Playa en San Antíoco




Playa en San Antíoco

En la hiel de la greda,
en el silbido de los reptiles,
la densa oscuridad que sube de la tierra
habitaba tu corazón.

Doliente en el cielo de las riberas
te crecía cruel la sangre
de una raza sin ley.

Aquí donde duerme verde el aire
de estos mares con gangrena
aflora un blanco esqueleto marino.
Y sientes una pobre vértebra humana
compañera de aquella que la ola
desgasta con la sal.

Hasta que la memoria te eleve
a suspirados ecos,
olvidada es la muerte:
Y la blanca imagen sobre las algas
signo es de los celestes.

Salvatore Quasimodo (Módica, 1901-Amalfi, 1968), "Nuove poesie" (1936-1942), Tutte le poesie, Mondadori, Milán, 1960
Versión de Jorge Aulicino


Spiaggia a Sant'Antioco

Nel fiele delle crete,
nel sibilo dei rettili,
il forte buio che sale dalla terra
abitava il tuo core.

Tu già dolente al cielo delle rive
ti crescevi crudele il sangue
d'una razza senza legge.

Qui dove dorme verde l'aria
de questi mari in cancrena,
affiora bianco scheletto marino.
E tu senti una povera vertebra umana
consorte a quella che il flutto
logora e il sale.

Fino a che memoria ti sollevi
a sospirati echi,
dimenticata è morte:
E la candida immagine sull'alghe
segno è dei celesti.


Ilustración: Sulla spiaggia, o Giornata grigia, 1893, Giovanni Fattori

Luis Angel Marín / Acantilados


Acantilados
(Garafía)

El rumor de los acantilados
penetraba sobre la danza de la tarde
Sin sosiego un coro milenario
hilaba la elipse del Tiempo
en inundadas miradas
Sobre la brisa
La isla tendía la mano al mar
bajo el centelleo del sol
En trashumancia
La playa era un mosaico
de humeante soledad
Y ya no se escuchaba
la sombra de los pájaros

S/C de La Palma a 17 de marzo de 2004



Luis Ángel Marín Ibáñez (Zaragoza, 1952), Los atabales del silencio

sábado, diciembre 25, 2010

Giuseppe Ungaretti / Navidad




Navidad

No tengo ganas
de zambullirme
en un laberinto
de calles

Tengo tanto
cansancio
sobre la espalda

Déjenme así
como una
cosa
guardada
en un rincón
y olvidada

Aquí
no se siente
otra cosa
que el buen calor

Estoy
en las cuatro
cabriolas
de humo
del fogón

Nápoles, 26 de diciembre de 1916


Giuseppe Ungaretti (Alejandría, 1888-Roma, 1970), "L'allegria", Vita d'un uomo. Tutte le poesie, Mondadori, 2005
Versión de Jorge Aulicino

Natale

Non ho voglia
di tuffarmi
in un gomitolo
di strade

Ho tanta
stanchezza
sulle spalle

Lasciatemi così
come una
cosa
posata
in un
angolo
e dimenticata

Qui
non si sente
altro
che il caldo buono

Sto
con le quattro
capriole
di fumo
del focolare

Napoli, il 26 dicembre 1916

Ilustración: Cocina, 1948, Pablo Picasso

Gilbert Keith Chesterton / El mito de Arturo




El mito de Arturo


Oh hombre erudito que nunca aprendiste a aprender,
Salvo deducir, con tímidos y cortos pasos,
Acerca del altísimo humo del fuego que nunca arde
Y de los grandes relatos de hombres que nunca fueron grandes,
Dime, ¿has pensado de qué clase de hombres se trata,
O de quiénes se dice "Podrían echar gigantes abajo"?
O qué intensas memorias sobre el abismo del tiempo
Mantienen las pompas de Camelot y la corona.
Y por qué un estandarte cubre todo el fondo,
Más allá de los desfiles de tantas lanzas,
Y por qué brujería en las colinas del oeste
Un trono permanece vacío por miles de años.
Quién abraza, desoyendo ese inmenso impacto,
Una historia inmortal a un mortal pecado;
No sea que una fábula humana toque un hecho histórico,
Persiga mitos como polillas y se bata contra ellos con un alfiler.
Quédate tranquilo, descansa, no es difícil.
Nunca serás un mito, te lo aseguro.

Gilbert Keith Chesterton (Londres, 1874-Beaconsfield, 1936)
Versión J. Aulicino

The Myth of Arthur
O learned man who never learned to learn,
Save to deduce, by timid steps and small,
From towering smoke that fire can never burn
And from tall tales that men were never tall.
Say, have you thought what manner of man it is
Of who men say "He could strike giants down" ?
Or what strong memories over time's abyss
Bore up the pomp of Camelot and the crown.
And why one banner all the background fills,
Beyond the pageants of so many spears,
And by what witchery in the western hills
A throne stands empty for a thousand years.
Who hold, unheeding this immense impact,
Immortal story for a mortal sin;
Lest human fable touch historic fact,
Chase myths like moths, and fight them with a pin.
Take comfort; rest--there needs not this ado.
You shall not be a myth, I promise you.

Famous Poets and Poems

Foto: Chesterton, El País, Madrid

viernes, diciembre 24, 2010

Edgar Lee Masters / De "Antología de Spoon River", 12





Franklin Jones

Si hubiera vivido otro año
podría haber terminado mi máquina de volar
y haberme hecho rico y famoso.
Por eso está bien que el hombre
que cinceló una paloma para mí
la hiciera parecerse más a un pollo.
Porque, ¿qué es todo sino salir del cascarón
y andar por el corral de un lado al otro
hasta el día del matadero?
¡Salvo que el hombre tiene la mente de un ángel
y ve el hacha desde el principio!


Trainor, el boticario

Sólo el químico puede decir, y no siempre el químico,
qué resultará de combinar
líquidos o sólidos.
¿Y quién puede saber
cómo van a reaccionar uno con otro
un hombre y una mujer, o qué hijos saldrán?
Ahí estaban Benjamin Pantier y su esposa,
buenos en sí mismos, pero nocivos el uno para el otro:
él oxígeno, ella hidrógeno,
su hijo, un fuego devastador.
Yo, Trainor, el boticario, un mezclador de químicos,
muerto mientras hacía un experimento,
viví sin casarme.

Edgar Lee Masters (Garnett, 1868 - Melrose Park, Pennsylvania , 1950), Spoon River Anthology, Macmillan, 1915
Versiones de Gerardo Gambolini


Franklin Jones

If i could have lived another year
I could have finished my flying machine,
And become rich and famous,
Hence it is fitting the workman
Who tried to chisel a dove for me
Made it look more like a chicken.
For what is tit all but being hatched,
And running bour the yard,
To the day of the block?
Save that a man has an angel’s brain,
And sees the ax from the first!

Trainor, the druggist

Only the chemist can tell, and not always the chemist,
What will result from compounding
Fluids or solids.
And who can tell
How men and women will interact
On each other, or what children will result?
There were Benjamin Pantier and his wife,
Good in themselves, but evil toward each other :
He oxygen, she hydrogen,
Their son, a devastating fire.
I Trainor, the druggist, a mixer of chemicals,
Killed while making an experiment,
Lived unwedded.


---
Ilustración: Der Alchimist, 1861, Carl Spitzveg

Miguel Gaya / Los bárbaros




Los bárbaros

Tu queja es inútil. Lo dijeron antes
de nosotros: fuimos los bárbaros
que ignoramos todo del más alto idioma,
y es más: lo mancillamos.

Pero los dogmáticos fueron
bárbaros también, y en su idioma
encendieron fogatas donde ardieron
padres iconoclastas y más antiguos.

Ahora hombres sin fe en nosotros hablan
y así nos niegan. Hijos que nos obligan
a la pócima engañosa de lo viejo.

Igual la plaza no está asediada
ni vencida. Todos ardemos
en el torbellino del fuego del idioma.

[inédito]

Miguel Gaya (Ayacucho, Argentina, 1953)

---
Ilustración: Carrera de caballos salvajes, 1816, Theodore Géricault

jueves, diciembre 23, 2010

Louis MacNeice / "Diario de otoño", 3


Diario de otoño

III

Agosto ya casi termina, los que vuelven
de las vacaciones están bronceados
con los pulgares ampollados y una billetera con fotos y una pequeña
Joie de vivre de contrabando;
la resistencia de quién es suficiente para hacerle frente a la espera
anual para la juerga anual,
los recuerdos de quién están marcados por salpicaduras de sol
como ajadas fleurs de lys.
Ahora el cajón y la máquina de escribir llaman a los dedos,
el trabajador reúne sus herramientas
para el día de ocho horas pero después de eso el solaz
de películas o quinielas
o de los chismes o abrazos, los momentos de vanagloria
o autoindulgencia, anteojeras en los ojos de la duda,
el humo azul que asciende y la franja marrón de la bebida
hundida en el vaso vacío de la cerveza negra.
La mayoría acepta, nacidos y criados para llevar arnés,
y tomar las cosas como vienen,
pero algunos que rechazan el arnés y otros que son rechazados
rezarán por otro Reino mejor
que ahora se esboza en el aire o se parodia en consignas
escritas con tiza o alquitrán sobre estuco o yeso
pero quizás alguna vez encuentre cuerpo en el cuerpo de los hombres,
su ley y orden en la concordia de su corazón,
donde ya no menguará la habilidad ni la energía sufrirá traba
para competir y entrometerse,
empleada en servilismo pero sin lealtad
para un sistema absolutamente perdido
y estúpido que les da a unos pocos a precio de lujo
sus vidas de lujo
mientras el noventa y nueve por ciento que nunca va al banquete
debe limpiar de los cuchillos la grasa de los siglos.
Y susurra ahora aquel que tienta: “También tienes
la mente de quien posee esclavos,
querrás dormir en un colchón de fáciles ganancias,
chasquear los dedos o una fusta y encontrar
sirvientes y huríes dispuestos al sobresalto y la lisonja
que construyan con su degradación tu autoestima;
lo que quieres no es un mundo de los libres en función
sino un nicho en la cima, la espuma de la crema”.
Y respondo que eso es mayormente así porque la costumbre me hace
pensar que la victoria de uno entraña la derrota de otro,
que libertad significa el poder de mandar y que para preservar
los valores apreciados por la élite
la élite debe seguir siendo reducida. Es muy difícil imaginar
un mundo en que la mayoría tuviera su oportunidad
sin caer en las convenciones de la vida intelectual
y sin nada de lo que a los intelectuales les interesa.
Qué miedos habrá que suprimir. No hay razón para pensar
que, si se le da a la gente una oportunidad de pensar o de vivir,
las artes del pensamiento o de la vida sufrirán y se harán chabacanas
y no devolverán más de lo que alguna vez podrías dar.
Y ahora vuelvo a caer en el sueño, en sueños quizás y en la reacción
donde seré el gángster o el jeque,
mataré por amor a matar, haré del mundo mi sofá,
desvestiré a las mujeres e insultaré al manso.
Fantasías que, sin duda, se deben a mi historia privada,
material para el analista,
pero la cura final no está en sus dedos que examinan el pasado
sino en un futuro de acción, la voluntad y el puño
de quienes abjuran del lujo de la autoconmiseración
y prefieren arriesgar un movimiento sin estar seguros
de si el movimiento será mejor o peor en cien
o mil años cuando su corazón es puro.
Nuestros corazones no son puros, siempre tenemos razones mezcladas,
Son autoembaucadores, pero de todos los engaños
el peor es murmurar: “Señor, no soy digno”
y, yaciendo cómodos, volver el rostro a la pared.
Pero quizás cure esa costumbre, alce la vista y mire hacia fuera
y ojalá mis pies sigan esa mirada amplia
primero sin duda para tropezar, luego para caminar con los demás
y al final –con tiempo y suerte– para bailar.

Louis MacNeice (Belfast, 1907-Londres, 1963)
Traducción de Jorge Fondebrider


III

August is nearly over, the people/ Back from holiday are tanned/ With blistered thumbs and a wallet of snaps and a little/ 
Joie de vivre which is contraband;/ Whose stamina is enough to face the annual/ Wait for the annual spree,/ Whose memories are stamped with specks of sunshine/ Like faded fleurs de lys./ Now the till and the typewriter call the fingers,/ The workman gathers his tools/ For the eight-hour day but after that the solace/ Of films or football pools/ Or of the gossip or cuddle, the moments of self-glory/ Or self-indulgence, blinkers on the eyes of doubt,/ The blue smoke rising and the brown lace sinking/ In the empty glass of stout./ Most are accepters, born and bred to harness,/ And take things as they come,/ But some refusing harness and more who are refused it/ Would pray that another and a better Kingdom come,/ Which now is sketched in the air or travestied in slogans/ Written in chalk or tar on stucco or plaster-board/ But in time may find its body in men's bodies,/ Its law and order in their heart's accord,/ Where skill will no longer languish nor energy be trammelled/ To competition and graft,/ Exploited in subservience but not allegiance/ To an utterly lost and daft/ System that gives a few at fancy prices/ Their fancy lives/ While ninety-nine in the hundred who never attend the banquet/ Must wash the grease of ages off the knives./ And now the tempter whispers 'But you also( Have the slave-owner's mind,/ Would like to sleep on a mattress of easy profits,/ To snap your fingers or a whip and find/ Servants or houris ready to wince and flatter/ And build with their degradation your self-esteem;/ What you want is not a world of the free in function/ But a niche at the top, the skimmings of the cream.'/ And I answer that that is largely so for habit makes me/ Think victory for one implies another's defeat,/ That freedom means the power to order, and that in order/ To preserve the values dear to the elite/ The élite must remain a few. It is so hard to imagine/ A world where the many would have their chance without/ A fall in the standard of intellectual living/ And nothing left that the highbrow cared about./ Which fears must be suppressed. There is no reason for thinking/ That, if you give a chance to people to think or live,/ The arts of thought or life will suffer and become rougher/ And not return more than you could ever give./ And now I relapse to sleep, to dreams perhaps and reaction/ Where I shall play the gangster or the sheikh,/ Kill for the love of killing, make the world my sofa,/ Unzip the women and insult the meek./ Which fantasies no doubt are due to my private history,/ Matter for the analyst,/ But the final cure is not in his past-dissecting fingers/ But in a future of action, the will and fist/ Of those who abjure the luxury of self-pity,/ And prefer to risk a movement without being sure/ If movement would be better or worse in a hundred/ Years or a thousand when their heart is pure./ None of our hearts are pure, we always have mixed motives,/ Are self deceivers, but the worst of all/ Deceits is to murmur 'Lord, I am not worthy'/ And, lying easy, turn your face to the wall./ But may I cure that habit, look up and outwards/ And may my feet follow my wider glance/ First no doubt to stumble, then to walk with the others/ And in the end–with time and luck–to dance.

Ilustración: Granjero leyendo junto al hogar, 1881, Vincent Van Gogh

miércoles, diciembre 22, 2010

Jude Nutter / Cuervo




Cuervo

El mundo nos sigue
en nuestros sueños (qué más son los sueños; a dónde más
puede ir el mundo). Me siguió hasta el bosque,

primero de un sueño, después de otro, llamando,
siempre, desde una rama en la oscuridad
sobre mi hombro izquierdo. Y ya se sabe
cómo se siente un bosque cuando oscurece:
cada espacio en el dosel es una ventana abierta
en el frío y helado ámbito del vacío. Silencioso.
Interminable. Hubo algunos llamados débiles,

seguidos, familiares (incluso, íntimos)
como capas de humo en un bar, como cartas
en una mano tramposa rozando la laca
oscura de una mesa barnizada, como las manos
de un obrero enganchándose en la seda. Pensé

que era solo mi miedo a la mediana edad
porque la garganta de seda de la juventud se había cerrado
al fin con sus bermellones y rosados de boca de felino;
o una creciente obsesión por los presagios
y portentos, donde las señales de muerte
en un sueño significan la muerte terrenal, literal
del cuerpo de donde el alma se abrirá
como un paraguas azul—hasta que reconocí
algo familiar de la infancia: un resto—
no un sabor o un olor, sino un resabio
de conocimiento cruzando la mente

como delgada ceniza. Muerte*, no es verdad
que eres la amante de todos; la máxima
mesalina y nuestra única verdadera herencia, guardada
cuando nacemos en la valija de cada célula. Partimos
desde la eternidad, abriendo las cortinas
del cuerpo de nuestra madre, pero es a ti
a donde regresamos con nuestras costillas al acostarnos; y tú
nos sigues a cada uno de nosotros como un voyeur pueblerino cuando oscurece
yendo de una ventana iluminada a otra.
Reconocer tus disfraces se ha convertido en mi trabajo
y estoy acostumbrada a verte llegar vestida
con tu manto de alquitrán y plumas para apoyarte
contra la curva de mi cráneo detrás de mi oreja izquierda.


Y fue tu voz lo que escuché, ¿no es cierto? —ese oleaje
sibilante empalmado a través de los susurros de mi madre
mientras ella vadeaba la oscuridad de la nursery
cuando yo lloraba y no podía dormir: shh, ya,
shh, aquí estoy. Aquí estoy. Y en cada casa a lo largo de la calle

el mismo canto, y en cada calle de la ciudad,
y en cada ciudad. En toda la tierra. Incluso la mente

es oscuridad sin forma
hasta que algo habla o canta. (Y yo abrí mis brazos,
¿no es cierto?, y los estiré hacia ese canto).

Jude Nutter (North Yorkshire, Inglaterra, residente en los Estados Unidos desde 1980), The Curator of silence, University of Notre Dame Press, 2006
Versión ©Silvia Camerotto


*N de T. La autora menciona el equivalente a donjuán en relación con la muerte, que en inglés tiene género masculino. La traductora optó por modificar el género y reemplazó ‘ donjuán’ por ‘mesalina’.


Crow

The world follows us /into our dreams (what else are dreams; where else /can the world go). It followed me into the forest //of first one dream, then another, calling, /always, from a branch in the darkness /over my left shoulder. And you know /how it is in a forest after dark: /each space in the canopy an open window /on the cold indifferent reach of the void. Silent. /Without end. They were soft calls, //uttered back to back, familiar (intimate, even) /like layers of smoke in a barroom, like cards /in a fast deal skimming the dark /lake of a varnished table, like the hands /of a labourer snagging on silk. I thought //it was simply my fear of middle age /because the silk throat of youth had closed /at last on its cat-mouth pinks and vermelions; /or a growing obsession with omens /and portents, where hints of death /in a dream mean the wordly, literal /demise of the body from which the soul will open /like a blue umbrella —until I recognized /something familiar from childhood: a residue— /not a taste or an odour, but an aftermath /of knowledge sighing across the mind //like fine ash. Death, is it not true /you are everyone’s lover; the ultimate /philanderer and our one, true heritage, packed /at birth into the suitcase of every cell. From eternity /we come forward, parting the curtains /of our mother’s bodies, but it’s you we turn /to in our cribs when we lie down; and you /follow each of us like a voyeur after dark in a small town /moving from one lit window to another. /I have made it my business to know /your disguises and am used to you arriving dressed /in your mantle of oil and feathers to lean /against the curve of the skull behind my left ear. /And it was your voice I heard, was it not —that sibilant /undertow spliced through my mother’s whispers /as she waded through the darkness of the nursery /when I was weeping and could not sleep: hush now, /hush, I’m here. I’m here. And in each house along the street //the same singing, and in each street of the city, /and in every city. All over the earth. Even the mind //is darkness without shape /until something speaks or sings. (And I opened my arms, /did I not, and reached out, toward that singing).

Ilustración: Bandada de cuervos, Philip Jamison

martes, diciembre 21, 2010

Edgar Allan Poe / Solo



Solo

Desde la hora infantil no he sido
Lo que otros fueron. No he visto
Lo que otros vieron; no he extraído
Mis pasiones de una común fuente
Ni he tomado de la misma corriente
Mi pena; no he podido despertar
Mi corazón a un goce similar
Lo que he amado, lo he amado solo.
En mi infancia, en el alba luego,
De una vida tormentosa, fue trazado
En lo profundo de lo bueno y funesto
El misterio que todavía me sujeta.
Desde el torrente o la fontana
Desde el rojo risco de la montaña
Desde el sol que me rodea
En su otoño tinto de oro
Desde el relámpago en el cielo
Que pasa volando pasajero
Desde el trueno y la tromba
Y la nube que tomó la forma
(el resto del Cielo era azul)
de un demonio ante mi luz.

Edgar Poe (Boston, 1809-Baltimore, 1849)
Versión de Angel Faretta


Alone

From childhood’s hour I have not been
As others were; I have not seen
As others saw; I could not bring
My passions of a common spring.
From the same source I have not taken
My sorrow; I could not awaken
My heart to joy at the same tone;
And all I loved, I loved alone.
Then –in my childhood- in the dawn
Of a most stormy life- was drawn
From every depth of good and ill
The mistery which binds me still
From the torrent, or the fountain
From the red cliff of the mountain
From the sun that round me rolled
In its autumn tint of gold
From the lighting in the sky
As it passed me flying by,
From the thunder and the storm
And the cloud that took the form
(when the rest of Heaven was blue)
of a demon in my view.

Ilustración: Estudio de nubes; nubes de tormenta sobre la torre del Palacio en Dresden, 1825, Johan Christian Clausen Dahl

lunes, diciembre 20, 2010

Pier Paolo Pasolini / El poder














El poder


Un sabor a fernet.
El Ministro en el umbral del Parlamento:
aquel sabor dignamente marrón
-con la baba sin embargo amarga como el aura
de la luz de las sombrillas atómicas-
sonríe, entrando, a los ujieres,
como si compartiera con ellos un patrón.

Yo observo desde mi aura amarga,
al bebedor del marrón sustancioso, potente
droga de marca anticuada
pero cara aún al Neocapital. La usa
con una tranquilidad de padre.

Es casi servil -repito- su sonrisa a los siervos.
Va mendigando el pan cotidiano
del poder corriente, diría familiar.
Captatio benevolentiae de género democrático,
no privada de dobles sentidos itálicos -a los siervos carroñas
que, en su pequeño pedestal,
tienen garantías de futuro
incomparables
con las del ministro,
pero mucho más absolutas-.

Con la sonrisa, la mano que recorre
los botones del saco cruzado
sobre la panza
pedemontana
repleta como una sala de espera:
no acariciará casimir, sino lana tradicional.

Así, asegurado en el fondo del saco
-cuadrado, según el gusto anticuado
pero siempre caro a la crueldad del Neocapital-,
como sobre la divinidad de la puerta,
va, entra
en los corredores del poder,
corrigiendo la autoridad con una sonrisa solidaria.

En el sabor del fernet,
que se parece extrañamente
al de los caramelitos de la Doctrina, en el Véneto,
agigantado
desde la obediencia a la dureza ascética,
a la saludable untuosidad
que produce partidas de bochas con Adenauer.

¡Cómo puede ser distinta una vida!
La idea de lo que es "el estar
en el poder"
es una absoluta novedad, en la mía.
Qué sonrisa repugnante da.

Incluso el más poderoso
no es más que un siervo de su poder (¿Manzoni?):
va limosneando manutención,
confirmando.
Algodón empapado de licor de marca,
estalla en hongos que solemnemente
evolucionan
en el aire tórrido o glacial
de la cumbre de los mares.
Pequeños mares de provincia...
Con diez mil, veinte mil
votos de preferencia. Un séquito
de ciudadanos italianos
que se apiñan en las segundas clases
-víctimas de manía de grandeza
o de persecusión o más simplemente de miseria-,
perdidos en los horarios, en los días de mal tiempo,
con sus lastimosos trajes comprados en grandes almacenes
sobre un cuerpo mal lavado, pobres barrigas,
pies mal gobernados.

Esto, a las espaldas: y delante,
radiantes, los corredores del poder.
¡Un sabor a fernet que recorre sus dos tristes vertientes!

Sin embargo, este ingreso,
que asegura la divinidad de la puerta
y la grandiosidad de un saco cortado en provincia,
demuestra a quien observa desde el aura amarga
que el poder no solo
es formalidad, es forma.

Pier Paolo Pasolini (Bolonia, 1922-Ostia, 1975), "Appendice II a Poesia in Forma di Rosa", Tutte le poesie, Mondadori, Milán, 2003
Versión: Jorge Aulicino


Il potere

Un sapore di fernet.
Il ministro sulla soglia del Parlamento:
il quel sapore dignitosamente marrone
-sia pure con la bava amara come l'alone
della luce delle ombrelle atomiche-
sorride, entrando, agli uscieri
come se, con loro, condividesse un padrone.

Io observo del mio alone amaro,
il bevitore del marrone sostanzioso, potente
droga dei marca antiquata
ma cara ancora al Necapitale. La usa
con una tranquilità di padre.

É quasi servile -ripeto- il suo sorriso ai servi.
Va mendicando il quotidiano pane
di potere corrente, direi familiare.
Captatio benevolentiae di genere democratico
non priva di doppisensi italici -ai servi carogne
che, nel loro piccolo piedestallo,
ha garanzie di futuro
incommensurabili
con quelle del ministro,
ma quanto più assolute.

Col sorriso -la mano que scorre
sui bottoni del doppiopetto
sopra la pancia
pedemontana
colma come una sala d'aspetto:
non carezzerà caschemir, ma tradizionale lana.

Così, rassicurato sul fondo della giacca
-quadrata, secondo il gusto antiquato
ma sempre caro alla crudeltà del Neocapitale-
come sulle divinità della porta
va, entra
nei corridoi del potere,
coreggendo l'autorità con un sorriso solidale.

Nel sapore del fernet,
che assomiglia stranamente
a quello delle caramelline della Dottrina, nel Veneto,
ingigantito
fino all'obbedienza, alla durezza ascetica,
alla salubre untuosità
che produce partite a bocce con Adenauer.

Come può essere diversa una vita!
L'idea di ciò che è "l'essere
nel potere",
è un'assoluta novità, nella mia.
Che sorriso ripugnante, dà.

Anche il più potente
non è che un servo del suo potere (Manzoni?):
va elemosinando manutenzioni,
riprove.
Cotone inzupatto di liquore di marca
esplode in funghi che solennemente
si evolvono
nell'aria torrida o glaciale
della sommità dei mari.
Piccoli mari di provincia...
Coi diecimila, ventimila
voti di preferenza. Un codazzo
de cittadini italiani
che si accalcano nelle seconde classi
-vittime di mania di grandezza,
o di persecuzione o più semplicemente di miseria-
perduti neglio orari, nei giorni di brutto tempo,
coi loro strazianti vestiti comprati nei magazzini
su membra poco pulite, povere pancie,
piedi mal governati.

Questo alle spalle: e davanti,
raggianti, i corridoi del potere.
Un sapore di fernet che scorre su due tristi versanti!

Eppure questo ingresso,
che rassicura le divinità della porta
e la grandiosità di una giacca tagliata in provincia
-dimostra a chi osserva dall'alone amaro
che il potere nonchè
formalità, è forma.


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Foto: Pier Paolo Pasolini durante el rodaje de Saló o los 120 días de Sodoma, 1975 Fabián Cevallos / Getty Images