jueves, mayo 05, 2011

Renato Rezende / Dos poemas



Historia

Ayer volví a ver el libro Historia de Brasil
que estudié de niño en el colegio.
Había una foto de la familia real: Don Pedro II,
la princesa Isabel, el Conde D'Eu. Esas personas
realmente existieron, un día, y hoy están muertas.

A la noche, releyendo Orlando Furioso,
pensé en aquel joven Roland, muerto
en 778, en una emboscada vasca
contra los francos de Carlomagno.
Ese anónimo Roland, que sin sospecharlo
inspiró la Chanson, el Innamorato, el Furioso,

Hoy estoy aquí, a la luz, pero la vida
con sus razones fugitivas, es arisca, y ya
(astutamente) la sombra se aproxima.


Paseo

Me demoro
en el centro de la ciudad,
en el Castelo, en el Passeio.
Me demoro
en Rio de Janeiro
como si fuese otrora
y se dijese:
Él se demoraba en el Centro,
al azar
.
Me demoro como quien quiere
ser atropellado
perderse en un tropezón
olvidarse de sí mismo.
Me demoro como se demoran
los mendigos que viven en la calle
y esperan el día entero
que sus casas sean abandonadas.
Me demoro como un expulsado
cuya única felicidad
es un destello de luz en la cara.

Renato Rezende (San Pablo, 1964), 6 poetas de Argentina & 6 poetas de Brasil, traducción de Teresa Arijón, editorial Bajo la Luna, Buenos Aires, 2011


História

Ontem revi o livro História do Brasil
que quando menino estudei no ginásio.
Havia uma foto da familia real: Don Pedro II,
a Princesa Isabel, o Conde D'Eu. Esas pessoas
realmente existiram, um dia, e hoje estão mortas.

A noite, relendo Orlando Furioso,
pensei nesse joven Roland, morto
em 778, numa emboscada Basca
contra os francos de Carlos Magno.
Esse anônimo Roland, que sem suspeitar,
inspirou a Chanson, o Innamorato, o Furioso.

Hoje estou aqui, sob a luz, mas a vida
com sus razões fugidias, é arisca, e já
(sorrateiramente) a sombra se aproxima.


Passeio

Demoro-me
no centro da cidade,
no Castelo, no Passeio.
Demoro-me
no Rio de Janeiro
como se fose outrora
e se dissesse:
Ele demorava-se no Centro,
a esmo.
Demoro-me como quem quer
ser atropelado
sumir num tropeção
esquecer-se de si mesmo.
Demoro-me como se demoram
os mendigos que moran na rua
e que esperam o dia inteiro
para suas casas serem abandonadas.
Demoro-me como un destituído
cuja única felicidade
o clarão de luz na cara.

Foto: Rezende Circuito

No hay comentarios.:

Publicar un comentario