Lamento no tener a mano la biblioteca que tengo en Buenos Aires, porque lógicamente allá tengo los libros que necesitaría ahora. Un libro que recuerdo, que me pareció notable, es Esa materia que se fuga, de Daniel Freidemberg. Fue publicado por la editorial Barnacle. Es un poema-libro, escrito desde un conocimiento indagador, por un poeta que conoce las claves de la poesía, sabe usarlas y, a la vez, busca algo que no está sabido del todo. Es cuando el lector se beneficia con ambas cosas: experiencia y sorpresa, algo que se transmite y obliga a la relectura.
Adjunto fragmentos de un comentario de Leonor Fleming:
(Salta, diciembre de 2023)
Con una estructura a modo de insistente letanía, un He visto… reiterado y seguido de
la visión correspondiente, va saltando de uno a otro asunto, desbrozando el camino,
organizando (es un decir) la materia y la forma de este poema-libro. En varias
ocasiones, la mirada se revierte sobre el propio poeta que se contempla a sí mismo
incluido en la escena. Esa letanía, resaltada con negrita en los títulos, y repetida al inicio
de distintos versos, según lo necesite el sentido y el ritmo, ofrece un diseño de libertad
en el que cabe un ir y venir desordenado por los más diversos asuntos, con un
denominador común de desánimo por una sociedad destartalada.
Al comenzar la lectura el libro desconcierta con estas y otras estrategias; puede hacer
pensar en un pseudo y curioso surrealismo, pero no tiene nada que ver con la creación
automática, sino más bien con un fluir caprichoso de la memoria, un vaivén insistente
sobre lo visto y oído, en el que los hechos hablan por sí solos, muestran la evidencia a
pesar de las incertidumbres del emisor, inmerso y a la vez ajeno, buscando las palabras
que aclaren la visión.
(...)
El testimonio aturdido por el permanente ruido de la calle va presentando las piezas de
un rompecabezas desarmado: la sombría imagen de nuestra sociedad; allí están la
corrupción, la miseria, la frivolidad, la injusticia, el fracaso de la política y las
religiones, la insaciable codicia, en suma, los flagelos de un tiempo “apaleado por todas
las ideologías” con palabras del poeta Joaquín Giannuzzi.
¿Una metáfora de la Argentina actual? El correlato sugerido podría ser Buenos Aires, la
metrópolis desestructurada, o cualquier otra megápolis de nuestro tiempo, pero es
mucho más: es una mirada cruda y objetiva sobre el mundo que construimos, en el que
estamos, y al que posiblemente vamos.
Leonor Fleming, revista La Guacha, septiembre de 2023
* Santiago Sylvester (Salta, 1942). Abogado. Poeta. Ensayista. Miembro de la Academia Argentina de Letras. Entre otros libros de poesía publicó La realidad provisoria, Café Bretaña, El punto más lejano, Calles, El reloj biológico, La palabra Y, El que vuelve a ver, Llaman a la puerta y Los casos particulares. Publicó los ensayos La identidad como problema, Sobre la forma poética y Estar de paso.
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